Opinión

La inteligencia artificial es un diván peligroso

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El 30 de octubre de 1992, a las nueve de la noche, Antena 3 estrenó el programa Sabor a Lolas, presentado por Lola Flores y Lolita, y dirigido y guionizado por Raúl del Pozo y Javier Rioyo. El maravilloso maestro de Cuenca me contaba cómo la artista jerezana, un absoluto animal televisivo, por entonces ya enferma, “mostraba su axila que el cáncer iba devorando”. Madre e hija entrevistaban a gentes de cien mil raleas: Fernando Arrabal, Francisco Umbral, Santiago Carrillo, José Luis Aranguren… En cierta ocasión, Raúl y Javi llevaron al filósofo Javier Sádaba. Cuando Rioyo le contó a Lola Flores a qué se dedicaba el invitado, esta clamó: “¡¡Estoy hasta el coño de psicólogos!!”. Finalmente, le acabó entrevistando: “¡Uy, parece el Pájaro Espino! ¡Que venga, que venga!”.

El signo de los tiempos no se entiende sin la democratización de la Psicología. Cuando el desterrado Errejón abrió en 2021, según sus humildes palabras, “la cruzada de la salud mental”, el diputado del PP Carmelo Romero le gritó en el Congreso: “¡Vete al médico!”. Un par de años después, la reina Letizia denunciaba en la inauguración del XXII Congreso de Salud Mental España que nuestro país “tiene seis psicólogos clínicos por cada 100.000 habitantes, tres veces menos que la media europea, y once psiquiatras, menos de la mitad que en Francia, Alemania o Países Bajos”. Las cosas están cambiando a mejor. El INE: “La cifra de profesionales sanitarios colegiados en España se sitúa en 975.243 en 2023, un 3,0% más que en el año anterior. De ellos, 302.009 son hombres (un 2,4% más) y 673.234 mujeres (un 3,4% más)”. Según ConSalud.es, en el curso 2023/2024, se matricularon en el grado de Psicología 24.902 alumnos: casi el triple de cuantos se graduaron el año anterior. Benditos sean.

La inteligencia artificial

Ahora sabemos que la IA es también un diván. Un psicólogo, en Madrid, cobra en torno a cien lereles por sesión; ChatGPT, cero, y España, manque digan lo contrario las cifras macro, sigue siendo un país de tiesos. Las aplicaciones brotan, masivas, tras la búsqueda más elemental por Google: TerapIA, Terapeuta IA, Brain, La IA Psicológa, etcétera. El personaje Psychologist (Psicólogo), un chatbot de la plataforma Character.ai que ofrece ayudar al usuario “con los problemas de la vida” recibe más de 3,5 millones de visitas diarias. Quienes saben de estos asuntos alertan sobre la regulación difusa de los datos personales y de la falta de empatía real y de contención emocional. Además, pueden generar adicción y una confusión criminal. El psicólogo Manuel Armayones, en El País: “En algunos casos se está llegando a decir que la anorexia es ‘un estilo de vida’ y otras zarandajas que, evidentemente, jamás se explicarían así en la consulta de un profesional”.

En definitiva, ándense con cuidado, antepongan el quién al qué cuando quieran paliar o solucionar los problemas de su mente y de su alma y apuesten, decididamente, por un psicólogo, que por y para algo estudian. A las muy, muy malas, tiren siempre de un familiar, de un amigo o, incluso, de un confesor. Siempre ayudarán más y mejor que cualquier aplicación de IA. O eso quiero creer, vamos.

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