Los años amargos del “Brexit”, en que Reino Unido optó por separarse de la Unión Europea (UE) en enero de 2020, podrían pasar a la historia. En un encuentro celebrado este jueves en Londres, el primer ministro británico, Keir Starmer, y la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, avanzaron un posible pacto de defensa bilateral, con el que pretenden mitigar las carencias provocadas por el giro drástico en la política de seguridad implementada por el presidente estadounidense Donald Trump.
En la estrategia conjunta que tratan de consolidar los aliados europeos para apoyar militarmente a Ucrania, Reino Unido se puso al frente -junto a Francia- para garantizar suministros bélicos y financieros a Kiev. Desde su elección el año pasado, Starmer priorizó el acercamiento a Bruselas, poniendo el foco en la defensa y la seguridad compartida.
Un mundo cada vez “más inestable”
“En un mundo que parece cada vez más inestable y con un futuro incierto, es positivo que colaboremos tan estrechamente en tantos temas de defensa y seguridad, pero también en comercio y economía”, declaró Starmer al inicio de las conversaciones con la presidenta de la Comisión Europea.

Por su parte, Von der Leyen alabó la “excelente cooperación” entre Gran Bretaña y la UE, y los funcionarios británicos y europeos confían en que podrán alcanzar un acuerdo de defensa en una cumbre prevista el próximo mes. Starmer debe preservar ciertos equilibrios y no posicionarse totalmente del lado de la UE, ya que en paralelo está negociando con la Casa Blanca un reajuste de los aranceles anunciados por Trump en el “Día de la Liberación”.
Tiempos difíciles
Desde Bruselas insisten en que se están viviendo “tiempos geopolíticos muy difíciles”. Así lo consideró Miguel Berger, embajador de Alemania en Londres, que a su vez insistió en que “es importante que la UE y Reino Unido cooperen lo máximo posible”. En mayo, ambas partes seguirán negociando en otras áreas donde se podría incrementar la cooperación, como en el sector energético, la pesca o regulación alimentaria.

Para Nick Thomas-Symonds, jefe negociador británico, “buscar una nueva alianza con la UE implica satisfacer las necesidades de nuestro tiempo”. Y agregó: “No se trata de ideología ni de volver a las divisiones del pasado, sino de pragmatismo y de lo que funciona en beneficio del interés nacional”.
Acercamiento a la UE
Mientras que los euroescépticos británicos pujaron a favor del Brexit para separarse financieramente de Bruselas, el gobierno de Starmer prioriza ahora regulaciones que potencien acuerdos comerciales con la UE. El ejecutivo de Londres lo justifica con la urgencia de “poner más dinero en los bolsillos de la clase trabajador y a su vez proveer mayor seguridad a largo plazo a Gran Bretaña”.
We have great potential for more cooperation on energy, with the North Sea serving as our shared energy vault, dear @Keir_Starmer.
In defence and security, with a dedicated partnership.
And on illegal migration, a common challenge which requires joint answers. pic.twitter.com/fNbofue1mC
— Ursula von der Leyen (@vonderleyen) April 24, 2025
Los movimientos están condicionados por el seísmo financiero que provocó el anuncio de los aranceles de Trump, que para Londres suponen una “nueva era de inestabilidad global”. Los nuevos acuerdos bilaterales con la UE también se centrarán en potenciar la movilidad juvenil en el viejo continente -para permitir a jóvenes europeos vivir y trabajar en Reino Unido-, o un pacto para reducir las emisiones de carbono.
Tras años de división política, Thomas-Symonds pide ahora que Bruselas abra las puertas a Reino Unido. “Somos un país políticamente estable, y el gobierno actual tiene cuatro años para implementar nuevas políticas. Estamos de nuevo en primera línea mundial y tenemos mucho que ofrecer”, aseguró. Pese al evidente acercamiento, Londres descarta una vuelta total al mercado único europeo, ya que debe “defenderse el resultado del referéndum de 2016 (votación del Brexit)”.