Batalla por la maternidad

Xu Zaozao, la mujer que no pudo congelar sus óvulos por ser soltera en China

La joven china ha perdido la batalla en los tribunales, pero ha logrado abrir un debate sobre las limitaciones que imponen las autoridades de China a las mujeres que no están casadas

El propósito de Xu Zaozao durante los últimos seis años ha sido doble. Primero ha intentado que un tribunal le diera la razón y le permitiera congelar sus óvulos. El equipo médico del Hospital de Ginecología de Pekín le denegó usar este servicio en 2018 debido a que no estaba casada y no evidenció dificultad para quedar embarazada de manera natural. El segundo, la búsqueda de un cambio en la legislación de China para que las chicas en su misma situación tengan este derecho básico. Finalmente, el juez ha ratificado que Xu no tiene la potestad de someterse a una fertilización in vitro con sus óvulos congelados. La joven ha perdido su batalla personal.

En 2022, el mismo tribunal determinó que el hospital no había vulnerado sus derechos. Su apelación ha confirmado que el médico que tomó esta decisión siguió la ley al pie de la letra. De esta manera, el profundo estigma contra las madres solteras y las pertenecientes a la comunidad LGTBI que quieran tener hijos criados en familias no tradicionales seguirá implantado en la sociedad china. Estas personas continuarán siendo discriminadas por una ley que no se ha adaptado a los nuevos tiempos. A ellas se unen las casadas que sean fértiles, quienes tampoco pueden someterse a este procedimiento. Esto no ayuda al declive poblacional que vive la nación debido a la baja tasa de natalidad o al descenso del índice de matrimonios. En 2023, fue superada por India como el país más poblado del mundo.

Xu tiene ahora 36 años. Su caso atrajo un inmenso interés nacional e internacional porque se resistió a ser discriminada simplemente por querer congelar sus óvulos en caso de no encontrar pareja en el futuro. Tras la decisión judicial, Xu emitió un vídeo en vivo a través de la red social china, WeChat, donde anunció a sus seguidores el veredicto. “Se rechaza el recurso y se confirma la sentencia original. Se esperaba este resultado”, admitió en la retransmisión. También prometió “no abandonar” la causa por la que lleva luchando más de un lustro.

Ha avivado el debate público

Aunque no ha conseguido su objetivo principal, Xu se mostró satisfecha por haber contribuido a que haya un debate público. En 2020, el hashtag ‘propuesta para que se prohíba a las mujeres solteras congelar sus óvulos’ recibió 710 millones de visualizaciones en WeChat. Este lunes, el hashtag ‘solteras congelan óvulos’ cuenta con 1.073 millones de interacciones. “Creo que esta causa va en la buena dirección. La opinión pública ha cambiado bastante en los últimos años”. Se refiere a algunas propuestas legislativas “cada vez más favorables con las mujeres solteras”, que no han llegado a buen puerto, aunque están poniendo énfasis a una realidad que es compartida con muchísimas de sus compatriotas.

Descenso de la natalidad

Los factores económicos, la crisis de la vivienda que ha asolado China en los últimos años, la imposibilidad para conciliar vida laboral y familiar o la presión de generaciones anteriores a casarse y formar una familia han creado unas condiciones muy desfavorables para que las mujeres más formadas puedan tener hijos. Por eso, es muy común que las jóvenes profesionales con capacidad económica para salir del país elijan someterse a estos servicios en naciones como Japón o en Islas Mariana del Norte. Las redes sociales ponen de relieve estos ‘viajes exprés’.

“Otra hermana soltera que ha venido a Japón para congelar sus óvulos”, publica Amada_Li en Weibo, otra red social. “No es fácil. Estudió en una famosa universidad de China y tuvo dificultades en el matrimonio y en el amor. Su marido la engañó y cuando decidió divorciarse no tuvo suerte en otras relaciones. Ahora tiene 39 años y sigue soltera”, prosigue. Li explica que esta chica no tiene esperanzas en casarse pero que si lo hace, quiere tener hijos con sus propios óvulos. En China, este perfil no tiene libertad para someterse a tal servicio.

El post de otra usuaria relata el caso de una mujer que viajó a Saipán, Islas Mariana del Norte, para congelar sus óvulos. “Una ciudadana china se tomó cuatro días de vacaciones y fue allí a someterse al procedimiento. Está casada pero no tiene prisa por tener un hijo. Sólo quiere un plan B”, escribió. Otra usuaria celebra que una joven natural de Shanghái congeló 17 óvulos. “¡Excelente resultado, buen trabajo!”, publicó.

“El médico trató de persuadirme”

Xu no puede costearse una intervención de este tipo en el extranjero. Cuando fue al hospital en 2018, su experiencia fue completamente distinta a la de las chicas que sí pueden viajar. “El médico intentó persuadirme con que tuviera un hijo en ese momento”, explicó. “Dijo que mi carrera podía desarrollarse en cualquier momento y que es más difícil tener un hijo más adelante. Buscaba un servicio profesional y recibí un consejo de vida”, confesó. Argumenta que la sentencia tuvo un tono positivo y resaltó un párrafo que alude a que se llegó a ese veredicto mientras que las políticas “en materia de nacimientos” se vayan ajustando en el país a una nueva realidad. Xu buscaba impacto social y lo ha conseguido.

Según relata la periodista, Manya Koeste, experta en tendencias sociales de China, “técnicamente, las mujeres solteras de China podrían congelar sus óvulos -si tienen capacidad económica para ello-, aunque no podrían inseminarlos a menos que presentaran tres certificados: su documento de identidad, su certificado de matrimonio y el permiso para dar a luz, que no se expediría sin el certificado de matrimonio. En resumen: las mujeres solteras no podrían tener un bebé por inseminación artificial, porque no podrían conseguir los papeles legales necesarios para llevar a cabo el procedimiento”, argumenta.

Peng Liyuan y Xi Jinping durante un acto

¿Por qué Saipán para el turismo de parto?

Durante décadas, y desde el mandato de Deng Xiaoping en 1979 hasta el de Xi Jinping en 2015, China llevó a cabo la política de un sólo hijo para controlar el crecimiento de la población. Esta medida provocó que la prioridad de las familias fuera tener hijos varones, especialmente en las zonas rurales, porque a la postre generaría más oportunidades para la familia que las mujeres. Aquello derivó en abortos forzados y selectivos. Durante los últimos años de la política de un solo hijo proliferó el turismo de parto. El principal destino era, como en la actualidad, Saipán. Al ser territorio estadounidense y un destino muy cercano a China, sus ciudadanos más acomodados aprovechaban que podían pasar 14 días allí sin necesidad de una visa especial para dar a luz a su segundo hijo allí. Los recién nacidos adoptaban, además, la nacionalidad estadounidense automáticamente.

El caso de Xu no ha podido crear jurisprudencia para que las mujeres solteras puedan dar a luz en China, sin embargo, podría ser una de las primeras piedras para que el país relaje sus medidas y se adapte a una realidad que desean cambiar: la retracción de su población. Si ese razonamiento sirve para dar a las mujeres un derecho básico, independientemente de su estado civil, bienvenido sea.

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