Opinión

Ada y la ciencia poética

Ada Lovelace - Sociedad
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Hay personas que encuentran poesía en un amanecer y personas que la encuentran en una piedra. Ada Lovelace, hija de Lord Byron, el gran poeta inglés del Romanticismo, encontraba poesía en las matemáticas.

Ada fue la única hija legítima de Lord Byron, el poeta que nació en Londres en 1788 y murió en Grecia a los treinta y seis años luchando por la independencia de este país. Quizá te suene: “En su fondo mi alma lleva un tierno secreto / solitario y perdido, que yace reposado”, ya que es el comienzo de la Canción del Corsario, uno de sus poemas más conocidos.

Ada fue su única hija legítima, aunque su madre abandonó a su padre, al poco de haber nacido, por sus continuas infidelidades. Su madre no solo se separó de Lord Byron, sino que luchó y consiguió el divorcio de éste para impedir que la custodia de su hija le fuera concedida al padre. Éste abandonó Inglaterra después del divorcio y murió cuando Ada tenía ocho años. Ada nunca conoció a su padre.

La madre de Ada, Anna Isabella Noel Byron, fue una aristócrata inglesa (baronesa de Wentworth y baronesa de Byron) que estudió matemáticas y astronomía, además ser una activista a favor de los derechos de las mujeres y los desfavorecidos, que luchó también en contra de la esclavitud. Ada nació en 1815 y no fue hasta que cumplió los veinte años que se le mostró el retrato de su padre y le fue confirmado que era hija de Lord Byron.

La educación de Ada comenzó cuando era una niña de apenas pocos años. El objetivo de su madre era darle una educación científica y alejarla del espíritu del Romanticismo que había encarnado su padre, Lord Byron. Así, además de música o francés, Ada estudió matemáticas y astronomía, teniendo entre sus tutoras a Mary Sommerville, científica y escritora escocesa, y una de las primeras mujeres que fue miembro de la Royal Astronomical Society. Con una curiosidad desbordante, siendo una adolescente, Ada escribió su primer libro, Flyology, un estudio sobre cómo los humanos podrían volar.

En una época en que la universidad estaba vetada a las mujeres, con dieciocho años Ada comenzó su vida social y fue en una de las fiestas donde conoció a Charles Babbage, matemático y científico, llamado El padre de los ordenadores ya que fue el primero en diseñar una calculadora mecánica y la analítica para ejecutar programas de computación. Comenzó entonces una amistad que con los años se transformaría en una colaboración científica que llevaría a Ada a ser considerara la primera programadora de la historia. Aunque no se pueda afirmar literalmente que ella fue quien desarrolló el primer programa informático de la historia, sí se puede afirmar que tuvo la visión de lo que se podría hacer de manera práctica con estos programas.

En 1835, con veinte años, Ada se casó con William (Lord) King (más adelante Conde de Lovelace, apellido que Ada tomaría para sí y por el que se la conoce hasta nuestros días) con el que tuvo tres hijos, pero no tuvieron que pasar muchos años de matrimonio para darse cuenta de que lo suyo no era tan solo ser esposa y madre, y volvió a sus estudios y trabajos en matemáticas, llegando entonces la época de colaboración con Babbage y su máquina diferencial.

Entonces el telar de Joseph Marie Jacquard, inventado en 1801, permitía que se pudieran elaborar diseños complejos en las telas utilizando tarjetas perforadas. Esta máquina fue la base que llevó a Ada a imaginar el futuro que, para todos los que ahora estamos delante de un ordenador, yo escribiendo y tú leyendo, es nuestro presente.

Ada tradujo del francés para la revista Scientific Memoirs un artículo en el que se describía la máquina analítica de Babbage. Ada publicó el artículo con notas propias, en las cuales aportaba sus propias teorías acerca del funcionamiento de la máquina. Estas notas, firmadas con las iniciales AAL, y que no fueron publicadas con su verdadero nombre hasta 1953, se convirtieron en algo más importante que el propio texto traducido, y es que en ellas Ada desarrolló conceptos como lo que hoy conocemos como algoritmo informático. Este algoritmo nunca se implementó y nunca pudo ser probado ya que la máquina analítica de Babbage nunca fue construida, pero Ada Lovelace quedaría para la historia como la primera programadora teórica, con una visión que trascendió la pura rutina de cálculo.

Hay personas que piensan que la ciencia camina por un lado y el arte, la poesía, por otro. Pero hay personas que ven belleza en las matemáticas, en la física, en la ciencia. Lo que es seguro es que sólo a través de la curiosidad y las preguntas que uno se hace es posible llegar a esos lugares desconocidos donde uno quizá nunca imaginó que llegaría y quizá ver poesía en ellos. Este fue el caso de Ada Lovelace.

“Si no puedes darme poesía, dame al menos ciencia poética”, escribió Ada a su madre en una ocasión. Ada y la poesía en las matemáticas. Ada y la ciencia poética.