Opinión

Ir de propio

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“Ir de propio” es una expresión arraigada en la sociedad aragonesa. Para nosotros, significa una determinación inquebrantable, un propósito claro y un andar decidido hacia un objetivo. En este viaje, la igualdad de género es nuestro destino marcado, el camino hacia una sociedad más justa y equitativa, sin límites ni condicionamientos.

Es un camino que no está exento de obstáculos, de voces discordantes, de quienes se contradicen en su discurso e intentan desviar nuestra atención y confundirnos para alejarnos de lo verdaderamente importante: que una sociedad más igualitaria es una sociedad más próspera, donde las oportunidades son las mismas para todos, independientemente del género.

Hoy tenemos cientos de mujeres referentes en distintos campos. Todas ellas representan el futuro prometedor que nos espera si seguimos apostando por el talento de cada persona, y también son ejemplos de los retos que debemos afrontar como sociedad para que la igualdad sea una realidad sin fisuras. Hay áreas donde es crucial seguir avanzando: el empleo, la educación o el deporte, y en Aragón también se presentan retos particulares que son relevantes para nuestra región. Con 731 municipios, el reto de nuestra comunidad pasa por reconocer la importancia del papel de las mujeres en el entorno rural.

Tampoco podemos obviar la necesidad de avanzar en corresponsabilidad para evitar que las responsabilidades familiares se conviertan en un obstáculo. Y, por supuesto, debemos seguir promoviendo el acceso de las jóvenes a carreras tecnológicas. Si consideramos que muchas de las profesiones del futuro están ligadas a áreas tecnológicas, las mujeres en ciencia y tecnología constituyen uno de los nichos de empleo que debemos impulsar para afrontar los desafíos futuros. Aragón tiene un gran potencial para convertirse en un referente en servicios tecnológicos, y para lograrlo será fundamental aprovechar todo el talento disponible.

Por otro lado, la violencia machista sigue siendo una lacra. Aunque la sociedad ha cambiado y hoy mostramos un rechazo claro, los datos siguen siendo preocupantes. Por eso es más necesario que nunca trabajar para mejorar la atención a mujeres y niños que sufren esta violencia, y continuar sensibilizando a la población.

En el Instituto Aragonés de la Mujer tenemos claro el propósito de nuestros esfuerzos, y en eso nos centramos cada día. Asumimos el compromiso de diseñar políticas públicas y programas innovadores que fortalezcan a las mujeres y enfrenten la violencia machista, impulsando un cambio de perspectiva y una transformación social. Lo hacemos cada día, con la vista puesta en acercar nuestros programas a las mujeres del entorno rural, a las víctimas de violencia machista, a la formación de los jóvenes sobre las nuevas formas de violencia digital, en acciones formativas para promover el desarrollo profesional y digital de las mujeres emprendedoras y en búsqueda de empleo, y en la colaboración con las comarcas y las entidades sociales que trabajan en nuestras ciudades y pueblos.

Con todos estos objetivos, en Aragón no tenemos tiempo para escuchar esas voces discordantes. Hay mucho por hacer, y en eso invertimos nuestros esfuerzos. Lo hacemos sin buscar protagonismo, con la satisfacción de un trabajo realizado con profesionalidad, implicación personal y sensibilidad, porque ese es nuestro compromiso con las mujeres de Aragón: estar ahí cuando lo necesiten, siempre. Ese es nuestro compromiso, una muestra de cómo entendemos la sociedad que queremos: libre, plural, diversa, igualitaria y sin tolerancia alguna a la violencia machista.

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