Cristiandad

Una nueva Navidad de guerra e incertidumbre para las últimas cristianas de Oriente Medio

La llegada al poder de rebeldes yihadistas tras la caída del régimen de Asad inquieta a las últimas comunidades cristianas

Manifestación en un barrio cristiano de Damasco Efe

Depositarias de una larguísima y rica tradición, los cristianos -orgullosos de mantener viva la llamada de la fe en el escenario del nacimiento y pasión de Cristo- de la región celebraron esta noche la Navidad -aunque una parte de los ortodoxos lo harán dentro de dos semanas- en medio de una inexorable decadencia y de un escenario de inestabilidad.

La intolerancia religiosa, el terrorismo, la inestabilidad y la emigración vienen menguando desde hace décadas las poblaciones cristianas de Oriente Medio, donde en el siglo pasado llegaron a representar globalmente el 15% de la población y hoy apenas llegan al 4-5%. Las mujeres, discriminadas por su doble condición femenina y de seguidoras de una fe a menudo perseguida, se llevan la peor parte.

Siria

Un árbol altísimo pero esquelético con la bandera de la nueva Siria, adoptada tras el derrocamiento de Bachar al Asad, se erige en una de las plazas del barrio armenio de Alepo

Con todo, la situación varía sustancialmente de un país a otro: si en Egipto o el Líbano su continuidad parece garantizada a medio plazo, la realidad de los cristianos en Irak es dramática y, con la inopinada caída del régimen de Bachar al Asad hace menos de tres semanas, todo es en Siria incertidumbre sobre el futuro. Los Territorios Palestinos, escenario de los episodios que hoy se recuerdan, serán testigos de una nueva Navidad en medio de la tensión y la guerra en Gaza -más de 14 meses de ofensiva de las Fuerza de Defensa de Israel; más de 45.000 muertos según las autoridades locales- y con una comunidad menguante.

Siria

La caída del régimen dictatorial sirio hace menos de tres semanas está provocando en los representantes de las comunidades cristianas de Siria, que globalmente suponen entre el 2 y el 3% de la población, sentimientos encontrados: liberación por el fin de una autocracia que no dudó en utilizar cualquier método para reprimir la disidencia -con independencia de la filiación religiosa- pero que se jactó de proteger a los cristianos y miedo ante la posibilidad de que los exitosos rebeldes, yihadistas de larga data, vuelvan a las andadas. “Hay un sentimiento generalizado de optimismo, pero los cristianos están muy preocupados sobre el futuro”, advierte a ARTÍCULO 14 el académico y poeta sirio Najib Georges Awad, que enseña teología en la Universidad de Bonn (Alemania).

Niñas

Niñas cristianas sirias asisten a una misa en la catedral mariamita de Damasco

No en vano, la milicia dominante en la amalgama de fuerzas rebeldes hoy en Damasco, Hayat Tahrir al Sham, nació de la misma Al Qaeda y su líder, Abú Mohamed al Jolani, fue miliciano destacado de la organización yihadista. En el pasado, Al Jolani dejó claro que en Siria no había espacio para cristianos y drusos, aunque hoy asegura que el futuro del país levantino será inclusivo y respetuoso con su pluralismo etno-religioso. Los más de seis años en que los neoyihadistas de HTS han gobernado la mayor parte de la gobernación de Idlib, una demarcación prácticamente vaciada de cristianos y en la que los últimos representantes de esta fe han sufrido expropiaciones forzosas, pueden servir para anticipar el futuro del conjunto del país a partir de ahora.

A pesar de que hoy los cristianos de Siria esperan celebrar la Navidad con normalidad en Damasco, Homs o Alepo, lo cierto es que el pasado 18 de diciembre un grupo de desconocidos abrió fuego en el interior de una iglesia ortodoxa en la ciudad de Hama e intentó destruir una cruz de piedra en un cementerio. Además, periodistas de la agencia Reuters dejaron constancia de cómo grupos de yihadistas se pasearon por un barrio de mayoría cristiana en Damasco, Bab Touma, haciendo sonar con sus altavoces canciones yihadistas.

