Dice la película que ‘el dinero nunca duerme’ y con las elecciones de Estados Unidos, los inversores europeos han estado en vela toda la noche. El ganador Donald Trump ha generado una euforia importante en Wall Street, que da la bienvenida al político republicano con la idea de que, bajo su mandato, las empresas estadounidenses crecerán. Tiene sentido si echamos un vistazo a algunas de las medidas estrella que el próximo inquilino de la Casa Blanca quiere implantar. La bajada de los tributos a las grandes empresas, con un impuesto de sociedades que pasaría del 21% actual al 15%, el impulso a los combustibles fósiles o esos aranceles a los productos chinos y de la Unión Europea que beneficiará a la producción nacional.
Por todas esas razones, el Dow Jones o el Nasdaq se han disparado por encima del 2% y en el caso del índice que integra a medianas y pequeñas empresas, el Russell 2000, en preapertura llegó a escalar un 5%.
Antonio Castelo, economista de iBroker, destaca las rentabilidades en los bonos del Tesoro. “Que han aumentado en todos los plazos. Este incremento responde a la expectativa de una política fiscal expansiva y al potencial aumento de la deuda pública, lo que podría llevar a mayores presiones inflacionistas que impidieran a la Fed realizar las bajadas de tipos de interés de referencia al ritmo que se esperaba en el mercado”.
Un auge que contrasta con la percepción que tienen los inversores, pero a este lado del charco. El Ibex 35 ha llegado a caer casi un 3% con la pérdida de los 1.700 puntos y con la banca y las energías renovables liderando las caídas.
Llama la atención el contraste del Ibex, en las primeras horas, respecto al resto de bolsas europeas. París, Londres, Fráncfort y Milán estuvieron teñidas de verde media jornada hasta que finalmente se dieron también la vuelta y acabaron cerrando en rojo, aunque de forma menos contundente. Además se ha disparado el dólar por encima del 2%, a niveles que no se veían desde marzo de 2020, con el estallido de la pandemia.
La principal preocupación de los estadounidenses, o así es como lo han expresado durante la campaña, ha sido la inflación. Han votado teniendo en cuenta el bolsillo. En un momento en el que, al menos en el plano macro, se está doblegando el IPC, que ya ha bajado al 2,4% y con dos bajadas de tipos de interés de la Rerserva Federal a la vuelta de la esquina. Una hoy mismo, en la que se espera un recorte del 0,25% y otra en diciembre, que en principio también supondría otro. Pero los precios en la cesta de la compra o de los alquileres siguen elevados y se da la contradicción de que todavía podrían subir más con el mandato de Trump, cuyas políticas económicas, según JP Morgan podrían impulsar el IPC 2,5% puntos básicos más.
Según Antonio Castelo ,“en un contexto en el que las grandes cifras macro son favorables –el PIB siguió creciendo a un ritmo del 2,8% anualizado en el tercer trimestre pese a la tardanza de la Reserva Federal en rebajar los tipos de interés, la inflación se moderó al 2,4% en septiembre y la tasa de paro se mantiene en el 4,1%- los estadounidenses vienen haciendo frente a lo largo de los dos últimos años a un incremento notable del coste de la vida. Han subido con fuerza las hipotecas, los alquileres, la sanidad, las guarderías y los gastos de dependencia, lo que ha generado un malestar notable y críticas a la gestión de Biden. Más recientemente a este cóctel perverso para el bolsillo se ha sumado el alza de precios del petróleo por la escalada de tensiones en Oriente Medio, que podría traer nuevas subidas en el precio de la gasolina, un indicador que es tradicionalmente clave para los ciudadanos”.
El Bitcoin, en máximos
La euforia de las criptodivisas ha sido colosal. Trump ya se ha pronunciado en varias ocasiones asegurando que es partidario de este tipo de moneda virtual y su victoria ha propulsado al Bitcoin a máximos históricos, subiendo un 8% en apenas 24 horas y superando los 75.000 dólares. Pero también otras criptomonedas han salido beneficiadas como Ethereum, que se ha disparado un 6%, Solaria, por encima del 13% o Dogecoin un 15%.
Preocupa mucho que, con esta victoria republicana, la Reserva Federal pierda la independencia que hasta ahora ha demostrado. Incluso podría correr peligro el mandato del presidente Jerome Powell, que teóricamente no agota su puesto al frente de la FED hasta mayo de 2026 pero Trump y se ha encargado en varias ocasiones de defenestrar su trabajo e incluso de burlarse de él. Lo hizo hace apenas tres semanas en una entrevista en Bloomberg. El nuevo inquilino de la Casa Blanca dijo aquello de que ser presidente de la Fed es el mejor trabajo del Gobierno. “Vas una vez al mes a la oficina y lanzas una moneda al aire. Y ya todo el mundo habla de ti como si fueras Dios” y lo que pretende es poder intervenir de alguna manera en las decisiones trascendentales del banco central incluso ha sugerido que podría destituirlo.
La euforia de Wall Street de los primeros compases dará paso a otra fase en la que se tendrá que ver si finalmente Trump cumple con todas las amenazas y anuncios hechos en campaña electoral y si podría perjudicar a la propia economía española, que está pasando por un periodo de incertidumbre con la catástrofe de la Dana y con muchos intereses también en el país.