Opinión

El Cádiz es de primera

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Cuando Andrea Gallardo Orihuela escribió una carta al Defensor del Pueblo, en un último intento desesperado por evitar que su abuela de 88 años se quedase en la calle desahuciada, seguramente no pensó en que el fútbol, a veces, es mucho más que el deporte rey.

“Mis abuelos, María y Antonio, establecieron su hogar en esta casa en el año 1967.A lo largo de décadas, construyeron su vida juntos y criaron a su familia en esta vivienda llena de recuerdos y amor”. Así inicia un relato descarnado del drama que acecha a la abuela de Andrea.

María Muñoz Ladrón de Guevara podría ser la abuela de cualquiera de nosotros. Una mujer casi nonagenaria que lleva toda una vida, 57 años, viviendo en una casa de alquiler en un barrio de Cádiz. Y tal y como se hacían las cosas hace casi 60 años, el titular de ese alquiler era su marido… hasta que falleció en 2016.

Al quedar viuda, y tras comprobar que no había habido subrogación, a María le ofrecen un nuevo contrato ya a su nombre, el anterior databa de 1975. Y con la buena fe de una mujer mayor que jamás podía pensar que ese contrato, prorrogable año a año, pudiera dejarla en realidad en la calle, firma.

Mientras tanto, el barrio popular El Pópulo, como en tantas ciudades españolas, muta de manera drástica, plagado de pisos humildes reconvertidos ahora en alquileres turísticos, como prácticamente todo el edificio en el que reside María.

Y los propietarios de ese bajo interior, tras varias prórrogas del contrato, deciden hace dos años denunciar el contrato para evitar una prórroga más y disponer de la vivienda, probablemente para terminar de completar el alquiler turístico del edificio. Solo la oferta de compra, por valor de 147.000 euros, podría solucionar la salida de la anciana de su hogar.

Es ahí cuando empieza el calvario de Maria, sus hijas y sus nietas. Con una pensión de 1000 euros, ni ella ni sus hijas pueden afrontar la compra. El proceso judicial que inician le da la razón a los propietarios y la inquilina , a sus 88 años, se encuentra con fecha de desahucio, el 26 de junio.Solo queda visibilizar el infierno que enfrenta la anciana, y pedir a gritos el último auxilio.

“La situación actual de mi abuela es extremadamente preocupante y tememos por su bienestar físico y emocional. Hemos agotado todas las vías legales disponibles y nos dirigimos a usted en busca de ayuda y apoyo en este momento crítico” le suplica la nieta al Defensor del Pueblo en su carta. “Nuestra familia está dispuesta a pagar una renta justa y acorde a la pensión de mi abuela (…) pedimos que nos apoyen en esta lucha por la justicia y la dignidad de mi abuela, una mujer que merece pasar sus últimos días en paz y en el hogar que tanto ama”.

Empieza la cuenta atrás, es 12 de junio y llaman a la puerta de Maria. Abre su hija Eva, y los visitantes son Manuel Vizcaino, presidente del Cádiz, su vicepresidente y el gerente de la Fundación, “los Reyes Magos” le dice la hija a la madre.

Y la escena salta de Cádiz a Vallecas, donde hace 10 años el Rayo Vallecano auxilió en vísperas de su desahucio a una anciana de 85 años pagándole la renta por el resto de sus días. Fue su entonces entrenador, Paco Jémez, tras acordarlo con el vestuario, quien se reunió con el nieto de Carmen Martínez para comunicarle la acción solidaria de un equipo que se identificó como nunca con el barrio obrero en el que habita y con los valores del vecindario.

Los mismos valores que ahora demuestra el Cádiz CF, sensibilizado ante la situación de extrema vulnerabilidad de esta anciana, que decide comprar, a través de su fundación, el piso que habita María para que ella, pagando una renta de 97 euros mensuales, pueda seguir viviendo allí el resto de sus días. Y es así como el fútbol sigue siendo de las personas, aunque a menudo parezca demasiado alejado de la calle.

No ha podido fichar mejor el Cádiz, un club históricamente identificado con su afición. “María, es usted dueña y señora de la casa” cuenta la hija que le dijo Manolo Vizcaino, presidente del Cádiz. Y es la única versión de esta historia de humanidad y solidaridad, porque nadie del club ha contado lo sucedido ni han buscado su difusión, cosa que sí ha querido hacer la familia, en agradecimiento a sus salvadores.

El fútbol de presupuestos, fichajes y comisiones millonarias, de aviones privados y de vidas de lujo, a veces también deja historias maravillosas como la del Cádiz con María. Sin ninguna duda, el mejor fichaje para el arranque en segunda división de un club que ha demostrado ser de Primera. ¡Felicidades!