Lo escribí en alguna columnita anterior, hace ya algún tiempo, pero los lectores de Artículo 14 se lo merecen todo, incluido este chiste: a Real Madrid TV, en el mundillo del periodismo deportivo, hay quien la llama “el UHF”. ¿Por qué? Porque “la primera cadena” es LaSexta.
(Hay que tener una edad para entenderlo, sí).
Es muy común oír hablar de “la prensa madridista”, pero no tanto que quien lo hace especifique a qué medios se refiere. Son todos según los unos y ninguno según los otros. Yo echo de menos un poco más de concreción a la hora de dibujar ese monstruo, pues a menudo quien lo hace sólo maneja prejuicios y no lee los periódicos ni escucha o ve los programas que etiqueta.
Con algunos medios habría debate pero con LaSexta no. El canal dirigido por Antonio García Ferreras sigue una línea inequívocamente madridista y este domingo recibió una recompensa: la primera entrevista de Kylian Mbappé desde su llegada a España. Para ese trabajo, LaSexta no eligió a ninguno de sus periodistas de deportes sino que montó una edición especial de El objetivo, de Ana Pastor. Y especial fue, no sólo por tratarse de un perfil nada habitual en el programa sino por la actitud de su -hasta ahora- incisiva directora.
El programa comenzó con Mbappé caminando por las tripas del Santiago Bernabéu hasta dar con Pastor, vestida de blanco en el improvisado set. Fue un presagio de todo lo que íbamos a presenciar en los siguientes 40 minutos. La entrevista no pudo ser más blanca, no ya en la acepción merengue del término, que por supuesto, sino en otra más amplia: en periodismo, un contenido “blanco” es sinónimo de inocuo, de inofensivo y en ocasiones hasta de poco comprometido. Blanco al cuadrado.
No tengo nada contra las entrevistas amables cuando corresponden. No creo que los periodistas tengan que resultar incómodos siempre. Ni siquiera creo que Mbappé haya dado motivos para merecer un tercer grado. Pero chirría sobremanera esta versión aterciopelada de Ana Pastor, tan metida habitualmente en su papel de implacable fiscal del distrito. “Yo con una gran duda puedo ser muy peligrosa”, dijo hace años en un programa sobre Zapatero, cultivando esa imagen agresiva que este domingo dejó aparcada a muchos kilómetros del Bernabéu.
Antes de ver el programa, hice una pequeña lista con cuestiones que Ana Pastor tendría que plantear a Mbappé si quería ser mínimamente fiel a sí misma: lo publicado tras su viaje a Estocolmo, su contencioso legal con el PSG, sus ausencias recientes en las convocatorias de Francia, el empeoramiento del Real Madrid respecto a la anterior temporada… y sobre todo, el plantón que dio a Florentino Pérez en 2022, cuando el madridismo en masa le aguardaba.
Pero no. Se habló de las presiones de Catar y del Elíseo, o de cuando pudo fichar por el Real Madrid con doce años. Poco más. Desde el principio se vio claro que estábamos ante una charla flácida encaminada a presentarnos a un futbolista que de niño empapelaba su habitación con posters de Zidane y Cristiano Ronaldo: “Casi un año desde que llegaste a España, ¿cómo estás?”; “Tienes sonrisa de felicidad”; “¿Cómo es un día normal tuyo en España?”; “¿Qué te está gustando de España?” Por momentos, me recordó otra primera entrevista: la que le dio Cristiano Ronaldo a J. J. Santos en 2009, también nada más fichar por el Real Madrid. Aquella vez, Santos remató el encuentro con un test picadito que incluía preguntas como “¿Vino o cerveza?”, “¿Carne o pescado?” y hasta un “¿Rubias o morenas?” Al menos, en esto sí hemos avanzado.