“Esta es una noche mejor aún que la de hace dos años. Esta nación se presenta al G7 en Europa con el Gobierno más fuerte de todos”, presumió la primera ministra la madrugada de las elecciones, cuando ya media Europa dormía. Hermanos de Italia repite de nuevo como primer partido, igual que ocurrió en las generales de hace año y medio, pero no solo iguala el dato, sino que lo mejora rozando un 29% de los votos y subiendo casi tres puntos en las elecciones europeas del 9-J.
Así, Giorgia Meloni, la anfitriona de la cumbre anual del G7, las siete democracias más ricas del mundo, llega pletórica a esta importante cita, que acogerá en Bari a los presidentes de Estados Unidos y Francia, Joe Biden y Emmanuel Macron; los primeros ministros de Canadá, Reino Unido y Japón, Justin Trudeau, Rishi Sunak y Fumio Kishida; y al canciller alemán Olaf Scholz.
Antes de comenzar la cita, ya ha comenzado la primera polémica. Según apuntan varios medios italianos, entre ellos ‘Repubblica’ y ‘La Stampa’, citando fuentes europeas, la líder italiana habría intentado frenar un punto del borrador del documento de conclusiones del G7 donde se intentaba reforzar “un acceso efectivo y seguro al aborto”.
Tras el G7 de Hiroshima, se había introducido un punto sobre la interrupción voluntaria del embarazo y varios países como Francia o Canadá aspiraban a reforzar aún más esta mención. Cabe recordar que recientemente, Macron ha blindado el aborto en Francia. Pero según difunde la prensa italiana, Meloni habría impedido introducir cualquier mención al tema, actitud que habría generado roces entre algunos de los otros países del G7.
Reforzada en Italia
La primera ministra gana consensos y no se desgasta a pesar de estos casi dos años en el Gobierno, que no han estado exentos de polémicas y que se encuadran en una coyuntura internacional compleja. Meloni sigue siendo la líder en la que confían los italianos, este pasado fin de semana la votaron a ella misma, a pesar de que su candidatura fuese solo una excusa para convertir este voto en un referéndum sobre su persona y la primera ministra no irá a ocupar su puesto de europarlamentaria. Más de dos millones de italianos escribieron en su papeleta directamente “Giorgia”.
El laboratorio político italiano
Pocas horas después, cuando Italia se estaba despertando de la noche electoral que deja un claro ascenso de las derechas radicales en Europa, que ven en el país transalpino una especie de laboratorio político, Meloni hablaba en la primera entrevista tras la victoria. “Es un resultado clamoroso, es muy importante políticamente y conmovedor desde el punto de vista personal”, dijo. No pudo evitar, sin embargo, al margen de su éxito, responder sobre una apabullante abstención que superó el 50% de los italianos con derecho a voto. Algo que Giorgia Meloni ve como un problema general del continente europeo. “Se ve en los resultados el hecho de que Europa se percibe distante y que la UE haya hecho políticas no compartidas por los ciudadanos. Las fuerzas alternativas a la izquierda crecen en toda Europa”, asegura Meloni.
Según ha explicado el profesor de Ciencias Políticas de la Universidad Luiss Giovanni Orsina tras el voto en Italia ante la prensa extranjera, “una parte del electorado ya no cree que votar sirva para algo. No considera que pueda resolver sus problemas votando por uno u otro partido”. La afluencia más baja de la historia republicana coincide sin duda con un dato también negativo en la Unión Europea, en Italia fue exactamente del 49,69% a pesar de que se votaba en dos días. Es verdad que Italia cuenta con muchas limitaciones al no permitir el voto por correo en territorio nacional y permitir el voto en el extranjero solo a los ciudadanos que se encuentran en un país de la Unión Europea, lo que reduce enormemente las posibilidades.
Guiño a Le Pen
En la entrevista de este lunes Giorgia Meloni se permite, además, lanzar ya el primer vaticinio de cómo piensa usar su recién adquirido poder en la UE. “Creo que hace falta una Europa menos invasiva en la vida de las personas, que no ataque la libertad y que se ocupe de las grandes materias”, explica. Pero, como ha señalado también Orsina, sus decisiones sobre qué mayorías europeas apoyar, desde dentro o desde fuera, no se podrán tomar, y por lo tanto conocer, antes del voto en Francia. “El resultado de Marine le Pen es fundamental en este momento para Giorgia Meloni antes de decidir”, añade. De hecho, a pesar de no mostrar sus cartas, la primera ministra se encargó en las últimas horas de resaltar el resultado de la líder de Reagrupación Nacional.
Es más, a la cumbre también acudirán los representantes de la UE, la presidenta saliente de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, que intenta repetir en el cargo, y el presidente del Consejo Europeo, Charles Michel.
También acudirá el papa Francisco y líderes de otros países que asisten como invitados, como el presidente de Ucrania, Volodimir Zelenski, y los presidentes de Argentina y Brasil, Javier Milei e Inácio Lula Da Silva, entre otros muchos
La situación a nivel europeo se conocerá en las semanas sucesivas, pero lo que está claro es que la primera ministra italiana sale reforzada enormemente a nivel interno, donde los italianos han premiado sus elecciones en estos casi dos años. “Hay un aspecto importante para entender este momento político en Italia. Meloni no tuvo una luna de miel nunca, fue votada en 2022 porque era la opción que los italianos no habían probado antes”, explica Orsina, sobre la elección residual de la líder. Por eso Meloni hablaba con especial orgullo de los resultados de las europeas, porque era consciente que muchos de los que la votaron hace casi dos años era para probar “otra opción”. Ahora quieren premiarla.
La excepción Meloni
“Esta es su fortuna, porque de quien no te has enamorado locamente no te puedes desenamorar”, explica sobre la velocidad con la cual la política destruye a los líderes italianos que antes había encumbrado. El experto encuentra en Meloni un caso excepcional y que no responde a estos esquemas habituales de la estructura de poder italiana, eso le permite seguir.
Lo que está claro es que la estabilidad nacional que le permitirá, a todas luces, continuar a Giorgia Meloni los próximos dos años gobernando Italia, la favorecerá también para imponer una imagen fiable y estable que revalorice aún más el poder que ha obtenido en estas europeas en las urnas. El único elemento que puede desestabilizarla en casa es el caos interno que sufre el partido de Salvini, la Liga, en su relación con el mismo líder. De hecho, a pesar de que el político extremista ha conseguido mantener sus resultados de septiembre de 2022, en torno al 9%, se queda a años luz de lo que fue hace cinco años en Europa con un mágico 34,3%. Si la inconsistencia de Salvini como líder definirá o no la suerte del Gobierno derechista italiano, solo el tiempo podrá juzgarlo, pero por ahora no parece un factor importante que pueda romper el éxtasis de poder que vive la líder de extrema derecha italiana.