La junta militar birmana cifra en 200 los muertos y 700 los heridos resultantes del terremoto, de una magnitud de 7,7, que este viernes ha sacudido el noroeste de Birmania.
A este le ha seguido, minutos después, otro de magnitud 6,4 han causado graves daños en la infraestructura del país, incluido el colapso de un puente que es una vía de comunicación vital en esa región del país y se teme por el daño que puede haber ocasionado en una presa. Así lo ha señalado este viernes la coordinadora de la Federación Internacional de la Cruz Roja (FICR), Marie Manrique, por teleconferencia desde Yangon, la ciudad más grande y el centro económico del país.
“Una de las cosas más importantes es que se comprenda que no solo están afectados los edificios que presentan grietas y fisuras, sino también que hay edificaciones y estructuras públicas que se han derrumbado. Esto incluye carreteras, puentes y edificios públicos”, ha sostenido la responsable humanitaria.
A este respecto, ha confirmado el colapso del puente principal que conecta Mandalay con Sagain, localidad más próxima al centro del país, “lo que representará un gran desafío logístico” para acceder a la población de esta última localidad.
La representante de la FICR ha explicado que Sagain se encuentra en una área muy afectada por el conflicto interno en Birmania, en el que han estado involucrados en los últimos años el ejército y varios grupos armados irregulares. Es por esta razón por la que el lugar que concentra el mayor número de desplazados del país. Manrique ha declarado que también hay preocupación “por una presa de gran tamaño que está siendo monitoreada para evaluar su estado”.
“Estamos trabajando con información muy limitada en este momento. Conforme avancemos, conoceremos mejor la magnitud de los daños. Sin embargo, podemos imaginar que el impacto será bastante significativo y que la situación será peor para las personas muy vulnerables debido a la prolongada crisis en el país”, ha añadido.