El presidente de Francia, Emmanuel Macron, esperaba que ocurriera el “milagro de Notre Dame” y casi lo logra. En apenas cinco años, la histórica catedral de París ha pasado de las cenizas a brillar gracias a los profesionales que han trabajado en su restauración. Fue una promesa personal de Macron reabrir Notre Dame después del devastador incendio durante su presidencia. Un auténtico acto de fe dada la destrucción del monumento. Macron puede entrar este sábado en el templo parisino con orgullo, ha cumplido con su objetivo en un tiempo récord.
Sin embargo, en el plano político, los franceses tienen todo menos estabilidad. El legado de Macron está en serio peligro. Esta misma semana, en una histórica moción de censura, los diputados de la Asamblea Nacional han tumbado al Gobierno de Michel Barnier. Un Gabinete que era la apuesta de Macron para los ciudadanos de Francia que ha sido el más corto de la Vª República y no ha logrado aprobar los presupuestos de 2025. Ahora, todos los ojos están puestos en Macron, en qué hará tras el mensaje inequívoco que han lanzado los parlamentarios franceses de extrema derecha e izquierda. Muchos de ellos, hasta piden su dimisión y que no culmine su segundo mandato.
Vuelta a empezar
Así, Macron vuelve a la casilla de salida: a la mesa negociadora y a buscar a un candidato ideal para primer ministro, algo que sin duda ha deslucido su gran cumbre de este sábado, el día en el que iba a demostrar a Francia y al mundo que es un hombre de palabra, y que unidos (Ensemble) se puede superar cualquier desafío.
Este sábado era su día de gloria y París (o Notre Dame) iba a ser el centro del mundo. Decenas de jefes de Estado y de Gobierno participarán en la ceremonia oficial de reapertura de la catedral de Notre Dame. La primera dama de Estados Unidos, Jill Biden, quien tiene una muy buena relación con su homóloga francesa, Brigitte Macron, es una de las ilustres invitadas. Jill Biden llegará a París este sábado después de una breve gira por Sicilia y Qatar.
Un invitado estrella
Aunque sin duda, quien acaparará todos los flashes será el presidente electo Donald Trump, presente en la inauguración. Es el primer viaje al extranjero del magnate republicano desde que ganara las elecciones presidenciales hace un mes. El propio Trump echó un capote a Macron (que también fue juzgado por invitarle) al asegurar públicamente que “el presidente ha hecho un trabajo maravilloso para garantizar que Notre Dame haya sido restaurada a su máximo nivel de gloria y aún más. ¡Será un día muy especial para todos!“. Con esta invitación, Macron prepara el terreno para lo que serán unas complicadas relaciones internacionales a partir del 20 de enero.
El presidente de Ucrania, Volodimir Zelenski, también acudirá este fin de semana a París. Macron recibirá a Zelenski en el Elíseo y todo a punta a que facilitará un encuentro crucial entre el mandatario ucraniano, que libra una sangrienta guerra tras la invasión rusa de Ucrania, y Trump.
El príncipe Guillermo, Von der Leyen, Scholz…
Asimismo, “en nombre de Reino Unido” el príncipe Guillermo, de 42 años, asistirá a la catedral de Notre Dame tras la invitación del presidente francés. Guillermo también se reunirá con Trump en el primer encuentro entre el magnate y un miembro de la familia real británica desde el 5-N.
La prensa británica informaba este viernes que ha sido el Gobierno británico el que ha pedido a Guillermo que viaje hasta París y criticaban que la petición había llegado “a palacio en una fase bastante tardía”.
También participarán en esta ceremonia la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, el presidente de Italia, Sergio Mattarella, el canciller de Alemania, Olaf Scholz, y miembros de las casas reales europeas como los reyes belgas Felipe y Matilde. No se espera la presencia de los monarcas españoles Felipe VI y Letizia quien el lunes asistirán al funeral en Valencia y el martes, partirán hacia Italia.
Así será la ceremonia de inauguración
Según adelantó el Elíseo, la ceremonia comenzará el sábado a las 19:00 con la proyección de una película que resumirá los avances desde el incendio de abril de 2019 y su inauguración. Así se rendirá un homenaje a todos los trabajadores en la restauración así como a los bomberos que sofocaron las llamas.
Después los invitados VIP accederán al vestíbulo y al edificio. Los más afortunados, 1.500, tendrán un asiento para sentarse. En los alrededores del edificio se instalarán pantallas gigantes para que alrededor de 40.000 personas puedan disfrutar de la ceremonia.
El discurso de Macron
A las 19:20 llega el momento de gloria de Macron, cuando pronuncie un discurso de unos 15 minutos (según el Elíseo). Para separar la Iglesia del Estado, su alocución no será en el interior de la catedral sino fuera, en el patio de la catedral. Macron evocará “el arte de ser francés” y celebrará Notre Dame como el símbolo del genio creativo francés, la capacidad de “creación, de transmisión y de tener alcance universal”. Un momento “de unión en torno a un edificio” con 860 años de historia.
Una vez termine Macron será el turno de Laurent Ulrich, el arzobispo de París, quien se encargará de la ceremonia religiosa. A las 19:40, Ulrich golpeará las puertas de Notre Dame con su báculo, un bastón que se ha creado para este momento con madera del tejado de la catedral, la parte que más sufrió con el incendio. Con una cruz, pronunciará tres salmos ante la puerta. El arzobispo dirigirá entonces a los 1.500 invitados al interior para después acudir al gran órgano, que volverá a funcionar después de cinco años después de que las llamas destruyeran prácticamente 8.000 tubos.
Curiosamente, no se espera que el Papa Francisco acuda a la ceremonia religiosa pero sí que ha enviado un mensaje que será leído por Ulrich a los invitados. Sobre las 21:00 acabará la ceremonia espiritual y comenzará un concierto organizado por la televisión pública francesa. Habrá sorpresas y mezclas de músicos de estilos clásicos con modernos.