América del Norte

Sheinbaum y Trudeau contienen la respiración ante los aranceles del 25% prometidos por Trump

La Casa Blanca impone a partir de este sábado gravámenes a los productos de México y Canadá. Los líderes de ambos países endurecen su postura sin dejar de tender la mano a la Administración estadounidense para mitigar los daños en sus respectivas economías

Justin Trudeau y Claudia Sheinbaum
El primer ministro de Canadá, Justin Trudeau, y la presidenta de México, Claudia Sheinbaum Kiloycuarto

Miles de empresas y millones de consumidores de América del Norte contienen la respiración a la espera del próximo movimiento de Donald Trump. El presidente de Estados Unidos confirmó que este sábado impondría aranceles del 25% a los productos importados de Canadá y México. La medida, de acuerdo con la portavoz de la Casa Blanca, Karoline Leavitt, entrará hoy en vigor porque “tanto Canadá como México han permitido una invasión sin precedentes de fentanilo ilegal, que está matando a ciudadanos estadounidenses, además de la entrada de inmigrantes ilegales a nuestro país”.

Los gravámenes amenazan con disparar los precios en Estados Unidos. Desde los vehículos hasta los aguacates. Todo será susceptible de ser más caro a partir de ahora. Trump, sin embargo, parece decidido a hacer saltar por los aires el acuerdo comercial con Canadá y México que él mismo negoció durante su primera etapa en la Casa Blanca. Un acuerdo comercial que definió en su día como “el más justo, equilibrado y beneficioso que jamás hayamos firmado”.

En 2019, el republicano sustituyó el antiguo Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) por el Acuerdo Estados Unidos-México-Canadá (USMCA, por sus siglas en inglés), con el objetivo de reducir el déficit comercial de Estados Unidos, algo que sin embargo no ha sucedido desde entonces.

“El USMCA no ha cumplido los objetivos que Trump le planteó. Nuestro déficit comercial con Canadá y México es mayor de lo que era, considerablemente. Muchos empleos se han deslocalizado a México desde el USMCA”, explica la abogada Lori Wallach, directora del programa Rethink Trade, en declaraciones recogidas por Associated Press.

Baza de negociación

La etapa de entendimiento acabó. Los aranceles aumentarán de 1.300 millones de dólares a 132.000 millones al año en las importaciones de México a Estados Unidos y de 440 millones a 107.000 millones en las de Canadá, según las estimaciones de la consultora PwC.

Desde el Despacho Oval, el republicano enumeró el pasado jueves los motivos que le habían llevado a abrazar el proteccionismo frente a sus vecinos: “Número uno es la gente que ha entrado tanto en nuestro país de forma tan horrible. Número dos son las drogas, el fentanilo y todo lo demás que ha entrado en el país. Número tres son los subsidios masivos que estamos dando a Canadá y a México en forma de déficits”.

Donald Trump

El presidente de EE.UU., Donald Trump, firma órdenes ejecutivas en el Despacho Oval

Trump insistió en la necesidad de hacerlo “porque tenemos déficits muy grandes con esos países”. Los motivos reales quizá tienen más que ver con tener en su mano nuevas bazas de negociación para imponer su agenda a sus vecinos. México y Canadá son los principales socios comerciales de Estados Unidos. Los tres registran un volumen comercial de 1.600 millones de dólares anuales. Los intereses son compartidos.

Resistencia

La presidenta de México, Claudia Sheinbaum, llamó la pasada semana a “mantener la cabeza fría” a la espera de ver las medidas concretas, pero amenazó con responder a las amenazas de Trump aplicando la misma receta: “Si hay aranceles de Estados Unidos, México también elevará los aranceles”. Aunque al mismo tiempo alejó esta posibilidad: “No creemos que [los aranceles] vayan a ocurrir”.

La sucesora de Andrés Manuel López Obrador se mostró abierta a endurecer su postura en la frontera para frenar el fenómeno migratorio y el tráfico de fentanilo. “Ahora es muy importante que el pueblo mexicano sepa que siempre vamos a defender la dignidad de nuestro pueblo, siempre vamos a defender el respeto a nuestra soberanía y un diálogo entre iguales, como siempre lo hemos dicho, sin subordinación”, puntualizó Sheinbaum.

México parte sin embargo desde una posición de debilidad. Las exportaciones representan aproximadamente el 40% de su PIB, y más del 80% de ellas tienen como destino Estados Unidos.

México

La presidenta de México, Claudia Sheinbaum, habla durante la ceremonia de saludo a las Fuerzas Armadas y Guardia Nacional, este jueves en el Campo Marte de la Ciudad de México

Canadá ha adoptado una posición algo más dura. El todavía primer ministro Justin Trudeau se comprometió ayer a responder “con fuerza” a los gravámenes de la Administración Trump. El Gobierno canadiense tiene preparada, según Trudeau, “una respuesta inmediata, determinada, con fuerza pero razonable”.

“No es lo que queremos. Pero si lo hace nosotros también actuaremos”, insistió el primer ministro, que reconoció sin embargo que su país “podría enfrentarse a tiempos difíciles en los próximos días y semanas”. “Creo que Justin Trudeau haría bien en hablar directamente con el presidente Trump antes de hacer comentarios tan exagerados ante los medios”, replicó Leavitt desde la Casa Blanca.

La exministra de Finanzas, Chrystia Freeland, representante de Canadá en las negociaciones del USMCA, también amenazó a Trump con respuestas contundentes. “Ser inteligente significa tomar represalias donde duele. Nuestro contragolpe debe ser dólar por dólar, y debe ser preciso y dolorosamente dirigido: los productores de naranja de Florida, los productores de leche de Wisconsin, los fabricantes de lavavajillas de Michigan, y mucho más”, deslizó Freeland, una de las aspirantes a suceder aTrudeau como líder del Partido Liberal y primera ministra de Canadá.

Otra de las candidatas a liderar el país, Mélanie Joly, declaró ayer que los aranceles afectarían a las “personas reales” y puso en valor la capacidad de Canadá como productor de petróleo. “Enviamos petróleo con descuento que, en última instancia, se refina en Texas. Si no somos nosotros, es Venezuela. No hay otra opción sobre la mesa, y esta administración no quiere trabajar con Venezuela”, insistió la ministra de Exteriores, que visitó ayer en Washington a su homólogo estadounidense, Marco Rubio.

Mélanie Joly

La ministra canadiense de Exteriores, Mélanie Joly, durante una visita a Kyiv

Los aranceles afectarán a todo tipo de productos, con la notable excepción del oro negro. “Por lo que a mí respecta, el petróleo no va a tener nada que ver”, avanzó Trump el pasado jueves.

Joly, sin embargo, también se comprometió ayer desde Washington a reforzar la seguridad fronteriza, una de las exigencias de la Administración Trump. “Queríamos reforzar la frontera también en nuestro lado, porque estamos preocupados por el flujo de armas ilegales procedentes de Estados Unidos y el flujo potencial de migrantes ilegales procedentes de Estados Unidos”.

Otros miembros del Gabinete de Trudeau se han mostrado sin embargo más optimistas que Freeland o Joly. Es el caso de David McGuinty, ministro de Seguridad Pública, que mantiene la esperanza en que la cuestión se resuelva: “Llevamos 150 años haciéndolo juntos. No veo por qué no podemos hacerlo ahora”, apuntó.