Opinión

Éxito

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Hace unos años me preguntaron que era para mí el éxito. No tenía tiempo para pensar, tenía que responder lo primero que viniera a mi cabeza y recuerdo que contesté «para mí el éxito es vivir la vida que quieres vivir, o una vida lo más parecida posible».

A raíz de aquella pregunta y después de haberla contestado comencé a reflexionar sobre qué era el éxito para mí. Nunca me lo había planteado.

Nos han contado y nos cuentan muchas historias relacionadas con el éxito. Que el éxito es ganar mucho dinero, que el éxito es ser muy conocido, que el éxito es tener mucho poder en tu trabajo o en tu empresa, que el éxito es trabajar para ti mismo o poder jubilarte a los cincuenta. El mundo está lleno de gurús dándonos las claves del éxito en la vida, que yo siempre pienso que darán las claves de lo que para ellos es el éxito, ¿no? Algunos incluso escriben libros sobre ello. ¿Tú te has planteado alguna vez qué es el éxito para ti?

En los años ochenta del pasado siglo se extendió por el mundo un modelo de hombre o mujer de éxito: el yupi que vimos en tantas películas estadounidenses. Esos yupis ganaban y gastaban dinero sin despeinarse (ellos llevaban el pelo engominado y ellas laca suficiente) y parte de ese modelo sigue triunfando hoy en día y algunas personas consideran que son exitosas si son capaces de generar el dinero suficiente para ser propietarios de determinadas marcas de coches o de relojes o de un tipo de casa.

Desde hace no mucho se nos propone otro modelo de éxito: no trabajes para ninguna empresa como empleado, trabaja por tu cuenta. Es a veces casi una imposición la que te encuentras, porque si no lo haces es que eres tonto ya que todo son ventajas según cuentan algunos, trabajas menos y ganas más, y siempre para uno mismo.

A los jóvenes, también en muchas ocasiones, en vez de preguntarles qué les gustaría hacer con sus vidas y alentarles a intentar vivirlas, se les instruye sobre cuáles son los caminos para llegar al éxito y cuáles no, porque lo importante es triunfar para los ojos ajenos.

Escuchaba hace poco el estribillo de la canción Abandonarse a la tristeza de la banda Medalla que dice «abrazar el fracaso te hará libre, te hará crecer» y no puedo estar más de acuerdo. No he leído nunca libros sobre el éxito escritos por gurús, pero he leído muchas biografías y autobiografías, y teniendo en cuenta que para cada uno de nosotros el éxito es algo distinto, sí puedo confirmar que las personas que trabajaron por conseguirlo (lo que ellos entendían por tener éxito) tenían este espíritu. Abrazaban los fracasos y seguían adelante. Algo parecido a lo que uno se encuentra en palabras de Churchill: «el éxito es la capacidad de ir de fracaso en fracaso sin perder el entusiasmo»

No han pasado muchos años desde que me hicieron la pregunta con la que abro esta columna, tal vez diez o quince, y ahora que sí he reflexionado sobre qué es el éxito para mí, confirmo que hoy daría la misma respuesta: vivir la vida que cada uno quiere vivir, o lo más aproximado posible. Yo conozco a muchas personas que se consideran exitosas en sus vidas, viviendo la vida como ellos quieren, a veces de manera sencilla, vidas que ellos han elegido y que casi nadie conoce. No son exitosos para los otros, pero para ellos vivir así su vida es su éxito.

Me recuerda la frase que sobre el éxito ha dicho en ocasiones uno de mis cineastas favoritos, Woody Allen: «No conozco la clave del éxito, pero la clave del fracaso es intentar complacer a todo el mundo».

Creo que hay que olvidar las miradas ajenas. El éxito es algo personal y el fracaso, también. Cualquier momento es bueno para plantearse qué es el éxito para uno y qué vida quiere vivir, y a partir de ahí, pues ya cada cual que trabaje para conseguir lo que quiere.

Los que comparten mi mundo personal me han oído repetir muchas veces la misma frase: cuidado con lo que deseas, que te puede ser concedido, incluido el éxito. Y es que ya sabemos, como dijo Santa Teresa de Jesús, que hay más lágrimas derramadas por las plegarias atendidas, que por aquellas que quedan sin atender.