La desaparición de Sheila Fox en 1944 sigue siendo uno de los misterios más impactantes y no resueltos en la historia del Reino Unido. Este caso, que ha intrigado a generaciones, volvió a captar la atención pública en 2021 cuando las autoridades decidieron reabrir las investigaciones. Todo ello debido a una serie de pistas que señalan a un hombre: Richard Ryan, un joven de 20 años en la época de los hechos, quien más tarde sería condenado por violación. Ahora, 52 años después de la desaparición, han localizado a la mujer. Su historia parece haber sido cerrada… medio siglo después.
Sheila Fox desapareció una tarde de 1944 mientras regresaba de la escuela a su casa. Su camino habitual incluía Barton Road, una calle residencial que también era el hogar de Richard Ryan. Este dato, en apariencia trivial, se ha convertido en el epicentro de las investigaciones, especialmente tras revelarse el oscuro pasado de Ryan. El joven minero vivía en una vivienda situada exactamente en la ruta que Sheila recorría a diario, una coincidencia que, con el paso de los años, ha alimentado las sospechas en su contra.
Aunque no existían pruebas concluyentes en su momento, el contexto del caso cambió radicalmente en los años siguientes. Ryan abandonó la propiedad en 1948 y, dos años más tarde, en 1950, fue condenado por violación. Este antecedente criminal colocó su nombre nuevamente en el radar de las autoridades cuando, en 2001, un testimonio clave reavivó el caso de la desaparición de Sheila Fox.
El testimonio que lo cambió todo en el caso de la desaparición de Sheila Fox
Un hombre, quien siendo niño vivió en la zona, declaró haber visto a alguien cavando un hoyo en el jardín trasero de una vivienda en Barton Road durante la medianoche, justo en la época de la desaparición de Sheila Fox. Este relato, que estuvo oculto por décadas, se convirtió en un elemento crucial para reabrir las investigaciones. Aunque Richard Ryan había fallecido 35 años atrás, la posibilidad de que su antigua propiedad ocultara respuestas impulsó nuevas excavaciones en la zona.
Una fotografía de la pequeña Sheila Fox a los seis años | The Mirror
La figura de Richard Ryan adquiere una dimensión inquietante cuando se examinan los detalles de su vida. Tras abandonar Barton Road en 1948, Ryan acumuló una serie de antecedentes penales que, aunque no directamente relacionados con la desaparición de Sheila Fox, pintan un retrato de alguien capaz de cometer actos atroces. En 1950 fue condenado por violación, y en 1965 enfrentó cargos por agresión indecente contra un menor. Estos delitos reforzaron la percepción de Ryan como un individuo peligroso, aunque nunca se le acusó formalmente por la desaparición de Sheila.
El contexto histórico también desempeña un papel crucial en la percepción del caso. En la década de 1940, las herramientas y los métodos para identificar sospechosos eran rudimentarios en comparación con los estándares actuales. Esto permitió que muchas personas se “escabulleran” de la justicia, dejando a las víctimas y sus familias sin respuestas. La desaparición de Sheila Fox es un triste ejemplo de cómo los sistemas de investigación de la época no eran precisamente un ejemplo.