La DANA que ha afectado a distintos territorios de nuestro país, en especial a la Comunidad Valenciana, nos ha sumido en una tristeza difícil de expresar con palabras. La tragedia a la que asistimos estos días es de todos.
Nadie puede ser ajeno a una situación que se nos ha clavado en el corazón para siempre. Bien lo saben los hombres y mujeres de las Fuerzas Armadas que, desde el primer momento, trabajan sobre el terreno asistiendo a los ciudadanos afectados y siendo testigos de testimonios e imágenes muy duras que quedarán, para siempre, grabadas en su retina.
Pese a ello, pese a la dureza y la carga emocional y psicológica que se derivan de este tipo de intervenciones, la profesionalidad y la empatía de nuestros militares siempre es sobresaliente. Es un orgullo ver cómo se dejan la piel en ayudar y cómo lo hacen con una organización milimétrica pero, lo que es más importante, con una sensibilidad digna de elogio.
Como ministra de Defensa, es una satisfacción ser testigo de este gran trabajo y de la confianza que los ciudadanos depositan en las Fuerzas Armadas porque, con cada acción, con cada misión, con cada intervención queda claro que, donde hay un militar español hay esperanza y tranquilidad.
A todos ellos, a todos los que están sobre el terreno y los que, en la sombra, trabajan en materia logística y de planificación para que todo salga bien, mi agradecimiento más sincero. Un agradecimiento que, estoy segura, es también el de todos los vecinos afectados por esta DANA que ven cómo la Unidad Militar de Emergencias, el Ejército de Tierra, el Ejército del Aire y el Espacio y la Armada siempre están cuando se les necesita.
Como decía al inicio, no hay palabras para expresar el dolor que sentimos pero, España es un gran país y vamos a salir de esta, sin duda. Y todos los españoles pueden contar con el ejército, su ejército, el que siempre está ahí para dar lo mejor de sí mismo, sea donde sea.