Negociaciones

Tridente femenino en la UE: por primera vez, los ‘top jobs’ en manos de mujeres

Los negociadores han acordado que Von der Leyen y Metsola repitan, mientras que la estonia Kallas se alzaría con el poderoso cargo de Exteriores, hoy ostentado por Borrell

Unión Europea

Roberta Metsola, Kaja Kallas y Ursula von der Leyen KiloyCuarto

Hoy se han confirmado las candidaturas de Ursula von der Leyen y Kaja Kallas para los cargos de presidenta de la Comisión y Alta Representante para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad. Ambas dependen aún de su aprobación final – en el caso de von der Leyen, una votación – pero se perfilan como las siguientes figuras más poderosas del bloque, junto al portugués António Costa a la cabeza del Consejo Europeo, y la maltesa Roberta Metsola repitiendo como presidenta del Parlamento Europeo.

Se trata de una decisión histórica, ya que, por primera vez, la cúpula europea está compuesta en su mayoría por mujeres.

Tras las elecciones de junio y varias semanas de negociaciones, los líderes de los principales partidos centristas del bloque europeo han alcanzado por fin un acuerdo preliminar para distribuir los altos cargos de la UE. Esta decisión se tomó tras una reunión informal y fue confirmada posteriormente en una llamada entre líderes de varios países, incluidos Alemania, España y Francia. Sus acuerdos buscan mantener una coalición duradera que apoye un segundo mandato para von der Leyen, garantizando un equilibrio político, geográfico y de género en las altas esferas del poder europeo.

La ratificación de estos cargos se espera en una cumbre crucial donde los 27 líderes del bloque deben dar su visto bueno. A pesar de la controversia y las críticas de algunos líderes que se sienten excluidos del proceso, como Viktor Orbán de Hungría, el mecanismo de mayoría cualificada permitirá avanzar sin vetos nacionales. Además, mientras von der Leyen y Kallas deberán pasar por audiencias en el Parlamento Europeo, António Costa será elegido automáticamente por sus pares, destacando el procedimiento establecido para estas designaciones de alto nivel.

La primera presidenta

Cuando salió elegida en 2019, con un margen de votos ínfimo (nueve), Ursula von der Leyen se convirtió en la primera mujer en ocupar el cargo a la cabeza de la Comisión Europea. Todos sus predecesores habían sido del sexo opuesto: el primer presidente de la Comisión Europea fue Walter Hallstein, quien ocupó el cargo desde 1958 hasta 1967, y le siguió Jean Rey, un político belga, que presidió la Comisión de 1967 a 1970.

Después vino Franco Maria Malfatti, un político italiano, quien fue presidente entre 1970 y 1972, seguido de Sicco Mansholt, un político holandés, desde 1972 hasta 1973. Luego vino François-Xavier Ortoli, de Francia, entre 1973 a 1977. Su mandato estuvo marcado por la primera ampliación de la CEE, con la adhesión de Dinamarca, Irlanda y el Reino Unido.

Le siguió Roy Jenkins, del Reino Unido, de 1977 a 1981, y luego Gaston Thorn, de Luxemburgo, quien ocupó la presidencia entre 1981 y 1985. Después vino Jacques Delors, de Francia, presidente entre 1985 a 1995,  considerado uno de los más influyentes en la historia de la Comisión. Su sucesor, Jacques Santer, también de Luxemburgo, entre 1995 a 1999, fue acusado de fraude y mala administración, y luego vino Romano Prodi, de Italia, entre 1999 a 2004, a quien le tocó pilotar la transición hacia el euro.

José Manuel Durão Barroso, de Portugal, ocupó el cargo de 2004 a 2014, y Jean-Claude Juncker, de Luxemburgo, fue presidente de 2014 a 2019. Finalmente, en 2019, Ursula von der Leyen se convirtió en la primera mujer en presidir la Comisión Europea, sucediendo a Juncker. En total, once de los doce presidentes han sido hombres.

Un historial masculino

El caso del Parlamento Europeo es diferente; de los 31 presidentes que ha habido hasta ahora, Roberta Metsola es la tercera mujer en ocupar el cargo, después de la francesa Simone Veil, quien fue la primera mujer desde 1979 hasta 1982, y Nicole Fontaine, quien lo presidió desde 1999 hasta 2002. Metsola sí batió el récord de la líder más joven, ya que obtuvo el cargo con 43 años en 2022.

En cuanto al cargo de Alto Representante para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad, ha tenido solo cuatro ocupantes, de los cuales dos fueron hombres y dos mujeres. Se trata del español Javier Solana entre 1999 y 2009, la inglesa Catherine Ashton entre 2009 y 2014, Federica Mogherini desde 2014 hasta 2019 y Josep Borrell desde 2019 hasta ahora. Kallas se convierte en la quinta líder y tercera mujer de la lista, con lo cual el cargo habrá tenido una mayoría de ocupantes femeninas.

Habria sido la OTAN

Pero los rumores cuentan que Kallas podría haber ocupado un cargo mucho más jugoso, e histórico: podría haber sido la primera mujer en liderar la OTAN, que en sus 75 años de historia no ha tenido jamás una mujer a la cabeza. La posibilidad de que esto cambiase surgió con el anuncio de que Jens Stoltenberg, el secretario general actual de la alianza, dejaría su puesto en julio, abriendo la puerta a la que podría haber sido la primera líder femenina de la OTAN. La candidata estrella para este puesto era Kallas, primera ministra de Estonia, de 46 años, quien contaba con el apoyo no solo de su trayectoria y méritos, sino también de poderosas naciones dentro de la alianza.

Sin embargo, este avance histórico se ha visto frustrado por la sombra de Donald Trump y el impacto potencial de su retorno a la Casa Blanca. La OTAN, temiendo las repercusiones de la conocida misoginia de Trump en las relaciones transatlánticas, ha optado por no avanzar con una mujer al frente, ya que los líderes europeos cuestionaron la prudencia de colocar a una mujer en el liderazgo de la OTAN frente a este contexto.

La perspectiva de Kaja Kallas como secretaria general había sido recibida con entusiasmo por muchas partes, incluyendo el respaldo de Estados Unidos bajo la administración de Biden, así como de Francia, Alemania y Reino Unido. Kallas, con su trayectoria en derecho y política, representaba no solo una oportunidad para avanzar en la igualdad de género dentro de la organización, sino también una voz fuerte y experimentada en temas críticos como las relaciones con Ucrania y la modernización digital. No obstante, con la creciente probabilidad de un regreso de Trump y las preocupaciones sobre su impacto en las relaciones internacionales y la dinámica de género, la OTAN vio más prudente inclinarse por un candidato masculino.