Opinión

8M, cuando el muro es el silencio

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Explica Mary Beard, la gran historiadora del mundo clásico, que en la Odisea, el poema épico que desembocó en la primera obra literaria escrita de la historia de la humanidad, se recoge cómo Telémaco manda callar a su madre y la envía a casa, a ocuparse de sus labores propias, “del telar y la rueca”, argumentando que el “relato” debe estar al cuidado de los hombres. Es la prueba irrefutable de cómo desde las primeras evidencias escritas de la cultura occidental las voces de las mujeres han sido acalladas en la esfera pública.

Una situación, como otras del ámbito de la igualdad, respecto a la que, afortunadamente, hoy, muchos siglos después, en el trayecto milenario que transita desde Homero hasta, por ejemplo, Gisèle Pelicot, hemos dado pasos de gigante en la labor de que las mujeres alcen su voz y sean, de verdad, escuchadas, construyendo, así, el relato de la historia.

Lo que predica la izquierda

Un largo camino, que no ha sido fácil, que no está completo, y, en el que, sorprendentemente, en España, de cara a este 8-M de 2025, nos encontramos con que el muro que algunos quieren levantar, en esta ocasión es el silencio. Para empezar, el de ese hiperactivo feminismo de las hipérboles, tan acostumbrado a acaparar banderas que pertenecen a todas las mujeres, que hoy calla de forma estridente frente a graves sucesos que afectan a sus partidos políticos de referencia.

Me refiero, claro está, a formaciones políticas cuyos fundadores están acusados de graves escándalos de acoso a mujeres, y también a la que está implicada en un rosario de sumarios judiciales en los que aparecen actividades prostibularias a cargo del erario público. Hechos tremendamente graves, que se suman al daño moral que supone un Gobierno, integrado por esos mismos partidos, capaz de aprobar una ley fallida, como la del “Sólo Sí es Sí”, que ha supuesto la puesta en libertad y rebaja de penas a más de un millar de violadores.

Un salto tremendo respecto a lo que predica un Gobierno y una izquierda incapaces de atajar con medidas políticas el hecho de que las mujeres españolas lideran el desempleo femenino en Europa, con dos puntos más de paro que los hombres. O que, en la actualidad, los hombres ganan un 11,8% más de media al año que las mujeres.

Ley de Conciliación

Datos y situaciones que ponen de relieve el enorme trabajo pendiente en todos los ámbitos de la igualdad real, y que hay que abordar, con pragmatismo y realismo, sin negacionismos ni exageraciones, teniendo claro que cuando avanzamos en igualdad, ganamos todos. Lo hacemos por razones de justicia, pero también de competitividad, porque hay que aprovechar todo el talento de nuestra sociedad, sin dejar pasar de largo, por razones de género, el de muchas mujeres. Una forma excelente de garantizar la sostenibilidad de nuestro Estado del Bienestar, de nuestro sistema de pensiones y de nuestros servicios públicos.

Feijóo, única y gran alternativa al sanchismo, lo vio claro desde el principio. Por eso registró una proposición de Ley de Conciliación pensada exactamente para que nadie tenga que elegir entre desarrollar su proyecto personal o familiar y su carrera profesional, y para que conciliar nunca suponga tener que renunciar. Con medidas como la educación universal y gratuita de 0 a 3 años, la ampliación de los permisos de paternidad y maternidad, la bonificación de la contratación de cuidadores, etc.

Medidas esenciales si queremos cerrar las brechas pendientes, centrando la cuestión en el objetivo correcto, porque no se trata de que las mujeres ejerzan poder sobre los hombres, sino de que lo tengan sobre ellas mismas.

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