Su belleza era hipnótica. Cuando llegó a Hollywood, a finales de la década de 1930 el productor Louis B, Mayer, de la Metro Goldwyn Mayer, comenzó su promoción presentándola como la mujer más bella del mundo y, sin embargo, Hedy Lamarr fue mucho más que eso, ya que concibió una teoría del espectro ensanchado (y patentó el sistema) en el que se basan todas las tecnologías inalámbricas que tenemos en la actualidad como el Bluetooth o el WiFi.
Hablábamos mi amiga Eva y yo el otro día sobre ella. Y es que recordábamos que cuando íbamos al colegio forrábamos nuestras carpetas con fotos y una de las fotos que llevaba Eva en su carpeta era de Hedy Lamarr, aunque entonces, me confesó, no sabía nada de su capacidad como inventora.
No es de extrañar, pensé yo. En la historia de la humanidad, la mayor parte del tiempo a las mujeres se las ha valorado por su atractivo, su capacidad de criar hijos y dedicarse a la familia, o, por ejemplo, en el caso de Hedy Lamarr, siendo actriz, por su capacidad de deleitar con su belleza. Hoy en día aún tenemos que hacer un esfuerzo para traer a nuestra mente, así, sin pensar, los nombres de, pongamos, diez mujeres que hayan pasado a la historia por sus logros en campos como la ciencia o el arte.
Hedy Lamarr nació en Viena como Hedwig Eva Maria Kiesler en 1914, cuando Viena aún era parte del Imperio Austrohúngaro. De origen judío, desde pequeña sus profesores destacaron que era una niña superdotada y con pocos años ya tocaba el piano, como su madre. Comenzó a estudiar ingeniería, pero la abandonó para dedicarse a ser actriz.
En 1932 se hizo famosa protagonizando la película Éxtasis, una película que fue un escándalo ya que, entre otras cosas, la actriz aparecía desnuda, siendo la primera vez que esto sucedía. La película, rodada en Checoslovaquia, fue prohibida y los padres de la actriz quedaron horrorizados con lo sucedido. Obligada por estos a casarse con un magnate de la industria armamentística, Hedy estuvo recluida en el castillo propiedad de su marido en Salzburgo donde retomó sus estudios de ingeniería hasta que consiguió escapar (como si de una película se tratara) para llegar a París y de ahí a Londres, donde consiguió embarcar en el transatlántico Normandie que la llevaría a Estados Unidos. En este viaje coincidió con el productor Louis B. Mayer y ahí comenzó su nueva vida como Hedy Lamarr, estrella de Hollywood.
Hedy era una actriz de éxito cuando estalló la Segunda Guerra Mundial. Como ingeniera se ofreció al National Inventors Council pero su ofrecimiento fue rechazado, y fue invitada a promover la venta de bonos de guerra, que era lo que pensaban que tenía que hacer una actriz famosa y de gran belleza como era ella. A pesar del rechazo Hedy puso en marcha una campaña y logró recaudar siete millones de dólares.
Hedy se había dado cuenta de que las señales de radio que guiaban a los torpedos de la marina de Estados Unidos eran fáciles de interceptar y provocaba que se desviaran de su rumbo inicial, así que, junto con el compositor musical George Antheil comenzó a idear un sistema de detección de torpedos teledirigidos. El 10 de junio de 1941 presentaron su solicitud de patente del nuevo sistema de comunicación, patente que les fue concedida en 1942 por su Sistema de Comunicación Secreta.
En principio el sistema pareció interesar a la marina de los Estados Unidos, pero la patente caducó a los pocos años sin que llegara a ser utilizada, por lo que la actriz nunca recibió dinero por esta invención. Fue en 1957 cuando ingenieros de la empresa estadounidense Silvania Electronics Systems Division desarrollaron el sistema patentado por la actriz y el compositor, y el sistema fue adoptado por el gobierno de los Estados Unidos para las transmisiones militares. La primera aplicación conocida fue realizada en 1962 durante la crisis de Estados Unidos con los misiles cubanos.
El reconocimiento a su persona como inventora de este sistema llegó muy tarde, a finales de la década de 1990. En 1997 le concedieron el Pioner Award (que recogió su hijo) y otras distinciones, como el Bulbie Gnass Spirit of Achievement Award, el Oscar de los inventores, y que se otorgó por primera vez a una mujer. En 1998, la Asociación Austriaca de Inventores y Titulares de Patentes le concedió la medalla Viktor Kaplan (ingeniero austriaco que inventó la turbina Kaplan) y, en el verano de 1999, el Kunsthalle de Viena organizó un homenaje a la actriz e inventora más singular del siglo XX.
Hedy Lamarr falleció en el año 2000 y en 2014 su figura fue incluida en el National Inventors Hall of Fame. El 9 de noviembre se celebra en Austria el Día del Inventor en su honor. Como actriz tiene una estrella en el Paseo de la Fama de Hollywood.
Así que, la próxima vez que te conectes por Bluetooth o busques una red WiFi para conectarte a ella, recuerda a esta ingeniera de belleza hipnótica que no tuvo en vida el reconocimiento que hubiera merecido.