Crisis en Oriente Próximo

Hamás rechaza liberar a los rehenes israelíes

Netanyahu insiste que la muerte del líder de Hamas no implica el fin de la guerra, pero aún queda pendiente el el retorno de los 101 israelíes secuestrados

Partidarios hutíes llevan un cartel que muestra al difunto líder de Hamás, Yahya Sinwar, durante una manifestación en solidaridad con el pueblo libanés y palestino, un día después del asesinato del líder de Hamás en Gaza, en Saná, Yemen, el 18 de octubre de 2024. EFE/EPA/YAHYA ARHAB

Yahia Sinwar, el líder de Hamás en la Franja de Gaza, fue eliminado. Pero la guerra continúa. Pese al alivio y la euforia desatada el jueves en Israel, todavía queda por resolver la gran cuenta pendiente: el retorno de los 101 israelíes secuestrados por Hamás desde el 7 de octubre de 2023.

Pese a que algunos en Israel y Washington veían el panorama más favorable para lograr un acuerdo para devolver a los rehenes, Hamás se encargó el viernes de recordar su condición innegociable: no habrá liberación mientras prosiga la ofensiva bélica sobre la franja. Por su parte, la Casa Blanca confirmó que todavía no hay fecha para volver a la mesa de diálogo.

Se especula que Mohammed Sinwar, hermano del dirigente liquidado, podría asumir la diezmada dirigencia del grupo islamista. Pero ante la incertidumbre de la línea a seguir que adoptará lo que queda de Hamás, desde Israel se especuló con que se trataría de lograr acuerdos individuales con cabecillas de clanes gazatíes locales o milicianos desertores islamistas para intentar liberar a los israelíes retenidos. Las Brigadas al-Qassam, brazo armado del grupo islamista, aclararon que “continuaremos luchando hasta la liberación de Palestina”.

Por su parte, el premier hebreo Benjamin Netanyahu anticipó que el fin de Sinwar no supone el fin de la ofensiva en Gaza, e incluso evitó mencionar el término “acuerdo” en su comparecencia televisiva. Para “Bibi”, es hora de presionar a las milicias de Gaza y el Líbano para su rendición sin condiciones. Para la extrema derecha judía que sostiene a “Bibi” en el poder, frenar la ofensiva ahora sería un error imperdonable, ya que no conciben otra salida al conflicto que la ocupación -militar y civil- permanente de la franja.

Para los familiares de los rehenes cautivos, la muerte de Sinwar fue una noticia agridulce. Supuso un bálsamo, pero no detuvo su agonía. “La última vez que supimos algo de Ofer Calderon fue en el día 52 de su secuestro”, expresó Abbey Onn, familiar de este israelí, que también tiene pasaporte francés. Carpintero de 53 años, fue capturado junto a dos hijos, que fueron devueltos a Israel durante la breve tregua de noviembre. “Es una persona divertida, que ahora mismo está sufriendo lo inimaginable”, lamentó.

Abbey acudió a Berlín junto a otros familiares afectados, para presionar a los líderes de EE UU, Francia, Inglaterra y Alemania, que se encontraron en una cumbre diplomática. El presidente Joe Biden, que consideró que “ahora hay la oportunidad para hablar del día después de Gaza sin Hamás, y construir un futuro mejor para israelíes y palestinos”, urgió a Netanyahu a encontrar la vía para asegurar el retorno de los rehenes y “terminar esta guerra para siempre”. Apelando al presidente francés Emmanuel Macron, Abbey le urgió a que “aproveche la muerte de Sinwar, y junto al resto de líderes, logréis que los 101 rehenes vuelvan a casa”.

Para el canciller alemán Olaf Scholz, la propuesta presentada por la Casa Blanca el mayo pasado, que preveía la liberación de rehenes por fases, a cambio de la retirada gradual del ejército israelí de la franja y la liberación de presos palestinos, es un punto de partida válido. Chanan Cohen, cuñado del israelí-alemán Gadi Mozes, quiso agradecer al gobierno de Scholz, “que ha hecho todo lo posible hasta ahora. Pero tras la muerte de Sinwar, tienen capacidad de ejercer más influencia presionando a Qatar”.

Cohen puso el foco sobre Doha, país que alberga al núcleo del liderazgo político de Hamás en el extranjero, y que ejerce como uno de los principales mediadores entre los islamistas e Israel. Desde el estallido del conflicto, diplomáticos y jefes de los servicios secretos hebreos han viajado frecuentemente a la capital de Qatar. “Se puede lograr que la paz prevalezca en esta región, que la guerra termine, y que los rehenes vuelvan. Es lo más importante de todo, especialmente para Gadi. Es un precio que merece la pena pagar”, agregó.

Sharone Lifschitz, israelí-británica, es hija de Oded Lifshitz, de 84 años, por el cual se teme especialmente por su deteriorado estado de salud. “El máximo arquitecto del ataque desapareció. Es un gran logro para el gobierno de Israel, que ya no puede decir que Hamás está frenando el acuerdo”, insistió. Algunos familiares imploraron a “Bibi” que abandone las maniobras políticas, que hasta la fecha le han empujado a torpedear el acuerdo en múltiples ocasiones. El fin de la guerra supondría la probable convocatoria de elecciones en Israel, así como la formación de una comisión para depurar responsabilidades por el fiasco del 7 de octubre.

“Es el momento para que nosotros demos el paso, hay una oportunidad ahora, que no puede ser perdida. Hubo otras oportunidades que se perdieron en el camino”, consideró. Y exigió al gobierno británico: “pedimos a Keir Starmer, y a todos los gobiernos que participan en los contactos, que se unan y hagan que el acuerdo ocurra. Que presionen a Qatar, y al gobierno de Israel, para lograrlo. Hay una oportunidad única para devolver a los rehenes”.

Sharone es oriunda del kibutz Nir Oz, uno de los más golpeados en la matanza del 7 de octubre. Actualmente, 29 rehenes de dicha comunidad siguen en Gaza, y se estima que unos 20 están vivos. “Sufren condiciones honoríficas que solo empeoran. Por favor, traerlos para empezar a trabajar en un futuro sostenible para la gente de Israel, de Palestina y de Gaza. No pueden volver todos en ataúdes”. Hasta ahora, han vuelto con vida más rehenes durante la breve tregua de noviembre que en operaciones militares, en que se logró retornar en vida a 8 israelíes.