Cáncer de mama

“Una doctora me dijo que para qué necesitaba quimioterapia si iba a morir”

Antes de la pandemia, las venezolanas con cáncer de mama optaban por irse a otros países para recibir tratamientos y salvar su vida

Venezuela
La venezolana Estela Roca a lo largo de su enfermedad KiloyCuarto

Estela Roca es una superviviente. A los 25 años le detectaron cáncer de cuello uterino y lo superó. Cuando cumplió los 50 años en 2015 le diagnosticaron cáncer de mama en estadio 4. Su pronóstico era de 5 años de vida, pero ella volvió a eliminar la enfermedad, que incluyó una mastectomía del seno derecho y residir en Caracas, a 400 kilómetros de distancia de su ciudad natal en Monagas, para poder recibir sesiones de radioterapia.

Aún el Instituto Seguro Venezolano de Seguros Sociales (Ivss) entregaba puntualmente las medicinas para la quimioterapia, que en el país se hace bajo el programa de Farmacias de Alto Costo y eran gratuitas y en la fecha indicada.

Metástasis ósea

Cuando en 2020, en plena pandemia de coronavirus, le diagnosticaron metástasis ósea no se rindió. Pero la realidad del país era diametralmente opuesta a la de 2015. Reside en una localidad a 20 minutos de Maturín, donde se encuentra la unidad oncológica del Hospital Universitario Dr. Manuel Núñez Tovar, el más grande del estado y que recibe a pacientes de otras regiones en el este venezolano.

En noviembre de 2023 superó la metástasis ósea y le suspendieron las quimioterapias, una pausa necesaria por tantas medicinas que recibió durante los últimos 10 años.

Quimioterapia por canales no oficiales

“Tuvimos que buscar la quimioterapia por los ‘caminos verdes’ (canales no oficiales) y una doctora me dijo que para qué necesitaba eso si iba a morir y le respondí que estaba equivocada: Yo sí voy a vivir, no me voy a morir”, cuenta a Artículo14.

Maira Cárdenas, de la asociación Aconvida que ayuda a personas con cáncer, dijo que recibir tratamientos en el sistema público venezolano es casi “imposible”. En Caracas, la capital del país, solo hay un centro asistencial del Estado que da sesiones de radioterapia. Y las listas para anotarse son de 700-800 personas.

El alto precio de la radioterapia

“El tratamiento de una radioterapia en un centro privado cuesta entre 3.000 a 4.000 dólares, la mayoría de mujeres con cáncer de mama le ponen más de 20 radioterapias y deben pagarla de una vez. La mayoría son 20-30 sesiones. Y una mujer que le ponen más de ese número debe pagar hasta 6.000 dólares”, resalta.

Antes de la pandemia del COVID-19, las venezolanas con cáncer de mama optaban por irse a otros países para recibir tratamientos y salvar su vida. Sin embargo, ante el aumento del flujo de la migración los países de Suramérica y Estados Unidos incrementaron los requisitos para aceptar a la población venezolana, lo que en los últimos años limitó que optaran por buscar esta vía.

Condiciones precarias

“Al no tener el dinero o la vía pública se iban a Colombia, Ecuador o Argentina. Algunas regresan con recaída porque no logran acceder a los sistemas de salud de esos países. A las que viajaron antes del covid las trataron de forma humanitaria, otras no pueden por la condición migratoria. Piden asilo, ayuda humanitaria e igual deben hacer colas y van en condiciones precarias, muchas veces deben regresar al país”, explicó Cárdenas.

Ahora la migración de mujeres con cáncer de mama es del interior de Venezuela a ciudades como Caracas o Valencia. A esta última región llegan mujeres de estados del centro-occidente, ya que el sistema de salud público cuenta con equipos de radioterapia y la ONG Funcamama presta servicios subsidiados de quimioterapia.

Las etapas de la migración forzada

Su directora, Luisa Rodríguez Táriba, contó que de 10 pacientes que llegan al día a esta organización no gubernamental entre tres o cuatro provienen de estados como Lara, Falcón o Yaracuy. Pero también lo hacen desde Barinas, en los Llanos, e incluso desde Upata, en Bolívar en el extremo suroriental del país.

Sobre la migración forzada de mujeres en búsqueda de tratamientos contra el cáncer contó que han sido varias etapas. La primera antes de la pandemia, cuando no había frontera abierta con Colombia y optaban por irse por las trochas o caminos clandestinos para conseguir los medicamentos; incluyó a mujeres que acudieron a países como Ecuador con la enfermedad avanzada y lamentablemente fallecieron en ese país, por citar un ejemplo.

En busca de un tratamiento en España

La segunda, poscovid y incluyó a países como España, por las facilidades que da a la migración venezolana, pero Rodríguez Táriba coincide con Cárdenas en que los últimos tres años ha disminuido.

En parte, porque el Estado -sin anunciarlo públicamente- permitió el regreso de farmacéuticas y flexibilizó los rígidos controles para la venta de medicinas, lo que da acceso a tratamientos de alto costo, aunque para acceder a ellos las mujeres y sus familias deben hacer rifas, vender electrodomésticos o iniciar peticiones públicas en plataformas online para conseguir donaciones.

Las remesas para ayudar a los familiares

También, aunque las remesas hacia Venezuela cayeron después del coronavirus, cuando se trata del cáncer, aún hay familiares que envían dinero a sus parientes como el caso de la señora Roca, quien recibió apoyo de sus hijos cuando sufrió la metástasis ósea.

“La gente no tiene dinero para migrar, pero también pasó que el Seguro Social y el Ministerio permitieron que la industria farmacéutica está regresando al país, lo hacen de forma silenciosa”, dijo Rodríguez Táriba.

Apoyo a mujeres

Roca pertenece a una fundación en Monagas en la que dan apoyo a las mujeres con cáncer. Ante el deterioro de la unidad oncológica del hospital, han hecho rifas en diversas ocasiones. Incluso para comprar bancos para que las pacientes esperen su turno porque en un año lo hacían en el piso porque no había dónde sentarse. En otras ocasiones, para pintar el área de atención y de esa forma retribuir la atención que recibió tras su último cáncer.

Cárdenas pide al Estado programas o financiamiento que permitan a las pacientes que llegan a Caracas desde otras regiones tener hoteles o casas a las que llegar junto a familiares, en especial si necesitan tratamientos de radioterapia.

La otra cara de esta moneda es que los hospitales públicos tampoco cuentan con equipos para exámenes de control que son necesarios después de detectar la enfermedad.

El coste de la enfermedad

A continuación, el precio estimado de los tratamientos en Venezuela, según Aconvida. Cabe recordar que el sueldo mínimo oficial en Venezuela es de 130 bolívares (3,34 dólares).

  • Ecografía mamaria: 30 dólares
  • Biopsia: 40 dólares (si es de hospital)
  • Inmunohistoquímica: 250 dólares
  • TAC doble contraste: 300 dólares
  • Protocolo médico
  • Quimioterapia: Si las consigue en alto costo y se la colocan en hospital, solo puede llevar solución, yelco y/o medicamentos de premedicación para síntomas adversos de la quimioterapia. Si tiene que comprarla; Cada ciclo normal sin inmunosupresor costaría en farmacia Badan o Caribe 300 dólares.
  • Inmunosupresor: si es Her2+ tratuzumab tratamiento cada 21 por 18 sesiones: 1.200 dólares cada una.
  • Bloqueador hormonal: 40 dólares cada una mensual por 5 años.
  • Cirugía privada: 3.000 dólares
  • Radioterapia privada: 30 radioterapia 4.500 dólares

 

TAGS DE ESTA NOTICIA