Francia quiere multar con 5 euros a los pacientes que falten a una consulta médica si no avisan con una antelación mínima de 24 horas. La multa pretende responsabilizar a los pacientes de que anualmente faltar a las consultas sin previo aviso tiene un coste de 27 millones de euros. En España más de 11 millones de consultas de atención primaria se pierden porque los pacientes no acuden a la cita programada con su médico de familia o pediatra.
La pregunta es pertinente. ¿Cómo es posible que millones de españoles fallen a su cita? ¿Cómo se entiende que en un contexto de elevada presión asistencial haya pacientes que decidan no ir sin avisar?. Confieso que nunca he dejado de acudir a una cita médica y menos sin avisar. Es más me sorprende que millones de españoles que lo hagan conociendo la obstrucción que hay en el sistema y las perdidas que conlleva en detrimento del resto de ciudadanos. Desde luego es uno de los problemas que tiene nuestro sistema sanitario porque se pierden y desperdician recursos humanos y deberíamos hacer una reflexión para evitar estas situaciones pero la pregunta es: ¿por qué se tarda entre una semana y diez días en conseguir una cita en la atención primaria? ¿Por qué el sistema está tan tensionado?
Esto si que importa a los ciudadanos y de esto si que se habla en las calles de nuestro país. Hace años había comunidades autónomas que destacaban más que el resto como es el caso del País Vasco, pero actualmente no se libra ninguna hasta el punto de que la mala salud de Osakidetza, el Sistema Público de Salud del País Vasco, le puede arrebatar la hegemonía al Partido Nacionalista Vasco después de muchas décadas. Centros de salud y hospitales con sus urgencias saturadas, una atención primaria que se ha convertido en el principal agujero negro de nuestro sistema sanitario y lista de espera récords. Esta semana el Ministerio de Sanidad ha publicado los datos de las listas de espera a cierre del 2023 y los datos son desalentadores: casi 850.000 pacientes aguardan una media de 128 días para ser intervenidos quirúrgicamente en la sanidad publica.
La sanidad es vista como uno de los principales problemas de nuestro país y lo dice el CIS, el Centro de Investigaciones Sociológicas. Desde febrero del 2002 tras la pandemia del coronavirus, la ciudadanía considera que la sanidad es la segunda o tercera preocupación que más le afecta directa y personalmente. Primero preocupan los problemas económicos, después la sanidad y detrás problemas como la política o incluso la temporalidad del empleo.
En los últimos quince años el número de médicos ha aumentado, pero el sector está tensionado. Estamos hablando de un 30% más de médicos en la red asistencial pública del sistema sanitario, pero las condiciones de trabajo a las que se enfrentan son malísimas, especialmente en la atención primaria. La pregunta es: si hay más médicos en el sistema público, ¿por qué está tan estresado y los profesionales tan sobrecargados? Los representantes de los trabajadores responden a la pregunta. No hay una falta de médicos en general dentro del sistema, faltan especialistas concretos y unas condiciones laborales buenas que hagan a los profesionales no buscar opciones de trabajo en el extranjero.
Los problemas actuales de recursos humanos que se dan en el sistema tienen mucho que ver con el envejecimiento de las plantillas y la temporalidad. Así lo subraya la Sociedad Española de Salud Pública y Administración Sanitaria (SESPAS) en uno de sus últimos informes. Casi el 50% de los médicos de Atención Primaria son mayores de 55 años y el 34% tienen contratos de interinos o sustitutos, un dato que llama especialmente la atención porque la reforma que se hizo en el año 2022 obligaba a estabilizar las plantillas. Durante los dos próximos años el sistema público se va a enfrentar a la salida de entre 15.000 y 20.000 médicos y a casi 30.000 auxiliares de enfermería.
Esto lo que produce es una rotación excesiva de las plantillas que afecta a la productividad y que sobre todo rompe con el seguimiento individual que cualquier ciudadano llegado a una edad debería tener de cara a evitar situaciones adversas por no conocer al paciente. Y si no, si ustedes son usuarios de la sanidad pública, piensen ¿En los últimos cinco años cuantos médicos de cabecera han pasado por su ambulatorio? O todavía peor, ¿les ha atendido más de tres veces seguidas el mismo especialista?
¿Hace falta más dinero?
El gasto sanitario en España supera los 120.000 millones de euros. Lo recoge el Informe Anual del Sistema Nacional de Salud 2022 que recoge los últimos datos unificados que ha publicado el ministerio y que recogen las cuantías destinadas a la sanidad entre los años 2016 y 2020. A comienzos de la legislatura pasada el ejecutivo prometió que destinaría un 7% del PIB para solucionar los problemas estructurales del Sistema Nacional de Salud pero lo que se destina realmente solo llega al 6,8%. ¿Es suficiente para atender las necesidades de una población envejecida?
Haciendo números en España se invierten algo menos de 2000 euros per cápita de media en Sanidad, frente a los 2746 de la media europea. La inversión es muy desigual por CCAA, porque solo en el País Vasco y en Asturias se acercan a esta cifras, el resto está muy por debajo. Comparándolo con Europa el presupuesto por persona en Francia es de 3800 euros y en Alemania de 4200. Es evidente que para mejorar nuestro sistema de salud una de las condiciones previas en tener una financiación adecuada. Los expertos aseguran que para hacer frente los recortes y al envejecimiento de la población se debe ampliar el presupuesto en torno a los 20.000 millones de euros anuales, una financiación adicional que debe tener carácter finalista y sobre todo mejorando las condiciones de trabajo y remuneración de nuestros sanitarios. Hacen falta médicos, sí, y también dinero.