Ursula von der Leyen tiende la mano a Donald Trump, pero con reservas. La presidenta de la Comisión Europea declaró ayer desde el Foro Económico de Davos que la prioridad de la institución que encabeza será “entablar una relación temprana, debatir los intereses comunes y estar dispuestos a negociar” con la nueva Administración de Estados Unidos. “Seremos pragmáticos, pero siempre defenderemos nuestros principios. Proteger nuestros intereses y defender nuestros valores: ese es el estilo europeo”, subrayó la jefa del Ejecutivo comunitario, que reconoció un día después de la anómala toma de posesión de Trump en Washington que “las reglas de juego entre las potencias mundiales están cambiando”.
“El orden mundial cooperativo que imaginamos hace 25 años no se ha hecho realidad. En su lugar, hemos entrado en una nueva era de dura competencia geoestratégica… Tendremos que trabajar juntos para evitar una carrera global a la baja”, afirmó Von der Leyen. “No debemos dar nada por sentado. Aunque a algunos en Europa puede que no les guste esta nueva realidad, estamos dispuestos a afrontarla. Nuestros valores no cambian. Pero para defenderlos en un mundo cambiante, debemos cambiar nuestra forma de actuar”.
“Abierta a los negocios”
La presidenta de la Comisión insistió en que Europa está “abierta a los negocios”, como quedó demostrado a finales del pasado año con la histórica firma del acuerdo con Mercosur –el mayor acuerdo jamás alcanzado para impulsar la integración económica y política entre Europa y Sudamérica–, y puso en valor los lazos económicos que unen a Europa con los Estados Unidos de un Trump que vuelve a apostar por la vía del proteccionismo.
“Ninguna otra economía del mundo está tan integrada como la nuestra. Las empresas europeas en Estados Unidos emplean a 3,5 millones de estadounidenses. Y otro millón de empleos estadounidenses dependen directamente del comercio con Europa”, sostuvo Von der Leyen, quien recordó que “hay mucho en juego para ambas partes”. Existen “cadenas de suministro enteras” que se extienden “a ambos lados del Atlántico”, señaló la presidenta de la Comisión, que puso dos ejemplos significativos: los aviones estadounidenses que se fabrican “con sistemas de control y fibras de carbono de Europa” y los medicamentos estadounidenses que se producen “con productos químicos y herramientas de laboratorio que vienen de nuestro lado del Atlántico”.
En defensa del Acuerdo de París
Von der Leyen también salió en defensa del acuerdo climático de París solo unas horas después de que Trump certificara por segunda vez la retirada unilateral de Estados Unidos del pacto firmado en 2015. “El Acuerdo de París sigue siendo la mejor esperanza para toda la humanidad. Así que Europa mantendrá el rumbo y seguirá trabajando con todas las naciones que quieran proteger la naturaleza y detener el calentamiento global”, sentenció.
It’s a truly unfortunate development that the world’s largest economy, and one of our closest allies in the fight against climate change, is withdrawing from the Paris Agreement. https://t.co/sRVPqH32QZ
— Wopke Hoekstra (@WBHoekstra) January 21, 2025
En esta línea, la dirigente alemana reivindicó la agenda verde de la Comisión, pese a haber asumido algunas de las exigencias del Partido Popular Europeo (PPE), su familia política, para suavizar la legislación comunitaria en esta materia. Von der Leyen no se refirió expresamente a la decisión de Trump, algo que sí hizo el comisario de Clima, Cero Emisiones y Crecimiento Limpio, Wopke Hoekstra, que consideró “realmente desafortunado que la mayor economía del mundo, y uno de nuestros aliados más cercanos en la lucha contra el cambio climático, se retire del Acuerdo de París”.
“A pesar de este revés, seguimos comprometidos a trabajar con Estados Unidos y nuestros socios internacionales para abordar el acuciante problema del cambio climático”, puntualizó, sin embargo, el exministro de Exteriores de Países Bajos.
El nuevo imperialismo
Von der Leyen deberá reafirmar su liderazgo en los próximos cuatro años para hacer frente a un Trump envalentonado que, solo en su primer día en la Casa Blanca, firmó cerca de 200 órdenes ejecutivas para desmantelar el legado de Joe Biden. Desde el Despacho Oval, el republicano reiteró sus ambiciones expansionistas “por cuestiones de seguridad nacional” sobre Groenlandia, isla autónoma rica en recursos naturales bajo soberanía de Dinamarca, uno de los Veintisiete miembros del club comunitario.
