Opinión

Con ocho no basta: la influencer atleta

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Cuando hace un año Estefanía Unzu se propuso disputar 12 maratones en 12 meses, ni ella misma esperaba, a sus 39 años, que tras cumplir ese reto en el maratón de Tokio, iba además a proclamarse campeona de España en la distancia de 100 kilómetros el pasado día 12 en Sotillo de la Adrada, Ávila, debutando por vez primera en esa distancia.

Estefanía es Verdeliss en YouTube, con más de 2 millones de seguidores e Instagram, donde reúne casi millón y medio. En esa red social subió la primera foto en abril de 2013, de una de sus hijas. Entonces eran 3, ahora es madre de 8, y su recorrido en sus redes es un viaje a través de sus embarazos, el nacimiento y crianza de sus hijos, la vivencia de una embarazada gemelar, un parto prematuro, el último asistida en su casa, la reforma de su vivienda…la vida cotidiana de una familia extra numerosa que la influencer navarra ha elegido ( y sabido) rentabilizar siendo una referencia en redes para muchos y saltando esporádicamente a la televisión a través de su participación en Gran Hermano Vip hace 6 años. Además tiene su propia marca de cosmética.

Una historia que ejemplifica muy bien el fenómeno social a nivel global que ha vivido el mundo a través de la digitalización y el papel de las redes sociales posibilitando la irrupción de nuevos referentes al alcance de cualquier consumidor del planeta.

En abril del 21, tras la pandemia, Verdeliss escribió bajo una foto suya en mallas y zapatillas junto a su marido un mensaje que terminaba en mayúsculas y prometía nuevos retos en la vida de esta madre influencer “Tener un hijo, escribir un libro, plantar un árbol y CORRER UNA MARATÓN”. Dicho y hecho.

Y así fue como tras la pandemia, esta navarra que había aparcado el atletismo tras practicarlo de adolescente, se lanzó a correr. Nada la detuvo, ni las exigencias que requiere la crianza de sus 8 hijos ni su amplia actividad como comunicadora. Y lo que más sorprende, sin preparador alguno más que ella misma. Lo aprendido de niña en casa, (sus padres son muy conocidos en el atletismo navarro) junto con una buena genética, su disciplina y determinación la han hecho superar sus propios límites. De Viena a Tokio, 12 maratones en un año y uno de propina, acabaron siendo 13.

Superado el objetivo, a Estefanía se le puso por delante un nuevo reto, correr una ultrafondo. En Sotillo de la Adrada se celebraba el campeonato de España de 100 k y allí se fue con la sana intención de intentar terminar una distancia que no había corrido nunca. No solo terminó, sino que fue la primera mujer en meta y solo 10 hombres entraron antes que ella, en un tiempo de 7.59.30.

La gesta ha proyectado su figura hacia los programas deportivos, Verdeliss ha explicado en los medios cómo se organiza, de qué forma entrena, cómo ha tolerado su cuerpo sus últimos retos, cómo comparte la crianza de sus hijos con su marido y de qué manera vive su faceta como runner. Pero…¡ay!

Es cierto que al enseñar tu vida públicamente e incluso haciendo de ello un modo de vida, hay que aceptar que las críticas son parte del juego. Y también es cierto que la inmensa mayoría de comentarios que recibe son positivos y de admiración. ¿Qué se critica?

Resulta que el sano ejercicio de desarrollarse a todos los niveles tiene un precio en redes sociales…si eres mujer. Mientras Estíbaliz mostraba allí su faceta como madre, todo iba bien. Pero ¿cómo se le ocurre romper el estereotipo de abnegada cuidadora de sus ocho hijos para irse a correr maratones? No calculó Estíbaliz que cierto consumidor español de “ supermamis “no está preparado para aceptar otra forma de realizarse que no sea esa misma. Que lo rancio sigue vivo, y es más, como contaba la propia Verdeliss esta semana en El Partidazo de COPE, las críticas más feroces por algo parecido a descuidar a sus hijos, venían precisamente de mujeres más que de hombres. Les gusta verla encinta, que no en la cinta.

¿Alguien hubiera preguntado de dónde saca el tiempo para atender a sus hijos si el campeón de España hubiese sido su marido? La respuesta la sabemos todos. NO. Es machismo de manual. Y da mucha pereza.

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