La magnate inmobiliaria vietnamita Truong My Lan ha perdido su última apelación contra la condena a muerte que pesaba sobre ella por orquestar el que se considera el mayor fraude bancario del mundo, lo que consolida su destino en un caso que ha conmocionado el panorama empresarial y político del país. El rechazo de su recurso por el Tribunal Supremo Popular pone fin a una prolongada batalla legal y deja a Lan ante una posible ejecución por inyección letal.
Eso sí, la pena de muerte de Lan, de 68 años, podría ser paralizada si la empresaria devuelve alrededor de 9.000 millones de dólares, es decir, el 75% de lo defraudado.
Lan, antaño célebre figura conocida por su fastuoso estilo de vida y su extenso imperio inmobiliario, fue declarada culpable de malversar a los bancos unos 44.000 millones de dólares estadounidenses mediante una compleja red de empresas fantasma y solicitudes de préstamo fraudulentas. La magnitud del presunto fraude, que afectó a varios bancos estatales, conmocionó a Vietnam y desencadenó una campaña más amplia contra las irregularidades financieras en la economía vietnamita, en rápida expansión.
Cómo funcionaba su trama
Lan, que no ostentaba ningún cargo en el Banco Comercial de Saigón (SCB), el mayor banco de activos del país, se valió de testaferros y empleados para hacerse con el 91 por ciento de la entidad y luego desvió grandes sumas de dinero con unos 2.500 préstamos a empresas pantalla entre 2012 y 2022. Según recuerda la agencia EFE, la empresaria también fue condenada por sobornar a funcionarios, violar regulaciones bancarias y apropiación indebida, en un fraude cometido a través de una red criminal a lo largo de 10 años.
La decisión del tribunal, anunciada este martes, no aclara el calendario inmediato de ejecución de Lan. Aunque Vietnam mantiene la pena de muerte, las ejecuciones no se anuncian públicamente y a menudo se mantienen en secreto. Es más, las autoridades no publican cuántas personas están en el corredor de la muerte. Los activistas de los Derechos Humanos afirman que hay más de 1.000 personas condenadas a la pena capital, convirtiendo a Vietnam en uno de los mayores verdugos del mundo.
Batalla comunista contra la corrupción
Además, dada la gravedad del delito y la firme postura del Gobierno contra la corrupción, las probabilidades de indulto parecen escasas. Por lo menos a Lan le han dado la posibilidad de paralizar su ejecución si devuelve el 75% de lo malversado. En caso de reunir el equivalente a unos 9.000 millones de dólares su sentencia podrá ser reducida a cadena perpetua.
El caso de Lan ha suscitado un gran debate sobre la transparencia e imparcialidad del sistema judicial vietnamita. Su defensa alegó que la acusación se basaba en pruebas circunstanciales y carecía de pruebas suficientes de su implicación directa en todos los aspectos del presunto fraude. Sin embargo, el tribunal desestimó estos argumentos y confirmó el veredicto original.
Cabeza de turco
Las consecuencias de la condena de Lan van mucho más allá de su suerte personal. El caso ha servido de dura advertencia a otros líderes empresariales que operan en Vietnam, poniendo de relieve la creciente intolerancia del gobierno hacia la prevaricación financiera. También plantea interrogantes sobre la eficacia de la supervisión reglamentaria y las posibles vulnerabilidades del sector bancario del país.
La ejecución de Truong My Lan, en caso de producirse, supondrá un antes y un después en la lucha de las autoridades contra la corrupción. Lo cierto es que Lan es una de las pocas mujeres de Vietnam condenadas a muerte por un delito de cuello blanco.