Las teorías de la conspiración no triunfan por casualidad. Uno de los secretos de su éxito es conseguir que mucha gente se sienta distinta, especial y por supuesto muy superior al resto, al rebaño que no maneja la información correcta y, pobres, son vilmente manipulados. Los tuits y memes sobre imbéciles e inútiles arrasan en los grupos de Whatsapp por un motivo muy sencillo: todos los compartimos porque todos creemos que se refieren a los demás, nunca a nosotros.
También merecen un estudio completo esas publicaciones en redes sociales con la coletilla “No lo verás en los medios”. En el caso de los deportes, suelen estar referidas a disciplinas minoritarias que al autor seguramente le importan un pito también, pero no por ello renuncia a su derecho a ejercer la crítica demagógica. Tal es el ansia que tienen por darnos a conocer esa competición marginada que a veces hasta incluyen un enlace a algún medio de esos que no hablan de ella.
“A Mbappé le han castigado con un partido”, se lamentaba este lunes Emilio Pérez de Rozas en La tribu de Radio Marca. “De risa, vamos. Y de eso no habla nadie, madre mía”. Me pregunto cuántas tertulias escuchó este hombre tras el Alavés-Real Madrid. En todas las que yo escuché, y fueron unas cuantas, se habló de la patada de Mbappé a Antonio Blanco y después se debatió también sobre la sanción. También me pregunto si Pérez de Rozas ha seguido las principales tertulias de radio y televisión durante varios para poder determinar que “nadie” ha hablado sobre un tema.
Hallamos otro ejemplo en El partidazo de Cope, la semana pasada. Iba a escribir que Isaac Fouto entró en combustión, pero en realidad él vive en combustión y lo que experimenta, muy de vez en cuando, son efímeros estados de tranquilidad. En la enésima discusión sobre árbitros, Fouto criticó a sus compañeros de programa por ensañarse con los colegiados españoles y envidiar cómo se hacen las cosas en Inglaterra. Puso un ejemplo palmario, o eso debía de pensar él: “Howard Webb perdonó una entrada criminal sobre Xabi Alonso en el Mundial 2010. ¡Y no rajasteis de Howard Webb!”
Si no fuera porque Fouto interviene cada noche en El partidazo, pensaríamos que este hombre lleva 15 años de retiro monacal, alejado del mundanal wifi, sin haber cruzado una palabra con un solo español aficionado al fútbol. Es una pena que los periodistas españoles no envidien también el nivel del arbitraje egipcio, para que Fouto se pueda quejar de que en España se ha protegido a Gamal Al-Ghandour.
Con estos ejemplos y alguno más, parece claro que no debemos anclarnos en la literalidad. Cuando alguien dice “de esto no se habla”, en realidad está diciendo otra cosa. Normalmente significa “de esto no se habla tanto como a mí me gustaría”, o más preciso aún, “de esto hay gente que no dice exactamente lo que yo quiero oír”. ¿A qué se debe esto? A dos motivos. El primero, que el victimismo necesita herramientas. El segundo lo explicó muy bien en su día Albert Einstein: “Hay dos cosas infinitas el universo y la estupidez humana. Y del universo no estoy seguro”. Ah, ¿no era así?