Opinión

EH Bildu, sin prisa para gobernar

La candidata a lehendakari de Sumar, Alba García, a la derecha, en plena campaña electoral
Actualizado: h
FacebookXLinkedInWhatsApp

La campaña electoral en el País Vasco está siendo de momento aburrida y eso que estas elecciones se perfilan como las más reñidas y abiertas desde hace muchos años. La hegemonía del PNV, sustentada en buena parte en el voto femenino, está en cuestión por primera vez en décadas a excepción de los años en los que Patxi López fue Lehendakari (2009-2012 con apoyo del PP) y EH Bildu amenaza con el sorpasso histórico.

La confrontación está ahora en el eje izquierda-derecha y no en el debate territorial o identitario. Preocupan temas como la vivienda, el empleo y principalmente Osakidetza, el Servicio Público de Salud que se le ha ido de las manos al PNV y amenaza con pasarle factura.

Las aspiraciones independentistas de lo que se conoce como Izquierda Abertzale no han desaparecido por arte de magia, pero ahora mismo se ejecuta otra estrategia después de analizar las consecuencias del procés catalán. Es posible que en la próxima campaña electoral el debate territorial vuelva a aparecer, y con fuerza, pero EH Bildu está con los problemas de la calle e intentando arrancar la hegemonía de la gestión al PNV. Los peneuvistas hace tiempo que dejaron de enfrentarse frontalmente con el Estado por cuestiones identitarias. El “plan Ibarretxe” fracasó y realmente los números nunca salieron.

El PNV llega muy tocado a estas elecciones y todo apunta a que va a salir “lesionado”. Espera reeditar el pacto de gobierno que en las últimas dos legislaturas ha mantenido con el PSE-EE incluso si gana EH Bildu. Pero lo cierto es que para los jeltzales el hecho que existan posibilidades reales de que la izquierda abertzale gane por primera vez unas elecciones autonómicas supone un varapalo muy grande.

De tú a tú con Sánchez

No lo han visto venir, han reaccionado tarde y “rezan” porque los de siempre les sigan votando con la vieja premisa de que el PNV es mucho PNV. El partido más profesional y más hábil a la hora de negociar atraviesa ahora mismo una crisis de “materia prima” que va a ser difícil de remontar. Tienen una capacidad acreditada para gestionar, pero muchos ciudadanos vascos ya no les ven como los únicos. Ha perdido su posición privilegiada en el País Vasco y probablemente también en Madrid porque EH Bildu también negocia ahora de “tú a tú” con el gobierno de Sánchez.

EH Bildu no tiene prisa en gobernar. Sale a ganar aupado además anímicamente por las encuestas pero sin prisa para gobernar. En su foro interno muchos militantes saben que hasta que no desaparezcan los viejos espadas no tienen posibilidades de buscar apoyos para gobernar. Sucedió con el Sinn Fein, al que siempre Batasuna y Sortu han considerado un referente. Hasta que Gerry Adams no abandonó la primera línea política el partido republicano irlandés no consiguió aumentar su base electoral principalmente en el sur de Irlanda donde el pasado violento del IRA le restaba votos de un sector de la ciudadanía.

Adams pasó de defender la violencia del IRA a involucrar a todo el movimiento nacionalista en el proceso de paz. Tras 35 años al frente el histórico líder transformó el brazo político del IRA en un partido institucional. Adams siempre fue una de las figuras más controvertidas de la política irlandesa. Siempre negó haber pertenecido al grupo terrorista, aunque si reconoció haber apoyado la causa. Fue esencial en los acuerdos de Viernes Santo de 1998 y en el desarme del grupo terrorista en el año 2006. Desde entonces el Sinn Fein ha apostado por un discurso de izquierdas por encima del independentismo.

Es lo que está haciendo ahora Sortu, que es el único partido dentro de EH Bildu al que se le puede equiparar con el Sinn Fein. A Adams al final la historia le convirtió para muchos en un hombre que luchó por la paz y es exactamente el reconocimiento que busca Arnaldo Otegi sobre todo por parte de la sociedad vasca.

De momento tanto el PSE-EE como el PNV abogan por la plena participación parlamentaria de EH-Bildu en la escena actual pero si que consideran que para que EH-Bildu pueda participar en la gobernabilidad de un país, Sortu necesita enfrentarse a su espejo del pasado y seguir avanzando en ese camino. Solo así el resto de partidos se atreverá a apoyarles ante próximas mayorías.

Esta exigencia viene marcada más por los partidos estatales que por la política vasca donde la rendición de cuentas con el pasado sobre todo entre los electores jóvenes está más avanzada, pero Madrid marca en este asunto. El próximo 21 de abril veremos si las encuestas están infladas o no a favor de EH-Bildu o si el PNV sigue siendo mucho PNV. A nueve días de las elecciones hay partido aunque del partido que más siguen disfrutando en Euskadi es del de la Copa del Rey que nos ha traído la Copa a casa después de mucho tiempo.

TAGS DE ESTA NOTICIA