La irrupción de Kamala Harris en la carrera por la presidencia de Estados Unidos ha devuelto la energía y la esperanza a millones de mujeres demócratas, que veían con desánimo cómo el candidato republicano, Donald Trump, iba ensanchando su ventaja a costa de la aparente decadencia del presidente Joe Biden.
Cuando el domingo 21, éste anunció que se retiraba finalmente de la carrera y daba su apoyo como candidata a su vicepresidenta, una llama que agonizaba en el movimiento femenino demócrata se avivó de nuevo. En apenas unos días, Harris ha conseguido agrupar bajo su liderazgo a un partido hasta entonces dividido y confundido, captar donaciones para la campaña sin precedentes en los últimos años y pasar a la ofensiva contra Trump.
Salvar la democracia
“El apoyo del presidente Biden a Harris como candidata ha sido una noticia maravillosa para salvar la democracia representativa en los Estados Unidos de América”, le dijo desde Washington a Artículo 14 Rosalyn Coates, presidenta del Club Nacional de Mujeres Demócratas.
A punto de cumplir 70 años, Coates es una abogada que trabajó la mayor parte de su vida para la Oficina de Derechos Civiles del Departamento de Educación, precisamente uno de los que plantea suprimir el Proyecto 2025, el polémico plan para un gobierno conservador elaborado por un grupo de seguidores de Trump y del que este ha intentado desvincularse sin descartar que vaya a llevar a la práctica sus propuestas.
La amenaza de Trump
Para ella, una afroamericana que ha dedicado cerca de 40 años a luchar por la igualdad de oportunidades, el regreso de Trump a la Casa Blanca es una amenaza real para la democracia estadounidense y Harris el último dique de contención frente a la intolerancia que encarna el candidato republicano.
“Ella es una servidora pública experimentada, efectiva y compasiva, y el mundo se beneficiaría mucho de su liderazgo como presidenta de Estados Unidos”, cree Coates.
La señora Coates reparte ahora su tiempo entre su labor al frente del club y el apoyo a la causa femenina y de la campaña de Harris, y su familia. Tiene once nietos que, según dice, llenan su vida de amor.
Recuperar la esperanza
Según cuenta, en casa tienen últimamente mucho que celebrar: el aniversario de su matrimonio y el segundo cumpleaños del más pequeño de sus nietos. Pero también el efecto revitalizante que ha tenido la irrupción de Harris como aspirante a la presidencia, sobre todo entre muchas mujeres que empezaban a perder la esperanza en una alternativa viable a Trump. “Su candidatura ya ha tenido un impacto energizante en mujeres de todos los sectores, edades y razas que ahora se sienten muy empoderadas”, afirma.
Mucho más al sur, en el condado de Broward, en Florida, Mábel Pérez también ha recuperado el optimismo por el efecto Harris. Ciudadana estadounidense nacida hace 55 años en Colombia, es una de las latinas, un colectivo de votantes que no ha dejado de ganar peso electoral y al que la candidatura de Harris busca convencer denunciando la ola de restricciones en el acceso al aborto propiciada por Trump y los republicanos. El estado en el que vive es uno de los que se ha visto afectados.
“La mejor opción”
Encargada en una tienda de ropa en un centro comercial de la ciudad de Sunrise y madre de dos niñas, Pérez cree que la candidatura de Harris ha sido “una renovación y un impulso total a la campaña del Partido Demócrata”.
“Ella es la mejor opción porque tiene un gran camino adelantado por todo lo que ha hecho como vicepresidenta y tiene el conocimiento suficiente para vencer a Trump”. Pérez no oculta su optimismo y, pese a que las encuestas muestran una carrera muy igualada, cree que Harris se impondrá por una “distancia arrolladora”.
Sostiene que, aunque la transición del liderazgo de Biden al de Harris ha sido “dura”, ya nadie duda de que los demócratas tienen una candidata fuerte y que podrá aguantar sin problemas los próximos cuatro años, lo que ha privado a Trump de su principal argumento, la supuesta inaptitud de su oponente. “Aunque aparentemente Trump cuenta con mucho apoyo, la gente es consciente de que es la persona menos indicada para el cargo político más importante del mundo y la balanza se está inclinando favorablemente a Harris, como muestra la cantidad de donaciones que está recibiendo”, dice.
Pérez ve en un posible triunfo de Harris algo de justicia histórica. “Ya es más que justo y necesario que se demuestre la importancia del dominio femenino. Ya desde la época de Hillary Clinton estábamos preparadas. Definitivamente, es hora de que Estados Unidos tenga una mujer presidenta”, concluye.