Donald Trump es el vencedor de las elecciones presidenciales de Estados Unidos. El recuento ha sido bastante menos reñido de lo esperado, puesto que el candidato republicano ha logrado una clara ventaja sobre Kamala Harris en la mayor parte del país. En estos momentos, ya totaliza 277 votos delegados (suficientes para garantizarse la elección como presidente).
Harris, la vicepresidenta y aspirante demócrata ha tenido menos de 100 días para organizar su campaña a la presidencia, algo que no le ha beneficiado, según las primeras proyecciones. Mientras que el expresidente Trump, además de haber sido declarado culpable de 34 cargos de falsificación documental en plena carrera hacia la Casa Blanca, ha sufrido varios intentos de asesinato. Harris, por su parte, con su historial como fiscal, es la candidata presidencial mejor preparada de la historia de Estados Unidos, algo que no ha parecido contar para los votantes americanos.
Estas elecciones presidenciales han sido consideradas como las más reñidas de la historia, en las que los candidatos llegaron a la cita con las urnas de este martes 5 de noviembre con un empate técnico en los principales sondeos. El recuento, sin embargo, ha desmentido este análisis demoscópico, puesto que Trump se está imponiendo con mayor claridad de la esperada.
Los estadounidenses acudieron masivamente a votar. Tenían en sus manos el futuro del país, el rumbo de Estados Unidos durante los próximos cuatro años, y demócratas y republicanos respondieron a los llamamientos de los aspirantes a la Casa Blanca. Se registraron largas filas en decenas de centros electorales, muchas de ellas en Pensilvania, precisamente uno de los estados bisagra que otorgará la llave a la presidencia, y donde más se han esforzado las campañas en las últimas semanas tanto en recursos como en mítines. Cabe recordar, que más de 81 millones de personas ejercieron su derecho a voto con anterioridad, por correo.
Tanto republicanos como demócratas se han tomado estos comicios como una carrera crucial a vida o muerte. Es más, muchos de ellos creen que la democracia de Estados Unidos está en peligro. La mayoría de los estadounidenses ha reconocido que lo que más les preocupaba en estas elecciones, lo que más les ha motivado a ejercer su derecho a voto este martes ha sido “el estado de la democracia” (un 35%). En segundo lugar, la situación de la economía (el 31%). En tercer lugar, el aborto (14%). Y en cuarto lugar, la inmigración (11%), según una encuesta a pie de urna de la cadena NBC.
Lo cierto es que la economía ha sido uno de los grandes temas de esta campaña. Y esto le ha beneficiado al magnate. La inflación, la subida de los precios y el encarecimiento de la cesta de la compra en comparación con 2020 (cuando estaba Trump) ha sido la gran baza republicana. Los encuestados aseguraron que Trump, de 78 años, era más fiable a la hora de gestionar la economía del país en un 51%, frente al 48% que confiaba en Harris para esta tarea.
Y aunque los candidatos se dejaron la piel hasta el último minuto, con un cierre de campaña maratoniano en los estados bisagra, la verdad es que el 92% de los votantes tomó su decisión, antes de esta última semana, mientras que sólo un 7% lo ha hecho en los últimos siete días.
Un recuento agónico
La noche electoral comenzó con Harris siguiendo el recuento desde Washington DC, desde la Universidad Howard, que hizo las veces de cuartel general demócrata. Por su parte, Trump estuvo en Florida, el estado sureño que le ha respaldado en las últimas tres elecciones y donde tiene su residencia. Trump participó en una cena con donantes millonarios, para después seguir la larga noche electoral desde su lujosa residencia de Palm Beach (Florida), acompañado por empresarios como Elon Musk. Precisamente Musk tendrá un papel protagonista en la nueva Administración Trump en caso de que se confirme una victoria del republicano.
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— Donald J. Trump (@realDonaldTrump) November 6, 2024
Precisamente en Florida, Trump marcó algunos hitos como teñir de rojo el condado de Miami-Dade, algo que ningún republicano hacía desde George HW Bush en 1988. El expresidente nunca había logrado el apoyo de este distrito, que hasta en 2016 fue a parar a manos de Hillary Clinton por más de 30 puntos.
Comparativa con 2020
Al igual que en 2020, la campaña ha estado muy polarizada. En las pasadas elecciones presidenciales, celebradas en 2020, Biden logró el 51,3% de los votos, es decir, más de 81 millones de votos. A nivel de Colegio Electoral, el presidente demócrata obtuvo 306 frente a los 232 de Trump, quien consiguió un 46,9% y más de 74 millones de votos.
Los estados bisagra
El recuento en estos estados péndulo fue agónico. El primero en hacerse con un estado clave en esta noche electoral fue el magnate, logrando los 11 votos de Arizona. Sin embargo, Georgia y Pensilvania estuvieron demasiado ajustados y nadie se atrevía a dárselo a ningún candidato. Sobre las 5:30 de la mañana (hora española) AP y ABC News otorgaban a Trump el estado clave de Carolina del Norte, uno de los siete estados bisagra que hacen que le salgan las cuentas.