Trinity, la cazadora de infieles censurada por TikTok

La influencer Trinity atiende a Artículo 14 para explicar cómo desenmascara a aquellas personas que caen en la tentación: “Les tengo que mentir lo mejor que pueda, básicamente”

La 'tiktoker' Trinity. Kiloycuarto

El universo TikTok ha creado una nueva constelación: las pruebas de lealtad a parejas. El concepto está resultando muy atractivo para los usuarios ávidos de historias sobre infidelidades y a raíz de estos contenidos han surgido agencias que se dedican a ofrecer este tipo de servicios. Aunque la tendencia es global, la popularidad es enorme en países del sudeste asiático, especialmente en Indonesia. Trinity es una de las ‘caza infieles’ más activas del mundo y comparte con Artículo 14 cómo desenmascara a aquellas personas que caen en la tentación.

Tiene 23 años y lleva dedicándose a esto desde 2021. Su motivación, dice, tiene un elemento de justicia que viene de su experiencia personal. “El primer test que hice fue a mi novio de entonces. Pensaba que estaba hablando con una chica con la que ya me había sido infiel en el pasado. Todo empezó como una broma con mi hermana. Nos hicimos con un número de teléfono nuevo y me hice pasar por esta chica. Él acabó queriendo quedar conmigo -o con ella-”, confiesa. En ese instante se acabó la relación y comenzó su nueva vida.

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♬ original sound – Trinity

Publicó un vídeo en TikTok en el que ofrecía hacer tests para otras chicas. “Os cubro [las espaldas]”, les dijo. La idea prosperó y comenzó a recibir cientos de solicitudes. Después, contaba su experiencia en la red social, donde compartía pantallazos de los fragmentos más jugosos de algunas conversaciones. “Era mi principal modo de vida hasta que mi cuenta fue suspendida en diciembre”, se lamenta. TikTok bloqueó su perfil aludiendo al apartado de seguridad y civismo. Trinity aún no sabe exactamente qué los llevó a tomar esa acción. Tenía alrededor de 605.000 seguidores y se ha visto obligada a abrir un nuevo perfil. Ahora trabaja para una de las agencias más activas en la elaboración de estos tests y también publica su contenido en la cuenta de la compañía.

“Quieren saber si sus dudas son reales o no”

“Tenemos alrededor de 200 ‘checkers’ (personas que realizan estos tests) de diferentes etnias, lenguas, géneros… y así los clientes pueden elegir a alguien que representa el tipo de persona que atrae a su pareja”, explica Ashlyn Nakasu, responsable de marketing de Lazo, la agencia para la que trabaja Trinity. Una vez la persona elige el perfil con el que pondrá a prueba a su pareja, comienza la conversación. “Explican a nuestro equipo la situación, en qué necesitan ayuda, les dan los parámetros sobre hasta donde quieren llegar con la investigación e incluso lo que quieren que los checkers digan”, señala.

Cada test cuesta un mínimo de 43 euros y cada checker tiene su caché. El de Trinity es de los más caros y roza los 70 euros por test. Generalmente son más las mujeres que piden este servicio. “Suelen ser chicas que temen que su pareja no esté comprometida con la relación y no saben si seguir adelante o no. También hay gente que ha estado en relaciones largas o están casados y quieren saber si hay algo más. A lo mejor sus parejas han sido infieles en el pasado y quieren confirmación o tienen dudas y quieren saber si esas dudas son reales o no. Les ayudamos a tener claridad, explica Nakasu”.

Así trabaja Trinity

Aunque ha trabajado para pillar a mujeres, la mayoría de su actividad es para destapar a hombres. El primer paso de su rutina como caza infieles es recabar toda la información posible sobre la persona a la que tentará: edad, lugar de procedencia, dónde trabaja, dónde puede decir que lo ha visto, detalles sobre la zona donde vive o qué restaurantes frecuenta, “porque luego puedo decirle que podemos ir a comer allí”, argumenta. Así el engaño cuela mejor. “De esa manera él piensa que conozco la zona y que soy de allí. Muchos de ellos son muy escépticos y necesito asegurarles que los conozco, que conozco la zona. Les tengo que mentir lo mejor que pueda, básicamente”, comenta Trinity.

