La venganza no tardó en llegar. Tras el shock mundial que supuso el choque en directo entre Donald Trump y Volodomir Zelenski en la Casa Blanca, el presidente estadounidense decretó este lunes por la noche suspender el envío de armamento a Ucrania. La orden presidencial, que entrará en vigor de inmediato, paralizará el envío de armamento y munición valorado en más de mil millones de dólares, parte del cual debía mandarse próximamente a Kiev.
Desde su toma de posesión, Trump dejó muy clara su posición respecto a la guerra entre Rusia y Ucrania. En su criterio, seguir enviando material bélico a Kiev supone alargar innecesariamente una guerra que “está costando miles de vidas”, y aspira a cerrar un acuerdo de paz inminente.
Trump gira hacia Moscú
Dada su sintonía con el dirigente ruso Vladimir Putin y la reciente votación en la ONU, donde Estados Unidos dio un giro radical a su política exterior y votó junto a Moscú una resolución condenatoria de la invasión rusa, la resolución al conflicto que Trump sueña no sería favorable a los intereses ucranianos. Putin podría aprovechar la debilidad de las tropas ucranianas en el frente para conquistar más territorios antes de una eventual tregua. Y si se reproduce el guion aplicado en la península de Crimea, anexionada unilateralmente en 2014 por Moscú, parece difícil que los territorios ocupados sean devueltos tras firmar la paz.
El decreto para frenar el envío de armas se decidió tras una reunión de urgencia de Trump con sus asesores de seguridad. El movimiento del presidente estadounidense tiene pocos precedentes similares. Recientemente, su antecesor Joe Biden paralizó temporalmente el envío de bombas pesadas a Israel durante la guerra de Gaza, tras mantener discusiones con el premier israelí Benjamin Netanyahu sobre la estrategia a seguir en el conflicto con Hamás. Pero la balanza de poder es distinta en Ucrania: sin las armas norteamericanas, Zelenski se verá forzado a aceptar un alto al fuego sin poder discutir las imposiciones de Trump.
La ayuda militar a Ucrania
La ayuda armamentística a Ucrania se ha canalizado hasta hoy de tres formas. En primer lugar, mediante una Autoridad Presidencial, que permite retirar arsenales de los almacenes del Ejército de Estados Unidos para enviarlos a Ucrania. Se estima que hay unos 3,5 mil millones de dólares de materiales que estaban preparados para enviar. También se usa el Departamento de Estado para Financiar Ayuda Militar (FMF, en inglés), que disponía de cerca de 1,5 mil millones en armas destinados a Kiev. Por último, la Iniciativa de Asistencia de Seguridad para Ucrania (USAI), que aportaba dinero al país en guerra para poder comprar directamente municiones a fabricantes norteamericanos. En los tres años de guerra, EE UU ha aportado un total de 180 mil millones de dólares en armamento.
Para Michael Carpenter, que fue director del Consejo de Seguridad Nacional de EE.UU. bajo la presidencia de Joe Biden, la medida aprobada es “asombrosa”, ya que “en esta guerra hay un claro agresor, Rusia, y una víctima, Ucrania. Y estamos actuando como si fuera al revés”. Y añadió: “parar la asistencia, que es esencialmente defensiva para permitir a los ucranianos defender su patria ante los horribles ataques de Rusia, es sorprendente”.
Si bien el secretario de estado norteamericano Marco Rubio presumió tras la decisión de que “Trump es el único líder en el mundo que actualmente puede acercar el final de la guerra en Ucrania y acercar a Rusia a la mesa de negociación”, desde Kiev no olvidan que el presidente estadounidense les acusó de haber empezado la guerra, y que incluso tildó al presidente Zelenski, elegido democráticamente, de “dictador”. En cambio, alabó a Putin, catalogándolo de “hombre inteligente”.
El encontronazo de Trump y Zelenski en el despacho oval no solamente afectó a la ayuda armamentística, sino que también dejó en el limbo la firma del acuerdo para la extracción de minerales extraños en suelo ucraniano, que pretendía compensar la ayuda militar norteamericana aportada en los tres años de guerra. Trump y el vicepresidente James David Vance acusaron al presidente ucraniano de ser “poco agradecido”, y esperan que Zelenski se disculpe públicamente por el incidente.
Tras el amargo encuentro, Trump ordenó a su administración paralizar de inmediato la asistencia militar, así como los entrenamientos a tropas ucranianas y la asistencia de los servicios de inteligencia, aunque este último punto no está claro si también entrará en vigor.
Con las armas de fabricación propia y la ayuda militar europea, Ucrania podría resistir algunos meses en el frente, según expertos militares consultados por el New York Times. “La realidad es que Ucrania es mucho menos dependiente de EE.UU. en las necesidades del combate diario de lo que era un año atrás”, consideró el analista Michael Kofman. Pero sin la asistencia de Washington, Kiev sufrirá carencias en los sistemas de defensa antiaéreos, misiles balísticos tierra-tierra y proyectiles de artillería de largo alcance. Zelenski considera que la medida es dañina, pero no forzará el fin de los combates.