Opinión

Gracias Elena

La infiltrada - Cultura
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La memoria histórica está también para la historia reciente y no me voy a cansar de repetirlo porque no todo el mundo lo termina de ver. Por eso me sentí muy reconfortada cuando el pasado sábado en la gala de los Goya y cuando nadie se lo esperaba María Luisa Gutiérrez productora de la película La infiltrada defendió la memoria democrática y la lucha contra el terrorismo de ETA. Lo hizo al recibir el Goya ex aequo a la mejor película ante un auditorio en el que se encontraba el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y dos de sus vicepresidentas, María Jesús Montero y Yolanda Díaz. Gutiérrez también quiso compartir el premio con la familia de Gregorio Ordóñez, político donostiarra del Partido Popular que fue asesinado por ETA en 1995 cuando era diputado del Parlamento Vasco y teniente de alcalde del Ayuntamiento de San Sebastián, y de cuyo crimen se cumplieron 30 años el pasado 23 de enero.

La infiltrada es un vibrante thriller que cuenta la historia real de una policía que se infiltró en la banda terrorista ETA. Dedicó siete años de su vida a luchar contra la banda terrorista y llego a formar parte del comando Donosti, uno de los más activos de ETA y más sanguinarios. Este comando es el artífice de más de sesenta asesinatos y de secuestros como el de Miguel Ángel Blanco y estuvo liderado por asesinos como “el carnicero de Mondragón” o “Txapote” que asesinaron y secuestraron a políticos, empresarios y gente de a pie. Elena fue elegida para realizar esta “delicada misión” recién salida de la academia de Policía de Ávila porque un mando policial decidió que una mujer iba a pasar mucho más inadvertida entre los miembros sanguinarios de ETA. Experimentó situaciones reales que superan la ficción, bordó su trabajo y cuando por fin paso de nuevo al lado de los buenos sus superiores le preguntaron que quería y ella dijo un Ford Fiesta blanco. Hoy en día sigue en activo, fue detectada por las juventudes de ETA, tuvo que esconderse en Andorra y los terroristas a los que consiguió meter en la cárcel están ya en libertad.

Yo no conozco personalmente a Elena pero si conozco a un civil que se infiltró en ETA durante diez años. Compartí muchas horas con él aunque nunca llegué a poder ponerme en su piel. Comienzo por el final. A día de hoy todo el mundo incluida su familia y amigos piensan que es un terrorista de ETA. Harto y conmocionado por los asesinatos de la banda terrorista en la época más dura, los años de Plomo, se acercó una mañana a un cuartel de la Guardia Civil en Bizkaia para ofrecer sus servicios al Estado. Tenía claro que quería llegar a Francia a desarticular comandos y vaya si lo hizo. Comenzó “trabajando” en San Sebastián y un día alguien le dio el visto bueno para cruzar la frontera y comenzar a formar parte del aparato logístico de ETA. Después de dos años la dirección de ETA le encuadró en el aparato militar de la banda terrorista y cuando llegó su primer encargo avisó a los suyos de que quería dejarlo. La Guardia Civil tuvo que desarrollar una operación policial para detenerle y después ingresó en prisión. Estuvo años porque ni siquiera el juez que dictó su condena sabía que era un “topo” de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado. Cuando salió de la cárcel le compraron un pequeño piso en un punto indeterminado de España y a día de hoy sigue intentando trabajar en lo que buenamente encuentra. Le vamos a llamar M. por motivos de seguridad. Tampoco vamos a destapar los nombres de los miembros de ETA con los que compartió pisos y diseñó atentados. Lo que si les puedo acreditar es que verificamos su identidad con el Ministerio del Interior y su relato es verdadero.

Este premio Goya también va para M. y para los miles de Policías y de Guardias Civiles que durante cinco décadas han luchado contra ETA. Desde aquel 7 de junio de 1968 cuando la banda terrorista ETA asesinó a tiros al guardia civil José Antonio Pardines en Villabona (Gipuzkoa) hasta el 20 de octubre del 2011, cuando la organización terrorista anunció el “cese definitivo” de su actividad armada ha habido 3500 atentados, 864 muertos y 7000 víctimas. Durante este tiempo los terroristas asesinaron a 206 guardias civiles, 149 policías nacionales, 86 militares, 13 ertzainas y 1 mosso d’Esquadra. ¿Les hemos agradecido lo suficiente haber combatido la mayor lacra que ha tenido este país? ¿Se les ha premiado a sus familias que durante tiempo no tuvieron ni siquiera el apoyo de la sociedad?

Quizá ustedes no lo sepan pero hasta mediados de los años noventa los vecinos bajaban las persianas cuando las viudas de los guardias civiles y policías nacionales acudían a enterrar a los suyos. Muchos de los atentados que tuvieron lugar en aquellas fechas no han podido ser dirimidos ni resueltos porque no hay testigos que hayan podido acreditar quienes fueron los autores materiales de aquellos crímenes. No eran los terroristas de ETA detenidos los que no aportaban los datos de los suyos, era la sociedad la que no quería meterse en líos y cerraba los ojos y los oídos ante el asesinato que había presenciado en primera persona.

Siempre he defendido que la sociedad española y principalmente la vasca tenemos una deuda con las víctimas del terrorismo. Hasta el año 2011 (la Ley 29/2011 de 22 de septiembre) no se aprobó la Ley de Reconocimiento y Protección Integral a las Víctimas del Terrorismo que regula y consolida la Oficina de Información y Asistencia a las Victimas del Terrorismo. A partir de ese momento las viudas e hijos de los asesinados dentro de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad de Estado comenzaron a recibir ayudas del Estado para que sus hijos pudiesen estudiar en igual de condiciones que el resto, no solo en colegios públicos y concertados. A partir de ese momento muchas familias tuvieron la oportunidad de elegir si seguían viviendo en cuarteles que en algunas zonas de España eran verdaderos guetos. Esto también es memoria democrática de una historia reciente de nuestro país. Y esto lo tienen que conocer los jóvenes de nuestro país. Franco fue un dictador y asesinó a mucha gente después de la Guerra Civil. ETA fue un grupo terrorista que asesinó y torturó a miles de personas y que gracias a las Fuerzas de Seguridad del Estado y a la sociedad se disolvió sin conseguir sus objetivos de independencia. Gracias Elena.