La oposición

Xóchitl Gálvez, la baza del anti “establishment”

La ingeniera de formación no milita en ningún partido. Se presentó como una candidata cercana que no provenía de círculos privilegiados

Xóchitl Gálvez Ruiz (Tepatepec, Hidalgo, 1963) es la candidata que prometía una nueva era para México. Nacida y criada en Tepatepec, un pequeño municipio del estado de Hidalgo, Gálvez es hija de un maestro y una ama de casa. Sus orígenes otomíes y su niñez en la pobreza han marcado la forma en la que se ha desarrollado en la política.

Con 61 años, Gálvez se ha consolidado como una figura multifacética en la política y la tecnología. Ella estudió Computación en la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM). En 1992, fundó High Tech Services, una empresa enfocada en tecnología y servicios, que le valió el premio de Empresaria del Año. Ese mismo año, dentro de los trabajos más destacados para el público, fue la coordinadora de informática del Pabellón de México en la Expo de Sevilla de 1992 y directora de Teleinformática en el World Trade Center Ciudad de México.

Debate en México

La candidata del frente opositor Fuerza y Corazón por México, Xóchitl Gálvez, saluda a su llegada a las instalaciones de los Estudios Churubusco, en la Ciudad de México

En 1995, creó la Fundación Porvenir, una institución concentrada en ayudar a menores con problemas de desnutrición en zonas indígenas de México. Cinco años después, cuando en 2000 el Partido Acción Nacional (PAN), logró romper con los 80 años del Partido Revolucionario Institucional (PRI) y Vicente Fox fue elegido presidente, Gálvez se unió a su gabinete.

La ahora candidata fue nombrada como titular de la Oficina de la Presidencia para la Atención de los Pueblos Indígenas. Tres años después, fue nombrada titular de la Comisión Nacional para el desarrollo de los pueblos Indígenas.

Primeros pasos en política

En 2010, ella intentó dar sus primeros pasos en la política y trató de competir en el gobierno del estado de Hidalgo, pero no logró ganar. Cinco años más tarde sí logró asumir un puesto en la Ciudad de México. Se convirtió en la jefa de la alcaldía Miguel Hidalgo, una de las demarcaciones más ricas de la capital mexicana.

En 2018, Gálvez logró un escaño en el Senado de México por un periodo de 6 años y donde se ha enfocado en temas como la seguridad, la educación, la salud y el medio ambiente. Ha propuesto reformas para combatir el crimen organizado y retirar a las Fuerzas Armadas de tareas civiles, además de promover una modernización integral del sistema educativo para adaptarlo a las necesidades del siglo XXI.

Gálvez también ha sido una defensora de la lucha contra la violencia de género, proponiendo la creación de fiscalías especializadas y reformas al sistema de justicia para proteger a las víctimas. Su agenda ambiental incluye metas ambiciosas, como alcanzar cero emisiones netas de carbono para 2050 y mejorar la infraestructura para el acceso al agua potable.

“México merece más”

Debido a que Gálvez no milita en ningún partido, ella se presentó como una candidata cercana que no proviene del “establishment” o de círculos privilegiados. Su lema de campaña, “México merece más”, intenta encapsular su visión.

Gálvez se enfrentaba a las elecciones federales de 2024 con una combinación de experiencia técnica y compromiso social. Su candidatura prometía enfrentar los desafíos actuales de México, desde la oposición actual, pero finalmente, los mexicanos no han votado por ella masivamente.

Votar sin miedo

Durante la jornada electoral, Gálvez pidió tras votar en la capital mexicana que la gente saliera “sin miedo” pese a la violencia en los comicios.

“Les diría ‘salgan sin miedo’. Ya sabemos que, en algunas partes de Chiapas (estado de la frontera sur), no se van a instalar casillas (centro de votación), lo lamento muchísimo”, declaró a los medios tras votar en la escuela primaria El Chamizal de Ciudad de México después de hacer cola durante prácticamente dos horas.

Gálvez recordó que estos comicios también son ya los más violentos, con al menos 30 aspirantes asesinados y más de 250 homicidios políticos, mientras la coalición Frente y Corazón por México denunció que el crimen organizado puso en riesgo los votos en casi un 30% del territorio.

La exsenadora anheló que las elecciones sean en paz, que “no haya ninguna persona más que fallezca” y que “Dios ilumine a los mexicanos”.

“Sí ha sido la elección más violenta en la historia de nuestro país”, lamentó, aunque remarcó que iba “a ser un gran día de fiesta” por la “enorme participación”.