Como parte de las declaraciones entre polémicos y repudiables que cada tanto lanza públicamente Francisco Sánchez, actual secretario de Culto de Argentina, en la última semana cuestionó tres importantes conquistas sociales; dos esperables y una sorprendente, aun para varios miembros del Gobierno de Javier Milei (que él mismo integra). El “Sánchez argentino” habló en contra del aborto, del matrimonio igualitario y también del divorcio.
Sánchez se autodefine como conservador. Aunque sus declaraciones podrían dar una idea distinta, solo tiene 50 años. Aterrizó en la política argentina hace poco más de una década, con un cargo de coordinación en una municipalidad de la ciudad Neuquén (al suroeste de Argentina). Tras ser electo diputado en 2019, en diciembre de 2023 asumió un rol ejecutivo en el Gobierno de Milei.
Tiene una tecnicatura en Recursos Humanos y hace solo tres años obtuvo una diplomatura universitaria en Derechos Humanos por la Universidad Austral, institución educativa oficialmente relacionada con el Opus Dei.
Hoy Francisco Sánchez trabaja en la órbita de Cancillería, bajo la conducción de Diana Mondino, la mujer que en las últimas semanas debió inventar puentes comunicacionales que salven las relaciones de España y Argentina, en medio de los dardos retóricos entre los presidentes Milei y el otro Sánchez, el jefe del Gobierno español.
Milei aseveró desde el Instituto Hoover de la Universidad estadounidense de Stanford que Pedro Sánchez es un “kirchnerista sin buenos modales”.
“(…) Tienen a Petro en Colombia; tenían a Castillo en Perú; a López Obrador en México, y creo que ya no me estoy olvidando de ninguno. Y después en España tienen a Pedro Sánchez… que es algo así como un kirchnerista que ya no diría que con buenos modales porque no los tiene”, indicó según recoge EFE.
Dejando de lado el otro gran tema que generó rebote mediático en estos días (los cuestionamientos sobre las características indefinidas del viaje de Sánchez, quien -no se sabe bien por qué- acompañó a Milei en una gira solventada con recursos estatales, pero de la que se dijo que era “privada” y no “oficial”), las anticuadas declaraciones del secretario de Culto, si bien inquietan, no deberían sorprender.
Qué dijo el Sánchez argentino en España
Al cierre de su discurso en Madrid, el secretario de Culto propuso “recuperar los valores tradicionales”. Previamente se había ocupado de detallarlos.
Por un lado apuntó contra “el matrimonio homosexual”, lamentando su sanción: “Muchos creíamos que no era el momento en Argentina en plena crisis como vivimos casi siempre, pero lo promovieron y lo aprobaron”.
También habló de la ley de aborto legal, aprobada a comienzos de 2020 “en plena crisis gravísima, no solo económica sino también por el Covid-19”, y criticó que el expresidente Alberto Fernández promoviera la interrupción voluntaria del embarazo.
No se inmutó frente a las críticas que recibió en redes sociales producto de estos dichos. Por ejemplo, las que le lanzó la diputada del PRO Silvia Lospennato, con quien comparte el espacio político. Él, superado, le respondió: “Mis ideas y opiniones no son un peligro más que para los progresistas que pretenden un pensamiento único. Peligro real son los que promovieron y aprobaron el asesinato de criaturas en el vientre materno; peligro es la cultura de la muerte y la cancelación”.
Francisco Sánchez, educación sexual y divorcio
En su discurso en España, el hombre criticó que “también se aprobaron leyes para que la ideología de género sea obligatoria en las escuelas”, y dijo: “(Fue) para pervertir a nuestros hijos, para hacer daño a nuestra sociedad, y los conservadores seguimos aferrándonos a lo poco que nos dejaron”.
Con respecto al divorcio (una sorpresa que derivó en que buena parte del arco político y mediático argentino lo llamara, en los mejores casos, “retrógrado”), Sánchez lanzó que, “en 1987, en plena crisis económica, el pésimo Gobierno radical alfonsinista promovió el debate por el divorcio vincular, y se aprobó. En el peor momento para plantear un tema como ese en una Argentina en crisis económica”.
