Era el ponente más esperado. En la cuarta noche de la Convención Nacional Republicana, por fin llegaba el turno para el aspirante a la nominación presidencial del partido para las elecciones de noviembre. La gran diferencia respecto a ediciones anteriores es que este mismo sábado, Donald Trump sufrió un intento de magnicidio durante un mitin en Butler, Pensilvania.
Por fin, y para dar una imagen de unidad, también en su familia, acudieron a respaldar al magnate tanto su esposa, Melania Trump, como su hija Ivanka. Ambas habían estado ausentes durante el resto de días, lo que llevó a un sinfín de rumores sobre las relaciones familiares de los Trump, más aún tras el atentado.
El magnate republicano se libró por poco de que un joven de 20 años –Thomas Matthew Crooks– le matara con su rifle AR-15 desde la azotea de un edificio cercano. De hecho, llegó a herirle en la oreja derecha, y las imágenes de Trump con la cara ensangrentada y levantando el puño gritando “Fight” (lucha) mientras el equipo de seguridad intenta trasladarle a un lugar seguro, han pasado ya a la historia.
La expectación era máxima por este discurso. Trump confesó que lo había reescrito entero tras el suceso del sábado en el que murió un hombre, un exbombero de 53 años, y otros dos resultaron heridos.
Trump acepta la nominación
Así, el expresidente subió al escenario del Fiserv Forum, en Milwaukee, Wisconsin, para clausurar la Convención Nacional Republicana y aceptar la nominación del partido. Con su ya icónica venda en la oreja, Trump habló para un entregado público conservador.
En su discurso más emotivo (y largo, más de una hora y media) hasta la fecha, en el que intentó pulir sus problemas de agresividad, Trump dio las líneas maestras de su próximo gobierno si sale elegido en noviembre y narró, en primera persona, cómo es volver a nacer, cómo es saber que se tiene una segunda oportunidad tras haberse librado de la muerte “por apenas un cuarto de pulgada” (unos 6 milímetros).
“Estábamos bajo ataque”
“Si no hubiera movido la cabeza la bala del asesino habría entrado perfectamente y yo no estaría aquí esta noche, no estaríamos juntos”, reconoció Trump, en tono pausado. “Tenía a Dios de mi lado”, indicó frente a un público entregado que hasta lloraba con las palabras del expresidente.
El magnate describió aquel fatídico 13 de julio que ha dado un giro a la campaña 2024. “Era un día cálido y hermoso al atardecer en el municipio de Butler en el que todos estaban felices”, comenzó su relató. Trump explicó que para poder ver un gráfico en la pantalla se giró a la derecha y fue cuando escuchó “un fuerte sonido. Me dije a mí mismo ‘wow, ¿qué ha pasado?’ Sólo puede ser una bala y al mover mi mano derecha hacia mi oreja se cubrió de sangre”.
“Supe de inmediato que era muy grave, que estábamos bajo ataque. Y luego, en un momento, caí al suelo. Había sangre por todos lados y, sin embargo, en cierta manera me sentía muy seguro porque tenía a Dios de mi lado“, afirmó.
Trump tuvo palabras de reconocimiento hacia los MAGA, sus simpatizantes más afines que se encontraban en las gradas del mitin en Butler. “En lugar de salir corriendo, valientemente se pusieron de pie en busca del francotirador. No se movieron. La razón es que sabían que estaba en un problema muy serio y me vieron caer de repente”, recordó el magnate.
En su largo discurso, Trump siguió recordando el intento de magnicidio. El expresidente se levantó y vio a la “multitud confundida porque pensaban que estaba muerto”. Entonces sintió “un gran dolor. Podía verlo y quería hacer algo para hacerles saber que estaba bien. Levanté mi brazo derecho, miré a los miles y miles de personas y comencé a gritar: ‘¡Lucha, lucha, lucha!”, relató el magnate. Trump confesó que le duele mucho recordarlo y será la última vez que lo narre: “Es muy doloroso”.
