Si Kamala Harris tenía como uno de los objetivos prioritarios de su recién estrenada campaña por la Casa Blanca activar voto femenino a su favor, parece haber encontrado un aliado inesperado en sus rivales republicanos.
La vicepresidenta ha recibido en las últimas horas un aluvión de ataques de tintes machistas y racistas desde unos republicanos desconcertados por su enérgica irrupción en la campaña, pero el más destacado, y quizá también el más torpe, fue el lanzado por el compañero de ‘ticket’ de Donald Trump, su nominado a vicepresidente J. D. Vance.
El senador por Ohio recuperó en sus redes una entrevista de 2021 con la cadena Fox News en la que cargó contra Harris y otros dirigentes demócratas por no tener hijos. Vance dijo que los Estados Unidos estaban dirigidos por “un puñado de señoras con gatos y sin hijos que son miserables en sus vidas y en las decisiones que han tomado y por eso quieren hacer al resto del país miserable también”.
“Mire a Kamala Harris, Pete Buttigieg (secretario de Transporte del gobierno Biden) y AOC (Alexandra Ocasio-Cortez, congresista por Nueva York), todo el futuro de los demócratas está controlado por gente sin niños”, añadió Vance, que se preguntaba “¿cómo puede tener sentido que le hayamos entregado el país a gente que no tiene un interés directo en su futuro?”
Los comentarios de Vance omitieron el hecho de que Harris dedicó años al cuidado y la educación de los dos hijos que su marido tuvo en un matrimonio anterior, con los que tiene una excelente relación, y provocaron un aluvión de respuestas indignadas, muchas femeninas.
Una de las más destacadas fue la de la actriz Jennifer Aniston, que en el pasado explicó todo lo que sufrió por sus dificultades para tener hijos. La estrella de la popular serie Friends escribió en Instagram: “De veras no puedo creer que esto venga de un candidato a vicepresidente de los Estados Unidos”.
La respuesta de Jennifer Aniston
“Todo lo que puedo decir es… señor Vance, rezo porque su hija tenga la fortuna de criar hijos por sus propios medios algún día” y “espero que no tenga que recurrir a la fecundación in vitro, porque le está privando de eso a ella también”.
Aniston parecía hacer alusión a que Vance votó el mes pasado contra la iniciativa demócrata en el Congreso para garantizar el acceso a la fecundación artificial en todo el país.
Comentarios como los de Aniston circularon ampliamente en las redes sociales, censurando las declaraciones de Vance como machistas y fuera de tono. Incluso jóvenes seguidoras de la estrella del pop Taylor Swift, conocida por su afición a los gatos, mostraron su indignación con el senador por Ohio.
Y también el hombre directamente aludido por Vance, el secretario de Transporte Pete Buttigieg, replicó, refiriéndose al duro proceso que asegura que tuvo que pasar para poder adoptar a dos pequeños gemelos con su marido, Chasten. “Lo realmente triste es que dijo eso después de que Chasten y yo hubiéramos sufrido un revés bastante descorazonador en nuestro proceso de adopción”, dijo Buttigieg a la CNN.
“Podría no saberlo, pero tal vez por eso uno no debería hablar sobre los hijos de los demás”, concluyó.
Los comentarios de Vance, secundados por los del abogado conservador Will Chamberlain y amplificados por otros racistas y misóginos en las redes, reflejan el desconcierto que ha provocado en el bando republicano el fulgurante arranque de la campaña de Harris. En apenas tres días, la conversación ha girado de la aparente incapacidad del presidente Biden para continuar en el cargo hacia la cuestión del aborto y los ataques de Trump contra las mujeres, justo los temas en los que Harris quiere centrarse para movilizar al voto femenino y reenganchar al proyecto demócrata a jóivenes y afroamericanos.
Y aunque los estrategas más lúcidos de Trump han advertido de que no es buena idea atacar a su rival por su condición de mujer o hija de inmigrantes, da la impresión de que en la nave del expresidente hay a bordo muchos que no van a ser capaces de morderse la lengua, como Vance.
“Los nativos se están inquietando, y a falta de dirección desde lo alto, tus mejores subordinados pueden volverse tu peor enemigo” advirtió Liam Donovan, que trabajó durante años como asistente de los republicanos en el Senado. Harris los ha puesto nerviosos y la reacción de los más conservadores amenaza con sepultar rápidamente la imagen de moderación y bonhomía de Trump que su campaña ha tratado de proyectar tras el atentado de Pensilvania, así como sus llamamientos a la unidad.
Harris, un nuevo rival para Trump
El expresidente Trump no disimula su enojo porque le hayan cambiado el rival a mitad de la carrera, lo que le obliga a construir una nueva estrategia y adoptar un tono más modulado y sutil en el que no se le ve muy cómodo. En un mensaje publicado en su red social Truth (Verdad) pocas horas después del anuncio de la retirada de Biden se quejó de que su campaña “tendría que empezar ahora todo de nuevo” y se preguntaba si los republicanos no debían ser compensados por “el fraude” del cambio de candidato de los demócratas. Después, la candidatura de Trump puso una queja ante la Comisión Electoral Federal para intentar evitar que Harris haga uso de los fondos y recursos heredados de Biden.
A la espera de conocer el resultado de esa denuncia, el candidato republicano busca cómo recuperar la iniciativa. No son pocos los observadores que señalan que cargar contra Harris por su falta de descendencia no es lo más inteligente. Como escribió en el ‘New York Times‘ la columnista Jessica Grose, si esa es la apuesta, “saldrá el tiro por la culata”.