Consultada por Artículo 14, Marisa Herrera, abogada, investigadora del Conicet y experta en derecho de familia, evaluó que “tener que volver a fundamentar las razones constitucionales-convencionales, es decir, de derechos humanos por los cuales el divorcio constituye una institución básica y ya consolidada a nivel mundial, muestra el claro retroceso en el respeto por el principio de la libertad y la autonomía”.
“¿Acaso el término libertad no debe ser uno de los términos más ‘gritados’ -literal- por el Gobierno actual?”, se preguntó la experta, y siguió: “El divorcio, el matrimonio igualitario, la identidad de género y el aborto han sido y son grandes conquistas de derechos plasmadas en diversas leyes, cuya columna vertebral es la libertad, la verdadera libertad: la que abraza las ideas de autonomía y de desarrollo de la personalidad, tal como establece la Constitución Nacional en el artículo 19 y que replica tantísimos instrumentos internacionales de derechos humanos que obtuvieron jerarquía constitucional en la reforma constitucional de 1994”.
El áspero archivo del Sánchez argentino
Ya en 2021, el Instituto Nacional de Discriminación, la Xenofobia y el Racismo (INADI) había recibido una denuncia desde la subsecretaría de Mujeres de la Municipalidad de Neuquén (provincia patagónica en la que Sánchez no nació, pero donde sí vivió varios años) por unas expresiones del actual secretario de Culto. Dicho sea de paso, el INADI es uno de los organismos que sucumbieron ante la “motosierra” de Milei. Tras su cierre, el Gobierno aseguró que las funciones de esa área serían absorbidas por el Ministerio de Justicia.
Volviendo al episodio, la denuncia ante el INADI fue en relación a una inapropiada respuesta de Francisco Sánchez en redes sociales. “Díganme algo que necesiten”, había posteado una joven, compartiendo dos fotografías tipo “selfie”. ¿Quién contestó? Sánchez sin filtro: “Una nuera como vos para alguno de mis cinco hijos”.
Francisco Sánchez, en favor de la pena de muerte
Unos meses después, en 2022, Sánchez volvió al tapete. Escribió unos tuits (ahora borrados) por los que también sería recordado, luego de que la expresidenta Cristina Kirchner recibiera un duro alegato del fiscal Diego Luciani en la causa por corrupción con la obra pública por la que se la investigaba.
“Doce años por robar impunemente es casi nada. El año pasado presenté un proyecto de ley para que este tipo de delitos sean considerados traición a la Patria. Merecen la pena de muerte, no una liviana prisión domiciliaria”, consideró el funcionario.
Luego explicó que había presentado un proyecto para que ciertos crímenes fueran rotulados de “traición a la patria”. Y cerró su argumento del modo más llamativo: “Lamentablemente, en Argentina se ha abolido la pena de muerte. Considero que personas que nos han afectado tan gravemente, merecerían esa pena. Ya que no se puede, al menos apliquémosle las penas más duras que corresponden en nuestro código penal”.
Por el rechazo masivo a sus declaraciones, si bien no se retractó, Sánchez debió admitir que no eran tiempos “ideales” para reflotar estos temas. Apeló entonces a ese falaz argumento que tan seguido usa: mezclar los derechos humanos con la coyuntura tambaleante de la economía argentina.
“Teniendo en cuenta la gravedad de la situación social en Argentina derivada de la crisis económica y de los permanentes agravios a las instituciones republicanas, considero atendible el pedido de evitar la continuidad de manifestaciones que puedan afectar la sensibilidad de personas individuales o colectivas, por lo que desistiré de impulsar un proyecto de estas características”, explicó.
Derechos conquistados
Para Marisa Herrera, aun así, “Argentina es un orgullo en materia de ampliación de derechos y esa consideración básica de entender de que en este mundo entramos todos”, lo que implica “el reconocimiento de derechos en tanto personas humanas con nuestras diferencias”.
En este sentido, “pretender discutir el divorcio o la cantidad de derechos conquistados, no solo es una muestra elocuente de que el Gobierno vive un mundo paralelo, alejado de la realidad social y familiar diversa y plural, sino también que ello conculca un principio constitucional-convencional básico y central en un Estado de Derecho: el de progresividad-no regresividad”.
Porque “a los derechos que se han alcanzado no solo se los defiende. Tienen además la virtud y fortaleza que les da un sistema jurídico robusto que impide su retroceso y desarme”.