Opinión

El mundo que viene

Actualizado: h
FacebookXLinkedInWhatsApp

Vivimos momentos caracterizados por la inestabilidad, la volatilidad y la inquietud. Sufrimos el tremendo shock de pensar que nuestra vida, nuestro modelo, nuestro sistema, estaba dominado por la seguridad y la prosperidad. Y, casi de repente, los viejos fantasmas que persiguen a la humanidad desde sus orígenes han vuelto a reaparecer sobre el escenario. Los cuatro jinetes del Apocalipsis, nacidos en el Nuevo Testamento, cabalgan a lomos de la guerra, el hambre, la peste y la muerte.

Vicente Blasco Ibáñez, para este modesto lector, es un genio de la literatura no suficientemente reconocido por la historia. Los culturetas no le perdonan que la calidad literaria y el éxito comercial convivieran en la misma persona. Ellos se lo pierden, pues Blasco triunfó en ambos frentes y escribió algunas novelas magistrales. Mi favorita es “La araña negra”. Hollywood le descubrió y le convirtió en guionista de éxito en los orígenes del cine. En 1916 publicó su extraordinaria novela “Los cuatro jinetes del Apocalipsis”, posteriormente adaptada al cine con Rodolfo Valentino como protagonista, en la que narraba las vicisitudes de dos familias en las hostilidades de la Guerra del 14. Pues bien, las siluetas de esos cuatro jinetes se dibujan en el horizonte de la humanidad.

Dado que esta columna, mal que me pese, no versa sobre historia ni literatura, sino sobre economía, voy a ceñirme a la materia que me encargan la directora y la jefa de la sección. Aunque es difícil entender la economía sin la literatura y, menos aún, sin la historia, me ajustaré a la encomienda.

Hace unos años, un equipo de economistas de Deustche Bank (DB), tras la crisis traumática de la pandemia, se atrevió a proyectar las relaciones económicas mundiales a 25 años vista. Ahora, han dado un paso más adelante y han actualizado unas previsiones que no andaban nada descaminadas. El informe, que tuvo, por su calidad, un gran impacto, se tituló “La era del desorden” y lo firmaban Jim Reid, Nick Burns, Luke Templeman, Henry Allen, y Karthik Nagalingam.

Invocando mi inclinación a la historia, el informe abarcaba los últimos 160 años de vida económica, caracterizados por seis grandes ciclos:

  1. La primera globalización (1860-1914)
  2. Las Grandes Guerras y la Depresión (1914-1945)
  3. Bretton Woods y la vuelta al patrón oro
  4. El dinero fiduciario y la era de la alta inflación (1971-1980)
  5. La segunda era de la globalización (1980-2020)
  6. La era del desorden (2020-XXXX)

Muchos de nosotros, los que ya peinamos canas, hemos vivido varias de estas etapas y nos reconocemos en ellas. Hemos disfrutado de una bonanza y una prosperidad inauditas. Y, ahora, vemos estupefactos que no era para siempre. Las conclusiones del equipo de DB parecen cobrar más sentido en este momento, cuando la estúpida revolución trumpista ha revuelto la economía mundial provocando unas turbulencias de incalculables efectos. Las conclusiones del equipo de DB eran premonitorias, aunque dudo que en su bola de cristal apareciera la chillona y agitada figura del presidente americano. Nadie duda, de que su imprevisible política arancelaria, la fractura de sus alianzas, su querencia por los gobernantes duros, su victimismo de opereta, su falta de lealtad con sus compromisos de seguridad, están abocando al mundo a un desorden anterior a Bretton Woods y la crisis del 29.

Los autores del informe categorizan ocho tendencias en esta “Era del desorden”. Lo califican de “superciclo”, anticipando que “la mejor combinación de crecimiento del precio de los activos, en cualquier era de la historia, con un retorno de capital y bonos muy elevado. Es improbable que en esta “Era del desorden” se pueda mantener ese resultado, sobre todo en términos reales”. Las ocho tendencias son las siguientes:

  1. Las tensiones comerciales entre EEUU y China.- Los americanos responden de diferente formas a esa amenaza, impulsando el proteccionismo, fortaleciendo su capacidad militar, cuestionando tratados comerciales o recuperando potencia industrial. Los chinos desarrollan su demanda interna para no depender tanto del exterior
  2. Consolidación o deterioro de la Unión Europea.- Se encuentra en un punto en el que puede alcanzar una mayor integración o un estancamiento en las relaciones entre sus miembros
  3. Incremento de la deuda.- Un país con moneda propia puede imprimir más papel con el único límite de la inflación
  4. Inflación o deflación.- La deflación, cuando la oferta supera la demanda, conlleva bajada de precios, caída de beneficios y el consumo y aumento de despidos.
  5. Incremento de la desigualdad.- Considera que habrá un aumento de la desigualdad social, incluso en el mundo desarrollado, con subida de los impuestos a los sectores o industrias que prosperen.
  6. Ampliación de la división intergeneracional.- Controversia entre los jóvenes, que vivirán peor que sus padres, amenazados además por la montaña de deuda que les dejarán sus progenitores.
  7. Debate sobre el cambio climático.- Aumentarán las tensiones entre los que apoyan un desarrollo verde y los que anteponen el bienestar económico.
  8. Revolución tecnológica o burbuja.- La aparición de la inteligencia artificial, la computación cuántica y la digitalización va a repercutir en el trabajo y en el ocio

En estas últimas semanas, han presentado un apéndice a su informe relacionando evolución demográfica, crecimiento económico y rentabilidad de los activos. Parten del criterio de esos tres ejes actúan mancomunadamente. “Este declive demográfico planteará importantes desafíos para Europa, ya que intentará mantener su influencia económica y geopolítica a pesar de enfrentarse a una desventaja demográfica”. España, Japón, Italia y Alemania son los países que salen peor parados, mientras Canadá, Reino Unido, Estados Unidos y Australia parecen los más prometedores. La tabla de salvación reside en las nuevas tecnologías y en la inmigración. “Si la inteligencia artificial se convierte en impulsor de la productividad a la par de las revoluciones industriales anteriores, debería aumentar para toda la economía global”. Como puede verse, munchos interrogantes para un futuro incierto.