Palestina

En Gaza apenas siguen sobreviviendo unas 700 personas de fe cristiana en medio de un escenario apocalíptico tras más de 14 meses de asedio israelí contra Hamás. “La situación está mucho peor que hace un año y la situación es dramática. La comunidad cristiana en Gaza se extingue”, asegura desde Belén (Cisjordania) a Artículo14 el politólogo y especialista en cristianismo palestino Xavier Abu Eid.

La realidad que vivirán este año los cristianos de Cisjordania es igualmente desoladora. En el territorio gobernado por la Autoridad Palestina (en manos del secular Al Fatah) los cristianos representan solo entre el 1% y el 2% de la población después de décadas de emigración. “Los controles de las fuerzas israelíes y los ataques de los colonos impedirán que los cristianos de otras ciudades de Cisjordania como Ramala o Jericó o de Israel puedan este año llegar a Belén y celebrar allí la Navidad. Tampoco habrá turistas. Lo mínimo que podemos hacer los que sí podamos estar en Belén es mantener viva la tradición y celebrar el mayor acto de esperanza para los palestinos, el nacimiento de Cristo”, explica a este medio Abu Eid.

Irak e Irán

Aún peor es la situación de los cristianos en Irak, que han pasado de ser el 10% de la población del país a mediados del siglo pasado a ser menos del 1% hoy, lo que se traduce en entre 150.000 y 200.000 personas. La caída del régimen secular de Saddam Hussein hace ya más de veinte años y el ascenso del yihadismo -una parte del territorio iraquí se convirtió en el califato del Estado Islámico entre 2014 y 2019- se han cebado especialmente con los cristianos, que se afanan por entrar, a duras penas, en una nueva normalidad. Muchos de ellos dejaron el país y otros buscaron refugio en la región autónoma del Kurdistán en busca de mayor libertad.

En Irán, la Constitución de la República Islámica consagra al islam como la religión del Estado, pero permite a las minorías armenia y asiria practicar sus respectivos cristianismos. Oficialmente hay apenas unos 120.000 cristianos en Irán -que tiene casi 90 millones de habitantes- pero otros estudios sitúan la cifra real en el medio millón.

Egipto

Con diferencia, Egipto es el país con mayor número de cristianos de Oriente Medio y el norte de África. Egipto es hogar de más de 10 millones de personas, aunque el número -en un país de estadísticas poco rigurosas y en el que hace ya varios años que se superó la barrera de los 100 millones de habitantes- podría ser sensiblemente superior. La mayoría de ellos son seguidores de la Iglesia copta ortodoxa en un país gobernado desde 2013 por un militar, Abdelfatá al Sisi, tras un golpe de Estado que expulsó a los Hermanos Musulmanes en el poder.

Líbano y Jordania

La cara de la moneda para los cristianos en Oriente Medio es la de los cristianos en el Líbano, donde a pesar de una paulatina decadencia siguen suponiendo al menos el 30% (no se celebran censos oficiales desde 1932, lo que da cuenta de la especial sensibilidad de la cuestión).

Líbano

George Elia, residente local, instala un árbol de Navidad entre los escombros de la dañada iglesia católica melquita de San Jorge antes de las fiestas navideñas, en la localidad de Derdghaya, sur del Líbano

El país levantino es también un mosaico de las distintas denominaciones cristianas y sede de numerosas instituciones cristianas, que constituyen uno de los pilares fundamentales de la sociedad libanesa, y en ellas las mujeres ocupan responsabilidades y funciones como en ningún otro país de la zona. La fórmula confesional libanesa garantiza -en una norma no escrita- a un cristiano la presidencia de la República y la jefatura de las fuerzas armadas. Tras dos meses de dura ofensiva israelí contra Hizbulá, los católicos maronitas -la mayor denominación cristiana del país- celebrarán la Navidad en todo el país. La monarquía hachemita garantiza la libertad religiosa de los cristianos jordanos, que, con todo, apenas suponen el 2% de la población del país.