Los medios de comunicación en los últimos días están plagados de noticias acerca de universidades y especialmente, acerca de los criterios que van a imperar en la creación de nuevos centros privados, como también de la modificación de las condiciones de los ya existentes.
Las declaraciones del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, de la vicepresidenta primera María Jesús Montero, y de la ministra de Ciencia, Innovación y Universidades, Diana Morant, ha ido subiendo de tono día a día, llegando al insulto, a la difamación y a la confrontación encarnizada entre modelos de universidad que son compatibles y complementarios.
No voy a polemizar con las declaraciones del Presidente y de la Ministra acerca de la nula creación de universidades públicas y de la proliferación de las privadas en los últimos años. No voy a polemizar con palabras impropias y descalificativos por parte de quien los utiliza tildando de “chiringuitos” y de “maquinas expendedoras de títulos” a universidades privadas.
Puedo hablar de Aragón. Una comunidad presidida desde agosto de 2023 por Jorge Azcón y con Claudia Pérez Forniés al frente de la Consejería de Empleo, Ciencia y Universidades. Se ha implantado el grado completo de Medicina en Huesca, haciendo realidad una reivindicación de hace más de 50 años. De igual forma se han incrementado el número de alumnos de Ingeniería Informática en Zaragoza y Teruel, y en Matemáticas en Zaragoza. Se ha acreditado el Hospital Obispo Polanco de Teruel como hospital universitario. Todo ello muestra un compromiso del gobierno de Jorge Azcón con la Universidad Pública de Zaragoza.
El Gobierno de Aragón, en base a sus competencias, asume y acepta proyectos universitarios privados que desean aterrizar en nuestra comunidad. Por lo tanto, nadie le puede reprochar, nadie, que no potencie la universidad pública, y que facilite los proyectos privados.
La Universidad Internacional Niccòlo Cusano ha decidido implantarse en Aragón. Lo decidió en diciembre de 2022, habiéndolo comunicado al ejecutivo autónomo, e informando en nuestra ciudad, tras haber realizado un contrato de arras con los propietarios de los terrenos en su futura ubicación.
El Gobierno de Aragón, presidido entonces por Javier Lambán, y con Maru Díaz al frente de la Consejería de Ciencia Universidad y Conocimiento, fulminó de un plumazo el proyecto. “Pondré todas las herramientas a mi alcance para impedir que esta universidad se implante en nuestra comunidad”, Maru Díaz dixit.
En mayo de 2024, la Universidad Niccolò Cusano registró su proyecto universitario privado a implantar en Calatayud, en la Consejería de Universidad. Tras aportar documentos adicionales, el 23 de diciembre se registró de forma definitiva el proyecto, y el 18 de marzo de 2025, el Gobierno de Aragón envió el proyecto al Ministerio de Ciencia, Innovación y Universidades.
La Universidad Niccolò Cusano ha registrado un proyecto universitario privado de acuerdo a la legislación en vigor, en la que el número de alumnos no es algo que determine la viabilidad ni la calidad de un proyecto.
Compartimos y asumimos los criterios de calidad que deben de exigirse a las universidades públicas y privadas. Compartimos las auditorias de cualquier proyecto, con objetividad, y sin sesgos ideológicos.
Y defendemos la Constitución y la seguridad jurídica que de ella se deriva en el artículo 9.3.
Por estas razones respaldamos un proyecto de talento. Un proyecto que es además generador de riqueza y vertebrador del territorio. Un proyecto que puede dar solución rápida y ágil a las necesidades de formación de nuestros jóvenes y de un mercado laboral cambiante. Un proyecto que aprovecha la excelente localización geoestratégica de Calatayud, y que apoyamos con el convencimiento de que es beneficioso, no sólo para nuestra ciudad.