El Papa Francisco continúa estable en su estado de salud y ha comenzado con la fisioterapia motora. Así lo afirma el último parte médico difundido por el Vaticano durante la jornada de ayer. La Santa Sede ha subrayado que el pontífice no ha presentado episodios de insuficiencia respiratoria y mantiene su terapia de oxígeno a altos flujos, además de la ventilación mecánica no invasiva durante la noche. La incorporación de la fisioterapia en su tratamiento es una señal de avance. Sin embargo, el pronóstico sigue siendo reservado debido a la complejidad de su cuadro clínico.
Una recuperación vigilada de cerca
El papa Francisco lleva ya veinte días ingresado en el hospital Gemelli de Roma. Un período en el que ha pasado por diversas fases de tratamiento y observación médica. En este contexto, la noticia de que ha comenzado con la fisioterapia motora supone un nuevo paso en su recuperación. No obstante, el Vaticano ha preferido mantener la cautela. “El Santo Padre ha seguido estable sin presentar episodios de insuficiencia respiratoria. En consideración a la complejidad de su cuadro crítico, el pronóstico permanece reservado”, indica la nota oficial.
El pontífice pasó el día en su habitación del hospital, sentado en su sillón. Y retomó algunas actividades, como la bendición de las cenizas y la recepción de la Eucaristía. Estos gestos se han interpretado como una señal de que el Papa Francisco se encuentra en condiciones de continuar con algunas de sus responsabilidades, aunque de forma limitada. Además, volvió a comunicarse con el párroco de la Franja de Gaza, el sacerdote Gabriel Romanelli, reafirmando su compromiso con las comunidades afectadas por el conflicto.
El mensaje de esperanza del Papa Francisco en plena Cuaresma

El Papa Francisco llega durante la audiencia del Jubileo del Mundo de la Comunicación en el Aula Pablo VI, Ciudad del Vaticano | EFE
El inicio de la fisioterapia motora del Papa Francisco ha coincidido con la celebración del Miércoles de Ceniza. Una fecha clave en el calendario litúrgico cristiano. Aunque no pudo participar físicamente en la ceremonia, el pontífice preparó una homilía que fue leída en su nombre por el cardenal Angelo De Donatis. En su mensaje, Francisco reflexionó sobre la fragilidad humana y la esperanza, elementos fundamentales del tiempo de Cuaresma.
“Las sagradas cenizas, esta tarde, serán esparcidas sobre nuestra cabeza. Estas reavivan en nosotros la memoria de lo que somos, pero también la esperanza de lo que seremos”, escribió el papa Francisco. En su reflexión, destacó que la debilidad y la pequeñez de la vida humana no deben ser vistas como un límite, sino como un recordatorio del destino trascendental del ser humano.
La homilía del Papa Francisco se ha interpretado de una forma especial debido a su actual estado de salud. Su mensaje se ha percibido como una expresión personal de su fe en medio de su enfermedad. El pontífice ha insistido en la importancia de mirar más allá de la enfermedad y confiar en que la vida tiene un propósito más allá del sufrimiento.