Mantuvo el órdago. De hecho, ayer mismo, el primer ministro de Groenlandia, Múte B. Egede, anunció desde Nuuk que su Gobierno ya trabaja para organizar un encuentro con el entorno de Trump para explicar su postura, aunque matizó que en última instancia serían los groenlandeses –que no quieren ser “ni estadounidenses ni daneses”, en palabras del propio Egede– “los que decidirán qué va a ocurrir” en el futuro.
Groenlandia se ha convertido en uno de los múltiples frentes abiertos entre Trump y la Unión Europea. Otro de los temas que seguirán siendo determinantes en los próximos meses es la guerra en Ucrania. Respondiendo a preguntas de los periodistas desde el Despacho Oval, Trump reconoció el lunes que el presidente ucraniano Volodimir Zelenski busca alcanzar un acuerdo de paz. “No sé si Putin quiere. Puede que no. Creo que debería hacer un trato porque está destruyendo Rusia. Rusia va a tener grandes problemas, mira su economía, mira la inflación rusa”, deslizó el republicano. En este caso, las posturas entre Washington y Bruselas parecen estar encontrándose.
Meloni y Orbán
La respuesta contundente de la UE a la pandemia de covid-19 y la unidad exhibida a la hora de defender a Ucrania a raíz de la invasión rusa a gran escala sirven como botón de muestra de lo que es capaz de hacer el bloque en momentos de máxima dificultad. Von der Leyen no estará sola en el frente diplomático. Contará con la asistencia de la ex primera ministra de Estonia, Kaja Kallas. La alta representante de la UE para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad deberá conducir las relaciones con Washington. El lunes, Kallas quiso empezar con buen pie felicitando a su homólogo estadounidense Marco Rubio, que recibió la confirmación del Senado para asumir la secretaría del Departamento de Estado.
“Mientras nuestros adversarios se coordinan contra nosotros, somos más fuertes cuando les hacemos frente juntos. Estoy deseando trabajar con usted en este momento crítico, basándome en los intereses que ambos compartimos”, escribió la jefa de la diplomacia europea en la red social X.
Para reforzar su posición, Kallas y Von der Leyen tendrán que apoyarse en los líderes del Consejo Europeo, especialmente en la presidenta del Gobierno italiano, Giorgia Meloni, y el primer ministro húngaro, Viktor Orbán. Dos de los principales exponentes de la ultraderecha internacional que han conseguido tejer sólidas alianzas con Trump. Los dos desfilaron recientemente por su mansión de Mar-a-Lago. Meloni, única jefa de Gobierno europea presente en la ceremonia de investidura del republicano, tiene además contacto directo con Elon Musk, mano derecha de Trump y miembro estrella de su Gabinete.
Las relaciones entre Von der Leyen y Orbán no son especialmente fluidas a raíz de las denuncias de la dirigente alemana sobre la deriva autoritaria en Hungría. En cambio, la presidenta de la Comisión sí tiene especial sintonía con Meloni, de quien ha alabado recientemente su plan de deportaciones de migrantes a Albania.
La energía, clave
Mientras, Von der Leyen busca mecanismos alternativos con el objetivo de aplacar la agresividad de Trump. Para evitar la imposición de aranceles por parte de la nueva Administración, la jefa del Ejecutivo comunitario se ha mostrado dispuesta a comprar más gas natural licuado (GNL) a Estados Unidos, que se convirtió en el principal suministrador energético de la UE desde la imposición de sanciones a la Rusia de Vladimir Putin en respuesta a la denominada “operación militar especial” en Ucrania.
“En los últimos 25 años, Europa ha confiado en la marea creciente del comercio mundial para impulsar su crecimiento. Ha dependido de la energía barata de Rusia, y Europa ha externalizado con demasiada frecuencia su seguridad. Pero esos días han pasado”, confesó Von der Leyen desde Davos.
“La prioridad es tener una conversación, comprometerse pronto, discutir los intereses comunes y luego estar listos para negociar”, expresó el lunes la portavoz de Energía de la Comisión, Anna-Kaisa Itkonen, en declaraciones recogidas por el digital Politico. “Tenemos que establecer contacto con ellos y ver cómo avanzar. Pero en concreto, no estamos empezando de cero: esto ha sido algo que al más alto nivel tanto la UE como Estados Unidos han discutido sobre el GNL. Lo que hemos hecho a lo largo de los años por parte de la UE es asegurarnos de que la infraestructura de GNL existe para que las empresas puedan comprar este GNL”.
“¿Hemos entrado en una época de supervivencia del más fuerte?”, reflexionaba a principios de enero el ministro francés de Exteriores, Jean-Noël Barrot. “Mi respuesta es sí”. Von der Leyen parece estar de acuerdo.