La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, ha reconocido que la Unión Europea se enfrenta a “cambios históricos” y debe asumir ahora un papel de liderazgo en un orden mundial en rápida evolución, que ya no se define por la tradicional alianza transatlántica.
Al reflexionar sobre su mandato cargado de crisis, Von der Leyen pintó el retrato de una Europa forjada por la adversidad: desde la pandemia del Covid-19 y la invasión rusa de Ucrania hasta la crisis energética y la aparición de lo que ella llama una “crisis transatlántica”. En una entrevista con Die Zeit, Von der Leyen se sincera: “Estas situaciones nos ayudan a centrarnos en lo esencial. Tengo que mantener coordinados a los 27 Estados miembros y orientarles. No hay tiempo para pensar en cómo lo estoy haciendo”.
El mandato Von der Leyen: una crisis tras otra
Desde que asumió el cargo en 2019, Von der Leyen ha presidido lo que muchos consideran uno de los capítulos más turbulentos de la historia de la UE. “Llevaba 90 días en el cargo cuando la OMS declaró el COVID-19 pandemia mundial”, señaló. “Aún no nos habíamos recuperado cuando Putin atacó Ucrania”. La serie de crisis, sugirió, ha empujado a la UE hacia una unidad y resistencia inesperadas.

El shock de la invasión a gran escala de Ucrania por parte de Rusia, junto con las señales cambiantes de Washington -especialmente bajo una segunda presidencia de Trump- ha acelerado, en su opinión, una transformación fundamental de la Unión Europea.
“Cuando cayó el Muro en 1990, se proclamó el fin de la historia. Ahora la historia ha vuelto”, espetó la presidenta del Ejecutivo comunitario. “Y también la geopolítica“.
Un nuevo papel en un nuevo orden mundial
Von der Leyen abogó por una “nueva Unión Europea” que sea capaz de dar forma a la dinámica mundial, en lugar de limitarse a reaccionar ante ella. La UE, argumentó, debe asumir un papel asertivo en la escena mundial, desarrollando capacidades de Defensa, abriendo mercados y promoviendo sus valores en el exterior.
“Europa está muy despierta”, señaló, citando un fondo sin precedentes de 800.000 millones de euros para reforzar la defensa común. “Esto habría sido impensable hace sólo unos años”.

La política germana hizo hincapié en la importancia de la unidad interna y la asertividad externa, especialmente a la luz de la aparente retirada de Estados Unidos de su tradicional papel de liderazgo. Cuando se le preguntó si Occidente sigue existiendo, Von der Leyen establece un delicado equilibrio: “Soy una gran amiga de Estados Unidos… pero el 87% del comercio mundial se realiza con países no estadounidenses. Europa puede ofrecer eso”.
El liderazgo Von der Leyen
Tras los comentarios de Kaja Kallas, jefa de Política Exterior de la UE, quien sugirió que el “mundo libre necesita un nuevo líder”, Von der Leyen echa balones fuera. “No me gustan estas etiquetas”, reconoció. “Pero creo firmemente que Europa puede y debe desempeñar un papel importante en la configuración del nuevo orden mundial“.

Su confianza se ve reforzada por lo que ella considera una pauta: cada crisis ha acabado fortaleciendo a la Unión. “La gente ha aprendido que cuando hay grandes crisis, Europa aporta sin duda algunas de las grandes respuestas”.
Más allá de las fronteras europeas
Von der Leyen también rechazó la idea de que la UE deba limitarse a las fronteras geográficas de Europa. Canadá, señaló, es un socio cercano. Noruega y Reino Unido están entablando una cooperación más estrecha, no sólo en defensa, sino también en comercio, energía y migración. “Todos compartimos la misma creencia en Europa y en el modo de vida europeo”.
Cuando se le preguntó por las provocaciones de Estados Unidos en Groenlandia, se mantuvo firme: “Los groenlandeses son dueños del futuro de Groenlandia. Tenemos muy claro que apoyamos al reino de Dinamarca y su integridad territorial”.
“Ni Bros, ni oligarcas”
Su aguda observación de que “no tenemos ‘bros’ ni oligarcas” subraya un tema más amplio: Europa, sugirió, ofrece un modelo político y económico fundamentalmente diferente, basado en las instituciones democráticas, el Estado de Derecho y la colaboración, en lugar de en la política del poder y las redes clientelares.

“Europa sigue siendo un proyecto de paz. No tenemos ‘bros’ ni oligarcas que dicten las normas. No invadimos a nuestros vecinos ni les castigamos. Al contrario, hay doce países en lista de espera para convertirse en miembros de la Unión Europea. Son unos 150 millones de personas. En Europa, los niños pueden ir a buenas escuelas por muy ricos que sean sus padres. Tenemos menos emisiones de CO2, mayor esperanza de vida. En nuestras universidades se permiten debates controvertidos. Todo esto y mucho más son valores que hay que defender y que demuestran que Europa es más que una unión. Europa es nuestro hogar. Y la gente lo sabe, la gente lo siente”, concluyó Von der Leyen en una gran definición de lo que es la UE.