Hoy los bolivianos respiran tranquilos tras el intento de golpe de Estado vivido el miércoles en la capital de Bolivia. Según el Gobierno de Luis Arce, ya son 17 las personas detenidas en relación con la intentona golpista, y se busca a tres militares de la reserva.
El autor del levantamiento militar frente al Palacio presidencial boliviano es Juan José Zúñiga Macías, ya arrestado. El veterano militar fue ascendido por el propio Arce a comandante general del Ejército de Bolivia en 2022, y ratificado en enero de 2024. Su sintonía con Arce y su animadversión por el anterior presidente, Evo Morales, ha inundado Bolivia de teorías. Zúñiga había ocupado el cargo de jefe del Estado Mayor y varios medios bolivianos se referían a él como “el general del pueblo”. Hasta ayer.
“Hemos vivido de primera mano lo que sucedió el miércoles”, explica Ana a Artículo14 desde Bolivia. “En un principio estábamos un poco asustados. No sabíamos qué estaba pasando. Veíamos por televisión lo que estaba aconteciendo: la toma de la Plaza Murillo por parte de los militares. Era la única información que teníamos en una primera instancia”, recuerda Ana. “Después se fue dilucidando que fue un intento de autogolpe, que finalmente fue un show preparado por el Gobierno”, matiza. “La verdad es que, al final de la noche, todo quedó en nada. La gente ahora mismo no se cree que esto haya sido un intento de golpe o que el Gobierno de Luis Arce estuviera en peligro, ni tampoco la democracia“. En suma, insiste Ana, “creemos que más bien fue un show ideado por el propio Gobierno”. Ana argumenta que fue el propio militar golpista quien lo dijo.
Ana se refiere a las declaraciones del excomandante, que, cuando fue detenido, indicó que el presidente Arce le dijo que sacara los carros blindados porque “necesitaba algo para levantar su popularidad”. Unos comentarios que han llenado de especulaciones las redes, los medios, así como las conversaciones de los bolivianos.
En la misma línea, Elizabeth hace hincapié en que “en Bolivia no ha habido un golpe de Estado”. “Lo que sí ha habido -destaca la boliviana- es una serie de sucesos que han simulado ser un golpe de Estado“.
Elizabeth incide en que su generación, que vivió los años 70 y los 80, “sí sabe lo que son los golpes de Estado reales. Lo que sucedió el miércoles no fue absolutamente nada”. No niega que una tanqueta irrumpiera en el Palacio de Gobierno, pero le llama soberanamente la atención “la escena en la que el presidente está frente al supuesto golpista, frente a frente. Parecía más un careo o un acto de una comedia que un golpe de Estado”. Es tajante: “Desde el inicio nos dimos cuenta de que eso no iba a llegar a nada”. “Gracias a Dios la democracia sale ilesa, aunque no creo que ningún momento estuviera en riesgo”.
El hijo de Elizabeth que vive en La Paz “no se preocupó de abastecerse, ni de ir al Banco, ni tomar gasolina, ni nada. Él estaba tranquilo”, confiesa. “Mi hija la que vive en Santa Cruz que tiene una bebé pequeña se preocupó un poco más”. Una vez más, es rotunda: “No hubo un golpe de Estado en Bolivia”.
Para ella, lo que ha causado “esta pantomima, es que en este momento hay mucha zozobra. La gente tiene mucho miedo de que ahora haya represalias, de que la pugna entre las dos facciones del MAS (la de Arce y la de Morales) lleve a más problemas. Todo el mundo está buscando abastecerse, gasolina, colas en los bancos… Esto es lo que ha logrado esta pantomima de golpe de Estado”.
“Zozobra” es otra de las palabras que más menciona Marilyn, vecina de Santa Cruz y hoy residente en España. “Mi primera impresión fue de sorpresa. Pero a los cinco minutos, ya había bolivianos que en los grupos que tenemos aquí, que estamos conectados desde hace años, y desde el primer momento, había gente que decía: ‘Esto es una trampa'”. Ella confiesa que fue cauta y no escribió. “Pero conforme pasaron los minutos, y vi el saludo ‘normal’, con pasividad, entre el militar y el presidente… Me di cuenta de que no era un golpe de Estado“. Además, recalca Marilyn, “con la experiencia que tengo en golpes de Estados -tengo 57 años- eso no lo era. Los militares entran arrasando y se llevan detenidos a todo el que pasa por delante y al que no, lo liquidaban directamente”.
Así, para ella, “esto fue un invento”. Además, “salvo en el centro de La Paz, en la Plaza Murillo, que hubo la revuelta, casi no hubo repercusión en el resto del país”. De hecho, “mis familiares que viven en Santa Cruz no se enteraron de nada. Cuando yo les pregunté: ‘cómo están, cómo está todo por ahí’, ellos me decían que no había nada”. Después sí que llegaron las imágenes de las “largas colas en busca de combustible”.
“Había mucho descontento en Bolivia por la falta de diésel, que hay funcionarios que no cobran… Iba a haber un estallido social en unos días. Hay carestía de dólares. Mandamos dinero a nuestra familia y no la entregan en dólares… Hay mucha zozobra por el MAS“.
Para ella, la crisis se debe al socialismo del MAS. “Aún con todo, la gente estaba reaccionando porque se ha dividido el mismo partido de Gobierno (entre Morales y Arce). Eso hace que entre ellos hay mucha tensión. Ahora además, le es complicado a Arce sacar sus leyes adelante”. Y concluye: “Sabemos que esto va a terminar mal”.
El Gobierno de Arce rechaza las acusaciones del “autogolpe”. En unas declaraciones al canal estatal, el ministro de Gobierno, Eduardo del Castillo, negó que se tratara de un “simulacro”.
“Cómo podemos hablar de un simulacro, de un fraudulento intento de golpe, cuando ya tenemos a las principales cabezas actualmente aprehendidas; cómo podemos polemizar con un tema tan sensible”, aseveró, recordando que al menos 12 personas resultaron heridas.