Una vez tiene toda esa información, perfila la estrategia y comienzan los mensajes. El primero suele ser algo así como “hola, te llevo viendo mucho tiempo en este lugar y siempre he querido conocerte” o “¿te acuerdas de mí? Hablamos un día en el bar (…)”. Reconoce que un 70 por ciento de los hombres no caen en la trampa inicialmente porque sospechan. “Muchos de esos hombres que aprobaron el test luego acabaron siendo infieles. Sigo en contacto con muchas de las novias”, apostilla. Aunque a ella no le ha pasado, conoce a otras checkers a quienes los clientes les han pedido enviar fotos provocativas. “A mí no me ha sucedido y he sido la persona que más tests ha hecho. Nadie ha probado mis límites”.

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La situación más extraña como caza infieles

En una ocasión, Trinity fue contactada por una chica que quería hacer una prueba de lealtad a su novio. Lo que sucedió después le agarró por sorpresa. “Le escribí, y luego recibí un mensaje de otra chica que decía ser su novia”, rememora. De repente, se vio envuelta en una situación de la que tuvo que salir en cuanto pudo. “Esa chica empezó a decirme que parara de enviar mensajes a su novio. Así que estoy ahí con dos mujeres distintas que dicen tener el mismo novio. Una decía que era su novia y la otra me decía que la otra era su ex y que estaba loca. Tuve que decirles que debían arreglarse entre ellas porque yo no podía estar en el medio más tiempo”, agrega.

En otra ocasión, le hizo un test a su novio actual. Siguió el mismo modus operandi de siempre y el chico no contestó. “Todo bien, entonces”, bromea. “Definitivamente tengo una relación de amor odio con lo que hago. Me gusta pillarles, pero es duro enseñárselo a sus novias. A veces abren su corazón conmigo. A veces siento que soy una terapeuta. Es muy triste ver por lo que pasan estas chicas después. Yo he estado en esa situación y sé cómo su corazón está roto y lo tristes que van a estar”, sostiene. La agencia para la que trabaja está valorando ofrecer un servicio de ayuda psicológica a aquellas personas afectadas por esta situación.

“Me he sentido intimidada”

Trinity no esconde su identidad y es muy activa en redes sociales sobre lo que hace. Eso ha provocado que en ocasiones se haya sentido intimidada por las reacciones de aquellos hombres a los que ha sorprendido. “Generalmente, le digo a mis clientes que me dejen saber cuándo se van a enfrentar a ellos porque necesito bloquearles antes de que lo hagan. Siempre que algún chico me llama, me grita etc. es porque su novia no me lo ha dejado saber”, confiesa. “Sí, me he sentido intimidada. Especialmente cuando han sido personas de mi área, porque sólo tienen que encontrar mi dirección e ir a por mí”.

En algunas ocasiones, hay chicas que no quedan satisfechas con la investigación y quieren que vaya más allá. “Por ejemplo, cuando ellos me dicen que es soltero -cuando no lo son- y les presento evidencias, ellas quieren más. Ese tipo de chicas buscan demasiado. Hay algunas que quieren más evidencias, aunque ya tengan suficiente frente a ellas”. Trinity dice acceder a tales peticiones porque le pagan. “Si quieren que haga más, lo hago. Pero hay veces que les tengo que decir que no puedo hacer más”, reconoce.

A pesar de ello, ser una caza infieles es para Trinity una experiencia positiva. “Generalmente, las chicas me dan las gracias por hacer esto. Otras veces sigo hablando con ellas el tiempo que necesiten. Muchas de ellas regresan. De hecho, ayer me contactó una que me dijo que está en una nueva relación y que su novio la trata mucho mejor”, explica. “Me dijo: ‘muchas gracias por ayudarme, has cambiado mi vida’. He tenido muchas de esas y hacen que lo hago valga la pena”.

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