Cuando a finales de la temporada pasada la histórica capitana del Real Madrid y de la selección campeona del Mundo supo que el acuerdo para renovar por un año más su contrato se esfumaba, no tuvo reparos en buscarse la vida fuera de España. Y así fue como Ivana Andrés fichó por el Inter de Milán el pasado verano.
Fue hace 10 meses cuando la central oficializó su salida del Real Madrid con un emotivo texto que ella misma leyó en sus redes sociales. Unas líneas llenas de gratitud “por las experiencias y momentos vividos con todo lo que significa el Real Madrid en estas cuatro temporadas”. Ni un solo reproche, al contrario “gracias en mayúsculas, gracias a una institución enorme en el fútbol”, para seguir agradeciendo en su discurso a los técnicos que tuvo en la casa blanca durante esos 4 años, a compañeras y a la afición.
Ivana comenzó a trabajar así en un club histórico del calcio para lograr un objetivo que el equipo interista no había sido capaz de alcanzar hasta ahora, clasificarse para la Champions. Y como le pasó con la selección española, ha cumplido la misión este fin de semana ganando a la Roma y asegurándose la segunda posición tras la Juventus, referente absoluto del calcio femminile italiano.
It’s Europe time
It’s Europe time decía la pancarta junto a la que posó la plantilla interista tras clasificarse por primera vez en su historia para la Champions League. A sus 30 años, Ivana ha demostrado estar en un gran momento físico en una liga de solo 10 equipos pero que exige un punto más físicamente que la española, y tácticamente también. Lo ha jugado prácticamente todo, siendo una de las jugadoras más importantes de la temporada interista. España exporta talento femenino.
Ivana recoge los frutos de su disciplina, compromiso y buen trabajo, algo que le ha acompañado toda la vida. La futbolista del Inter ha reconocido en alguna ocasión esta temporada que se alegra de no tener que asumir la capitanía en su nueva andadura italiana, aunque es seguro que, aún sin portar el brazalete, su experiencia y veteranía la acreditan como una de las jugadoras de más peso en la plantilla interista.
Y es que la valenciana tuvo que hacer un “master” acelerado en sus últimos dos años en la selección española. Cuando saltó el conflicto de las “15” fue nombrada capitana por Jorge Vilda, una capitanía “a dedo” que la puso en una situación delicada y difícil frente a sus compañeras. Varias de ellas tenían muchos más partidos a sus espaldas que Ivana, que no alcanzaba las 50 internacionalidades, pero estaban en la lista negra de “rebeldes” de Vilda.
Rubiales y Vilda
Tras el subidón de levantar como capitana de la selección la copa de Campeonas del Mundo, el Tsunami Rubiales se llevó por delante a Vilda. Su sustituta Montse Tomé apenas contó con Ivana después de Australia. Y hasta hoy.
Además, Ivana se vio salpicada de nuevo el pasado febrero en juicio de Rubiales cuando la abogada de este último presentó unos audios de la mujer de la jugadora restando importancia al beso en los días posteriores al 23 de agosto y expresando agradecimiento al ex presidente por lo que Rubiales había hecho “por la apuesta por estas niñas y por todas las mejoras que has hecho”. La manida táctica de los bandos y la división volvía a aflorar en la defensa del ex presidente.
Ivana Andrés fue una de las personas a las que Rubiales y su entorno presionó en el avión para que salieran a defender al presidente. La capitana se negó y recientemente mostró su satisfacción por la sentencia y el reconocimiento de “delito sexual” mostrando además su extrañeza por el hecho de que no se reconociesen las coacciones, que ella misma sintió en carne propia.
Después de tanta tormenta, hacer historia y poder jugar la Champions con el Inter le sabrá a título a la defensa española enrolada en Italia, con dos años más de contrato por delante para disfrutar de una tranquilidad bien ganada y que no siempre tuvo.