El 13 de marzo de 2021 escribí este artículo de opinión:
“Tengo 26 años y tengo dignidad”. Así de contundente comienza Nevenka, el documental de tres episodios que repasa el acoso sexual que sufrió una joven concejala del Ayuntamiento de Ponferrada (León) hace más de 20 años.
Dos décadas después, Nevenka Fernández rompe su silencio para relatar la experiencia vivida tras presentar aquella denuncia y cómo hubo de enfrentarse a su acosador sexual y a una sociedad machista. Era la primera vez que se juzgaba a un político por este delito y el alcalde, Ismael Álvarez, acabó condenado.
¡Qué calvario debió de pasar la víctima! Pero al final, se hizo justicia. 20 años después, queda mucho camino por recorrer, sobre todo si se escucha el discurso de la ultraderecha, que niega una realidad tan evidente como la violencia machista. Contra eso, el mejor antídoto es leer, estudiar, formarse e informarse. Recomiendo ver el documental, comentar y analizar su contenido, porque cada capítulo es una reflexión que te hacer sentir vergüenza por formar parte de una sociedad que, en muchas ocasiones, culpa a la víctima del delito que otro comete.
Los tiempos oscuros de ayer y hoy
No es un caso aislado. La doble victimización de las mujeres es una realidad más próxima de lo que pensamos. Por eso, se te revuelven las tripas al acabar de ver la serie y te invade la necesidad de rebelarte ante tanta injusticia. Basta ya de negar la evidencia y de seguir alimentando los estereotipos que prejuzgan a las mujeres por ser mujeres, que las cosifican y que atentan contra su dignidad personal.
Han pasado 20 años del calvario que sufrió Nevenka, pero cuando escucho el discurso de la ultraderecha en el Congreso, con la complicidad de la derecha, siento como si volviéramos a aquella época, incluso a los tiempos oscuros de la dictadura en los que las mujeres no teníamos voz ni voto, en los que las mujeres éramos un sujeto pasivo que obedecía y callaba. Los tiempos oscuros en los que se decía que íbamos provocando y que, por tanto, teníamos nuestro merecido. El discurso negacionista de la ultraderecha produce repugnancia y asco y se combate con más feminismo. Las mujeres, las y los socialistas, les seguiremos plantando cara.
La sociedad no puede dar la espalda a tantas Nevenkas. La justicia debe reciclarse mucho y dejar claro que las mujeres no somos ciudadanas de segunda. Resulta intolerable que cuando se interroga a algunas víctimas se mantenga aún la sospecha de que fueron ellas las que provocaron el delito, en vez de encontrar el amparo que necesitan.
Compromiso legislativo
Por eso desde el PSOE tenemos el compromiso de promulgar una ley contra los delitos sexuales. La “ley del sí es sí”. O del no es no. Pasar de las palabras a los hechos. La mejor política igualitaria es una buena ley feminista publicada en el BOE.
A menudo escuchamos en los medios de comunicación nuevos episodios de violaciones en manada y frente a esos hechos repugnantes siempre estará nuestro firme compromiso de combatir todas las formas de violencia contra las mujeres. Y así lo afirma el presidente del Gobierno y secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, cuando dice: “Sólo sí es sí. Si una mujer dice no, es no. Y todo lo contrario es delito”. Y ese es el compromiso: modificar la tipificación de los delitos sexuales para darle a la ausencia del consentimiento su adecuado tratamiento. Por eso hace falta una ley contra los delitos sexuales.
Lo que no está en los medios no existe. Gracias Nevenka por tu dignidad, gracias a tantas Nevenkas que han dado el paso y siguen abriendo el camino para que la igualdad de las mujeres sea real y efectiva, porque nuestra democracia y nuestro país serán así más dignos y fuertes.”
Tres años después
Posdata: Hasta aquí el texto que publiqué ya hace más de tres años. Reproducido tal cual. Ahora, cuando acabo de ver, por segunda vez, la reciente película de Icíar Bollaín premiada en el Festival de cine de San Sebastián 2024. Como si hubiera sido ayer.
Sin embargo, en el tiempo transcurrido desde que escribí el artículo, el Gobierno progresista y su presidente, Pedro Sánchez, han cumplido. Decir y hacer. Hoy nuestro país tiene una ley contra las violencias sexuales, sin la cual casos como el de Luis Rubiales o el de Dani Alves ni hubieran sido juzgados ni, por supuesto, hubieran tenido el rechazo social que han provocado. Creo que toca felicitarnos por ello y, sobre todo dar las gracias infinitas a mujeres que, como Nevenka, dijeron BASTA.