Los JJOO de París dejaron una sensación de cierta decepción en cuanto al medallero. No por el desempeño de los deportistas del equipo olímpico español, sino porque las 18 medallas, 5 de oro, 4 de plata y 9 de bronce quedaron muy por debajo de las expectativas que el propio presidente del COE Alejandro Blanco había creado. “Vamos a por las 22 medallas y a pasar la barrera de Barcelonas 92”, dijo antes de viajar a París.
Los JJOO dieron paso a los Juegos Paralímpicos y desde el primer día se vio que los 150 deportistas españoles llegaban a París dando sentido a la frase de Ricardo Ten, uno de los grandes referentes del deporte español. “Para mí la discapacidad no es una incapacidad, es una manera de hacer diferentes las cosas”.
El veterano ciclista abrió el medallero para España ganando el bronce en persecución individual en pista. Después vendrían la plata por equipos y el oro contra el crono en carretera. Son sus séptimos Juegos Olímpicos a sus 49 años, ha logrado 4 medallas como ciclista y antes 7 como nadador.
A falta de la última jornada, España ha llegado a la cuarentena de medallas. Superando con creces la barrera de las 36 de Tokio 2020,cada jornada hemos sido testigo de innumerables historias de competitividad, de entrega, de superación, de rebelarse y a la vez aceptar los cambios drásticos que la vida puede traer y de sacar lo mejor de sí mismos a través de diferentes disciplinas deportivas.
Otros muchos atletas paralímpicos españoles han hecho historia en París, como la extraordinaria Teresa Perales, que al lograr el bronce en 50 metros espalda en la piscina de la Defénse Arena igualó las 28 medallas de Michael Phelps. Perales es la deportista española más laureada de la historia con 7 oros, 10 platas y 11 bronces. En sus séptimos JJOO ha añadido una vuelta de tuerca más a su discapacidad, y al mismo tiempo a su capacidad para superarse, al verse obligada a nadar solo con su brazo derecho por haber perdido la movilidad en el izquierdo.
Como Ricardo, Teresa es una auténtica referente para los deportistas españoles, dio fe Rafa Nadal con su mensaje de cariño y admiración hacia ella en redes.
Sin metal, pero con una medalla más importante que ninguna otra anterior, Loida Zabala regresó a España después de quedar última en su categoría de halterofilia en París. Han sido sus quintos Juegos, sin duda los que más ha agradecido poder alcanzar.
Cuando el pasado 28 de octubre, Loida sintió cómo se le dormía su brazo izquierdo no podía imaginar el diagnóstico que le esperaba. El cáncer de pulmón extendido al cerebro y al riñón se convirtió en un nuevo reto para esta mujer con una sonrisa que jamás la ha abandonado en sus 37 años de vida. Esa vida que desde los 11 años no se lo puso nada fácil. Una inflamación de la médula espinal, a esa corta edad, la sentó en una silla de ruedas y al mismo tiempo la puso a levantar peso para sentirse fuerte e independiente. En poco tiempo supo que la halterofilia la iba a ayudar el deseo de su vida a superar reto tras reto. ¿Medallas? Que haya podido competir en estos Juegos es un milagro que solo un espíritu de deportista como el que ella atesora es capaz de llevar a cabo.
Ricardo, Teresa, Loida… son solo algunos de los muchos deportistas con discapacidades convertidas por ellos en capacidades para superarse a sí mismos, para disfrutar del reto que el deporte, como la vida, les plantea cada día.
Para ellos, y para los que compitieron en los JJOO, para que mirando a Los Ángeles el deporte español evolucione y no involucione, para que la base y sustento de los jóvenes deportistas no sea únicamente las propias familias, para que el talento se pueda desarrollar, hacen falta mejorar en estructuras e inversión.
El Consejo de Ministros ha aprobado un importante incremento en las ayudas económicas que recibe el Comité Paralímpico. La diferencia, de más de un millón de euros ,responde a la medida extraordinaria de equiparar, por primera vez, los premios que perciben los deportistas olímpicos y paralímpicos por medalla. Una decisión que los segundos han demostrado merecer, con creces.
Tiene mucho más que hacer el CSD, el COE y las federaciones. Para que sea la última vez que vayamos a unos JJOO con el “reto” de superar una marca que en Los Ángeles cumplirá 36 años. La de Barcelona 92.