“Hora de un cambio”
En la tercera nominación como republicano, el expresidente aseguró que “es hora de un cambio” y resumió sus promesas de campaña. “Serán los mejores cuatro años de la historia de nuestro país”. Trump prometió bajar la inflación, acabar con la inmigración ilegal, acabar con las guerras y seguridad en las calles. Hizo hincapié en que hay esperanza para Estados Unidos y apeló a la unidad del país.
“Me presento ante ustedes esta noche con un mensaje de confianza, fuerza y esperanza. Me presento a presidente para todo Estados Unidos, no para la mitad, porque no hay victoria ganando solo la mitad”, aseveró. Su gobierno servirá a los ciudadanos “mejor que nunca: nada me detendrá en esta misión porque nuestra visión es justa y nuestro rumbo puro. No importa qué obstáculo se nos presente. No nos vendremos abajo, no lo haremos mal. No daremos marcha atrás y nunca dejaré de luchar por ustedes”, recalcó introduciendo la palabra ‘lucha’ en su oración.
Apenas mencionó (y mucho menos insultó) a su oponente Joe Biden, en esta transformación de Trump. “No debemos criminalizar la disidencia ni demonizar el desacuerdo político, que es lo que está sucediendo últimamente en nuestro país a un nivel que nadie ha visto antes. El Partido Demócrata debería dejar de inmediato de utilizar el sistema judicial como arma y de etiquetar al oponente político como enemigo de la democracia”. E insistió en que lo que está en juego en noviembre es que Estados Unidos vuelva a ser “exitoso, grande y libre de nuevo: en una época en que nuestra política nos divide con demasiada frecuencia, es momento de recordar que todos somos conciudadanos. Somos una nación bajo Dios, indivisible”.
Política exterior
“Acabaré con todas y cada una de las crisis internacionales”, auguró el expresidente, no sin antes aludir a que “nunca habrían ocurrido si él estuviera en la Casa Blanca”. Asimismo, Trump prometió una ‘Cúpula de Hierro’ -el efectivo sistema antimisiles israelí- para todo Estados Unidos.
“Repondremos nuestro Ejército y construiremos un sistema de defensa antimisiles ‘Cúpula de Hierro’ para garantizar que ningún enemigo pueda atacar nuestra patria -y esta gran ‘Cúpula de Hierro’ se fabricará entera en Estados Unidos”, prometió a sus partidarios.
“Nuestros adversarios heredaron un mundo en paz y lo convirtieron en un planeta de guerra», espetó sobre la política exterior de Biden. También tachó de “caótica” la salida en el verano de 2021 de Estados Unidos de Afganistán, ahora en manos de los talibán. “Envalentonada por ese desastre, Rusia invadió Ucrania. Israel sufrió el peor ataque de su historia. Ahora China está rodeando Taiwán”, resumiendo y uniendo todos los conflictos exteriores en uno.
A lo largo del discurso, Trump se salió muchas veces del guion establecido. Algo que añadió de su propia cosecha fue su mención al dictador norcoreano Kim Jong Un. “Es agradable llevarse bien con alguien que tiene muchas armas nucleares. Me echa de menos”, asevera, entre las risas de los republicanos.
Seguridad interna
“Restauraremos y renovaremos las otrora grandes ciudades de nuestra nación, haciéndolas seguras, limpias y hermosas de nuevo, y eso incluye la capital de nuestra nación en Washington DC”.
Trump dijo que cerrará la frontera con México en su primer día en la Casa Blanca ante “la invasión migrante” que vive el país -según él-. Comparó a Estados Unidos con Venezuela, “ese país es más seguro que Estados Unidos por todos los delincuentes” que han llegado. Trump planea detener la inmigración ilegal, acabar con la “pesadilla fronteriza” y restaurar las fronteras estadounidenses.
Finalmente, para mostrar que Trump es capaz de unir a los estadounidenses, subió a toda su familia, al completo, incluida Melania Trump e Ivanka al terminar su discurso. El clan Trump respaldó, al menos físicamente, al expresidente clausurando la Convención Nacional Republicana de Milwaukee.