En la noche del sábado, rumba dura: drones en sobrevuelo, sirenas ululantes, luces intermitentes de colores vibrantes, movimiento de patrullas y policías; y, de pronto, la sede de la Embajada de Argentina en Caracas se queda a oscuras. Nada, por cierto, que sus habitantes, todos venezolanos, no hayan vivido ya.
¿Cómo es que la delegación argentina en Venezuela está ocupada solo por nativos? Es que, tras las elecciones presidenciales del 28 de julio, Nicolás Maduro ordenó el retiro del personal diplomático de siete países hispanoamericanos que habían puesto en duda su autoproclamado triunfo en la justa y entre ellos se encontraba Argentina. Pero resulta que en la residencia de esta representación diplomática se encontraban refugiados desde marzo seis de los colaboradores más cercanos de la líder opositora María Corina Machado (MCM), que entonces quedaron solos allí, bajo la protección de Brasil.
Encapuchados y armas largas
Este sábado 23 de noviembre, la rutina de persecución se repitió. Las Fuerzas de Seguridad del régimen de Maduro cercaron la Embajada de Argentina con efectivos encapuchados y equipados con armas largas; y, además, de cortar la energía eléctrica, pusieron inhibidores de señal de internet, en un asedio que duró toda la noche (y persiste al momento de escribir esta nota).
De inmediato, la cancillería Argentina publicó un tuit donde «condena los actos de hostigamiento e intimidación contra las personas asiladas en la Embajada argentina en Caracas» y hace «un llamado a la comunidad internacional para condenar estas prácticas». Y minutos después, por la misma vía, se pronunció el presidente electo en los comicios del 28 de julio, Edmundo González Urrutia (EGU) para alertar «al mundo de los que pueda sucederles a los compañeros refugiados en la Embajada Argentina».
Continúa el asedio a nuestros compañeros refugiados en la Embajada de Argentina, en Caracas.
Estamos muy atentos y alertando a todos los paises y aliados de lo que pueda suceder. Las reacciones no se harán esperar. https://t.co/z9olb4Hs3z
— Edmundo González (@EdmundoGU) November 24, 2024
En la mañana del domingo, el presidente EGU regresó a la red social X para informar de que continuaba el asedio, de que él estaba en la labor de alertar a «los países aliados de lo que pueda suceder» y advertir que «las reacciones no se harán esperar».
María Corina y Edmundo en un encuentro mundial
¿Qué pasó? ¿Qué molestó tanto a Maduro como para llevarlo a montar un número capaz de lesionar aún más su relaciones con Brasil?
Pocas horas antes del acoso a la sede diplomática, se había producido el “Encuentro Mundial de Dirigentes Políticos con María Corina Machado y Edmundo González Urrutia”, una convención virtual a la que habían asistido los ya mencionados, además de algunos de los refugiados en la embajada. En ese evento, Machado convocó un protesta global el 1 de diciembre para exigir que la Corte Penal Internacional (CPI) actúe ante los crímenes de Maduro y su entorno.
¿Tan importante puede ser una reunión por zoom para un régimen que se ufana de tener todo el poder en un puño? Debía serlo, incluso antes de producirse, puesto que ese día (sábado 23) la dictadura bloqueó YouTube en las horas pautadas para la reunión virtual. Pero una vez realizado, el encuentro desató las iras de la tiranía, no solo por la protesta anunciada sino por la intervención de Magalli Meda, jefa de campaña de González Urrutia y colaboradora de Machado por muchos años, quien propuso una modalidad para manifestarse que no tardó en hacerse viral y recorrer las redes sociales y los muy activos chats de Venezuela, donde los medios de comunicación están censurados y la población sometida al terror.
El arma del activismo
“Les voy a presentar el arma que vamos a usar el próximo primero de diciembre”, dijo Magalli Meda y acercó a la cámara un lápiz de labios rojo-. “Vamos a subir la voz por cada una de esas personas que hoy está en el encierro, injusto y terrible de un sistema criminal. Tenemos que levantar las voces para que Venezuela emocione, para que Venezuela vibre, para que Venezuela, en los próximos 47 días [que faltan para el 10 de enero, cuando deberá juramentarse el próximo presidente], esté en el mapa del mundo entero”.
En un momento de su intervención, por zoom, Magalli Meda levantó la mano derecha, que resultó estar impregnada con pintura roja, y se la estampó en la cara para ilustrar lo que sugería hacer a quienes se sumen a la protesta; y siguió hablando, ahora con el rostro tiznado y los dedos marcados en su faz como esos dibujos conservados en ciertas cuevas por milenios, gestos rituales de humanidad, de persistencia, de universalidad.
Horas antes del asedio a la Embajada argentina, @MagalliMeda, una de las asiladas allí, dio este mensaje. A la tiranía chavista le incomoda el llamado a la protesta usando un labial rojo. Que ruede este mensaje. Que lo escuche cada venezolano.
— Elisa Trotta (@EliTrotta) November 24, 2024
El lápiz labial incorporado a la actividad de resistencia resalta la fuerza femenina del movimiento opositor venezolano, así como la estrechez de recursos (el régimen acosa de manera furiosa a quien aporte fondos y materiales para la oposición). Un pintalabios está al alcance de cualquiera, es cotidiano, pequeño, puede ser muy barato, cunde por los bolsos, tiene la capacidad de crear en un instante un efecto teatral; además, es visualmente impactante y fácil de entender.
Lo más resaltante de esta forma de activismo es su carácter pacífico, espíritu que ha orientado la campaña de liberación nacional que libran las fuerzas democráticas en Venezuela. Es una variante creativa frente a un régimen que no hace sino repetirse.