Opinión

De viajes espaciales y Judith Love Cohen

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A menudo nos encontramos con personas que nos dicen lo que creen que deberíamos hacer o no en nuestras vidas. A Judith Love Cohen, cuando estudiaba matemáticas en el Brooklyn College, uno de sus profesores le dijo que las chicas normalmente no se dedicaban a las matemáticas o la ciencia y que quizá debería aprender cómo ser una dama. La realidad es que esta mujer fue la persona que escribió el código del sistema que debía servir para abortar la misión del Apolo 13 en caso de incidentes imprevistos, y ese sistema fue el que salvó a los astronautas de esa misión, que gracias a él consiguieron volver a La Tierra.

Este pasado fin de semana ha regresado a nuestro planeta la primera misión espacial privada, la Polaris Dawn, que estuvo cinco días en el espacio y ha llevado a sus tripulantes más lejos de lo que había llegado ninguna misión desde el último viaje que se realizó a la luna en 1972.

Esta misión espacial privada ha batido varios récords. El primero, el de altura, ya que ha conseguido la máxima altura en órbita (1.400kms). El segundo es el hecho de que las dos mujeres tripulantes de la misión son las mujeres que han estado más lejos de La Tierra. El tercer récord es que Sarah Gillis, una de las dos mujeres tripulantes e ingeniera aeroespacial, ha realizado el primer paseo espacial privado, a 700kms, un hecho por el que pasará a la historia.

Tanto la Polaris Dawn como Sarah Gillis han estado en los medios y en las redes sociales estos días y no dudo que esta mujer será un referente para generaciones más jóvenes de niñas que quizá sueñen con viajar al espacio o con trabajar en proyectos relacionados con el espacio. Las nuevas tecnologías hacen posible que cualquiera con un móvil en la mano pueda conocer estos acontecimientos casi en tiempo real, pero hace cincuenta años todo era muy distinto. Hace cincuenta años Judith Love Cohen no fue tan conocida como lo es hoy Sarah Gillis.

Judith nació en Brooklyn, Nueva York, el 16 de agosto de 1933. En su familia todas las mujeres trabajaban en una fábrica textil, pero Judith destacó en los estudios y consiguió una beca para estudiar en el Brooklyn College, la universidad pública de Nueva York. Con diecinueve años comenzó a estudiar ingeniería y ballet.

Con apenas veinte años Judith se casó y se mudó a California. Allí comenzó a trabajar como ingeniera en la North American Aviation mientras siguió estudiando en la Universidad del Sur de California (USC), donde terminó y consiguió su título de máster en 1962 sin haber coincidido con ninguna otra alumna. Al terminar sus estudios comenzó a trabajar en la Space Technology Laboratories, empresa en la que trabajó hasta que se jubiló y que trabajaba en numerosos proyectos con el gobierno de los Estados Unidos.

Uno de estos proyectos fue el sistema de guiado del abortado de la misión para el módulo lunar del programa Apolo de la NASA.

La misión Apolo 13 fue la séptima del programa Apolo y la tercera que tenía como objetivo posarse sobre la Luna, pero no lo consiguió. La misión salió del Centro Espacial Kennedy, en Florida, el 11 de abril de 1970 pero un tanque de oxígeno explotó al poco tiempo por lo que los astronautas decidieron dar la vuelta a la Luna y regresar a la Tierra. La nave quedó dañada y los tripulantes de la nave tuvieron que utilizar el módulo lunar, pero consumía demasiada electricidad y requería demasiada agua para enfriarse, por lo que fue el sistema secundario que había desarrollado Judith, el sistema de guía para abortar, diseñado para situaciones críticas, el que tuvo que ser utilizado.

Esta ingeniera, madre del actor Jack Black, terminó de escribir el código del sistema que ayudaba a abortar la misión (el que meses después consiguió salvar a los tripulantes del Apolo 13) estando de parto del conocido actor de Hollywood.

Judith Love Cohen se casó tres veces y junto a su tercer marido creó la Editorial Cascada Pass con la que publicaron una colección de libros dirigidos a las niñas que pretendían inspirarlas para ser lo que ellas quisieran, más allá de los roles tradicionales, especialmente profesiones científicas y técnicas asociadas hasta entonces a los hombres, con títulos como Tú puedes ser una mujer arquitecta, Tú puedes ser una mujer oceanógrafa o Tú puedes ser una mujer programadora. Judith murió en 2016.

“Quiero que las niñas sepan todas las oportunidades que hay para ellas” es la frase que repitió Judith en multitud de ocasiones y, en estos días en que una mujer ha sido noticia por pasearse por el espacio, recordemos a Judith Love Cohen, la mujer que nos sigue inspirando para que cada uno intente ser lo que quiere ser, sin que nadie nos diga a qué debemos dedicarnos.

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