Escalada en Oriente Medio

Intento fallido de tregua entre Hizbulá e Israel

Pese al empeño de múltiples países por lograr una tregua temporal que permita negociar el fin de las hostilidades, el Ejército israelí y Hizbulá reanudaron ayer los ataques tras 19 horas de calma

Los restos de un bombardeo israelí este jueves en Líbano. EFE/EPA/STRINGER

La inesperada calma durante la madrugada y la mañana del jueves en Líbano y el norte de Israel fue un espejismo. Durante horas, el estruendo de los cazas israelíes y las salvas de proyectiles de Hizbulá se silenciaron, y se abrió una ventana de esperanza para la tregua. Mientras el primer ministro israelí Benjamin Netanyahu volaba a Nueva York para participar en la Asamblea General de la ONU, Estados Unidos, junto a países europeos y árabes, pusieron sobre la mesa una propuesta de alto al fuego temporal. El objetivo: evitar un estallido regional masivo, y dar oxígeno a las moribundas negociaciones para una tregua en Gaza.

Pero el empeño diplomático cayó en saco roto. A media mañana, Hizbulá rompió el silencio de 19 horas disparando unos 45 proyectiles sobre la zona costera de Acre, y la aviación de las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) reanudó los bombardeos aéreos sobre posiciones de la milicia chií, que han causado desde el 23 de septiembre 620 víctimas y al menos 1.835 heridos, según el ministerio de Sanidad libanés. Junto a los estallidos secundarios provocados por los impactos sobre almacenes de armamento ubicados en localidades de todo el sur de Líbano, las imágenes de destrucción masiva causada por la aviación hebrea dan fe de la intensidad de la ofensiva.

Mapa Líbano

Últimos ataques

En la tarde del jueves, el comandante de la unidad de drones del grupo proiraní, Mohammed Srur, habría sido objetivo de un ataque en Dahiye, el bastión de Hizbulá en Beirut. En la región de Baalbek, cercana a la frontera con Siria, 23 trabajadores y sus familiares sirios habrían fallecido tras un bombardeo israelí, uno de los ataques más sangrientos desde que el conflicto -vigente desde el 8 de octubre de 2023- subió de intensidad.

Continuar atacando a Hizbulá

Tras el nuevo golpe sobre altos rangos chiitas, el comandante en jefe de las FDI, Herzi Halevi, exigió “continuar atacando a Hizbulá. Estuvimos esperando esta oportunidad durante años. Seguimos eliminando altos oficiales, bloqueando envíos de armamento, y destruyendo sus capacidades de disparo”. Casi todo el espectro político israelí se opuso a los rumores de una tregua en el norte, y urgió a seguir la ofensiva bélica, que consideran como la única vía para empujar a los milicianos y arsenales de Hizbulá al norte del río Litani. Desde la extrema derecha que sostiene a Netanyahu en el poder, el ministro de seguridad nacional Itamar Ben Gvir alertó: “Si se firma una tregua permanente, abandonaré el Gobierno”.

En la comparecencia de prensa conjunta junto al presidente francés Emmanuel Macron, el presidente norteamericano Joe Biden insistió en que “llegó la hora de alcanzar un acuerdo en la frontera Israel-Líbano, que garantice la seguridad y permita a los civiles volver a sus casas”. La mayoría de los residentes de los poblados ubicados a ambos lados de la frontera viven como refugiados en sus propios países hace casi un año.

Líbano

Columnas de humo se elevan tras un ataque aéreo israelí que tuvo como objetivo pueblos del sur del Líbano, visto desde Marjaayoun, en el sur del Líbano, este miércoles

Netanyahu, que durante largos meses rehuyó adoptar una estrategia para resolver el conflicto en la frontera norte, fijó como nuevo objetivo de la guerra “devolver a los 80.000 israelíes que viven fuera de sus casas”. Sus críticos le achacan su supuesta voluntad de querer extender todo lo posible el conflicto abierto en múltiples frentes, para diluir su responsabilidad en el fracaso del 7 de octubre, y fortalecerse en las encuestas de cara a unas eventuales elecciones. Desde Nueva York, un miembro del gabinete de “Bibi” insistió en que “continuaremos con el plan de la guerra aprobado por el primer ministro. Si Nasrala (líder Hizbulá) no entendió el mensaje hasta ahora, lo acabará asumiendo”.

Alto el fuego de 21 días

La fallida propuesta de alto al fuego, apoyada por Australia, Canadá, la Unión Europea, Francia, Alemania, Italia, Japón, Arabia Saudí, Emiratos Árabes Unidos y Qatar, aspiraba a “un inmediato alto al fuego de 21 días en la frontera israelí-libanesa”, con la voluntad de dar espacio para negociaciones más profundas. Para Biden, que pese a reiteradas discrepancias públicas sigue dando apoyo militar y diplomático a Israel en todos los frentes, lo fundamental es “que la guerra no se amplifique”.

Líbano

Libaneses que huyen del sur del Líbano viajan en bicicleta por la carretera de Damour en dirección a Beirut

Según oficiales norteamericanos consultados por el ‘New York Times’, Israel y oficiales de Líbano habrían emitido señales favorables a una tregua temporal. Pero Hizbulá, una milicia-partido que opera como un estado dentro del estado libanés -con mayor poder político y militar que el propio gobierno electo-, no fue consultado. La propuesta de tregua se gestó en intensas discusiones mantenidas en la ONU, donde líderes mundiales discuten los explosivos sucesos de Oriente Medio. Jean-Noël Barrot, ministro de Exteriores francés, viajará a Beirut para pujar por la tregua junto a oficiales libaneses.

Presión para Hamás

Pese a los fracasos anteriores, la Casa Blanca sigue insistiendo en que paralizar la guerra contra Hizbulá añadirá presión sobre Yihie Sinwar, el líder de Hamás en Gaza, para aceptar las condiciones de tregua presentadas el pasado mayo por Biden. Nasrala ordenó el disparó de proyectiles sobre el norte de Israel como medida de “solidaridad” con la “resistencia” en Gaza tras la matanza de Hamás del 7 de octubre. Pese a los duros golpes recibidos, no está claro que el líder de Hizbulá sea todavía proclive a aceptar la tregua.

Biden

El presidente de los Estados Unidos, Joe Biden, interviene durante el Debate General del 79º periodo de sesiones de la Asamblea General de las Naciones Unidas en la sede de las Naciones Unidas en Nueva York

Evitar la guerra total

Antes de abandonar la Casa Blanca, Biden sueña con evitar “una guerra total que es posible, logrando un acuerdo que podría cambiar la región entera”. Hizbulá, armado y financiado por Irán, es su principal proxy regional, y el temor es que Teherán pueda involucrarse directamente en el conflicto. En abril, protagonizó su primer ataque directo sobre Israel en la historia, cuando disparó cerca de 300 misiles balísticos y drones sobre territorio hebreo. La estrategia de la Casa Blanca pasa por consolidar un frente internacional para resolver las dos guerras abiertas por la vía diplomática. Por ahora, parece un objetivo lejano.

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