Opinión

“Ama de casa” versus “tradewife”

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El Instituto Nacional de Estadística (INE) define a las llamadas “amas de casa” como “personas que declaran que, sin ejercer alguna actividad económica, se dedican a cuidar su propio hogar sin contraprestación alguna”. A tal efecto, las “amas de casa” están registradas como parte de la población inactiva a efectos laborales.

En el año 2002 el número de personas dedicadas en exclusiva al trabajo del cuidado del hogar era de 5 millones cuya edad oscilaba entre los 50 y 60 años. En el último trimestre del 2023 la cifra es de 2,8 millones siendo en su mayoría personas de más de 70 años.

Decir que, si bien durante décadas, la mayoría de “amas de casa” han sido mujeres, ha habido un aumento de hombres en inactividad dedicados a labores del hogar habiéndose multiplicado por 5 respecto al año 2002.

La brecha existente entre los hombres y mujeres ocupados en España se ha ido reduciendo progresivamente con el paso de los años y gracias al acceso de la mujer al mundo laboral.

El número de mujeres con empleo se ha triplicado en los últimos 50 años, alcanzando su máximo histórico a finales del año 2023 con casi 10 millones de mujeres ocupadas según la Encuesta de Población Activa (EPA) del Instituto Nacional de estadística.

Si analizamos las cifras de los trabajadores a jornada parcial en nuestro país, observaremos que destaca la presencia de mujeres. De los 2,8 millones de contratos parciales en el último trimestre de 2023, 2,1 millones corresponde a mujeres, es decir, el 75%.

Casi en la mitad de los casos, el principal motivo para escoger este tipo de contrato es por no haber podido encontrar un trabajo a jornada completa.

La segunda razón es la necesidad de atender el cuidado de hijos o de adultos dependientes, incapacitados o con edad avanzada. Estas mujeres representan el 17% de los 2,1 millones de mujeres ocupadas a tiempo parcial (amas de casa a tiempo parcial).

En la actualidad, y gracias a las redes sociales, podemos ver que se ha puesto de moda el papel de las amas de casa tradicionales (tendencia tradwife).

Compuesto por los términos “tradicional” y “esposa”, el término no describe otra cosa que a una mujer que, según el modelo de los años 50, se ocupa del hogar, los niños y la cocina mientras el hombre persigue un empleo remunerado con el que mantener a la familia.

Este movimiento se puso de moda hace unos años entre mujeres blancas y de clase media en Reino Unido y ahora vive su auge gracias a influencers femeninas que residen en Estados Unidos.

Para ser una tradwife debes de centrarte en la cocina y en la repostería con ingredientes frescos y con elaboración propia de todos los alimentos. Las necesidades de su marido y sus hijos son el centro de atención y marcan la pauta a la hora de elegir recetas. Es indispensable publicarlo todo en las redes.

Sin embargo, a la hora de la verdad, la mayoría de estas mujeres/influencers han creado un lucrativo negocio que no difiere en absoluto de un “autoempleo”. Estas mujeres no tienen que depender de los ingresos de sus maridos gracias a contratos con marcas o las marcas que ellas mismas han creado.

Las imágenes glamurosas del día a día que estas tradwives nos muestran por redes se alejan de la realidad de una verdadera “ama de casa”pues las tareas realizadas en  la cocina y en el cuidado de los niños  van de la mano de ropa de diseño y looks muy estudiados así como de cocinas siempre impecablemente limpias, sin contar con la falta de las montañas de ropa sucia y de las muestras de cansancio derivado de una jornada de trabajo en el hogar.

La influencer Tradwife Estee Williams idealiza en sus redes el modelo de los años 50, da consejos de como atraer como mujer a un hombre tipo “proveedor” y critica al feminismo moderno.

Decir que gracias al feminismo moderno, ella y otras mujeres tienen la oportunidad de elegir su modelo de vida actual. Podrían seguir siendo amas de casa, no por elección, sino por obligación.

Resulta curioso observar la edad de la mayoría de tradwives. Pese a su juventud y con total desconocimiento de la realidad actual y pasada, idealizan una situación que nunca han vivido y minimizan los logros feministas por lo que lucharon sus abuelas y sus madres.

Ser “ama de casa” puede ser una elección pero en muchos casos, es una obligación.

Ser una tradwife es una manera de generar ingresos mediante un lucrativo negocio que nada tiene que ver con lo que se nos intenta hacer creer.