Ribera enfrenta la evaluación parlamentaria con obstáculos: la energía nuclear y un posible conflicto de intereses

Aunque los posibles conflictos de interés de Ribera no están relacionados con activos personales o inversiones financieras, como es el caso de otros candidatos

Ursula von der Leyen está cada vez más cerca de tener, por fin, al equipo de comisarios que formará el ejecutivo europeo hasta el año 2029. Tras un proceso de nominaciones complicado, en el que los países no respetaron las solicitudes explícitas de von der Leyen para la paridad de género, cada gobierno ha seleccionado a su representante. La parte más importante del proceso, las evaluaciones parlamentarias, empezarán en noviembre. Se trata de interrogatorios en los que se evaluará si los candidatos están capacitados para desempeñar sus funciones con total independencia y si sus declaraciones de intereses son claras y transparentes, para evitar conflictos de interés.

Sin embargo, la confirmación de Teresa Ribera, representante de España, como Vicepresidenta Ejecutiva para la Transición Limpia, Justa y Competitiva, no está garantizada. Principalmente, podría enfrentar obstáculos por su firme postura antinuclear; como ministra de Transición Ecológica en España, Ribera abogó por el cierre progresivo de las centrales nucleares en su país y se opuso rotundamente a la inclusión de la energía nuclear en la taxonomía verde de la UE, la cual clasifica las inversiones sostenibles. Esta posición ha generado tensiones con varios países de la UE, especialmente Francia, que depende en gran medida de la energía nuclear para su suministro eléctrico.

El principal obstáculo de Ribera proviene de los legisladores pro-nucleares y de los países que ven la energía nuclear como una herramienta esencial para alcanzar sus objetivos de descarbonización. Francia, que genera aproximadamente el 70 % de su electricidad a partir de plantas nucleares, ya manifestó su preocupación de que Ribera pueda intentar frenar el resurgimiento del sector nuclear en la UE. En declaraciones al medio Politico, un miembro del gobierno francés afirmó que su país “está tratando de asegurar que la energía no sea gestionada por alguien anti-nuclear“, una clara referencia a la candidatura de Ribera.

Ribera también podría encontrarse en una posición tensa por sus posibles conflictos de interés, ya que es miembro de varias organizaciones internacionales vinculadas al cambio climático y al medio ambiente. Antes y durante su mandato como ministra, Ribera colaboró estrechamente con más de diez ONG, think tanks y agencias internacionales, muchas de ellas con posturas críticas hacia la energía nuclear. Aunque su equipo ha confirmado que ha enviado su declaración de intereses al Parlamento Europeo, algunos eurodiputados han expresado dudas sobre si Ribera podrá actuar de manera independiente, dado su historial de colaboración con estas organizaciones. En vista del posible problema, la Comisión ha enviado a su equipo una serie de preguntas adicionales a su declaración de intereses inicial.

Mejor que los demás candidatos

Con todo, hay cierta tranquilidad: los posibles conflictos de interés de Ribera no están relacionados con activos personales o inversiones financieras, como es el caso de otros candidatos. Por ejemplo, el candidato griego Apostolos Tzitzikostas ha declarado la propiedad de una enorme cartera de bienes inmuebles, incluyendo 16 apartamentos y más de 655,000 m² de terrenos en Grecia, activos que han suscitado preguntas sobre posibles conflictos de interés, ya que Tzitzikostas podría tomar decisiones que afecten al valor de sus propiedades, particularmente en sectores como el turismo, que forma parte de su futura cartera. Además, Tzitzikostas posee más de 200,000 euros en acciones de diversas empresas, lo que podría representar un conflicto si no se manejan adecuadamente.

Otro caso es el de Marta Kos, candidata eslovena, quien hasta hace poco trabajaba como asesora en un grupo de presión en Bruselas y dirigía su propia consultora en Suiza. Aunque Kos ha declarado que no se considera una lobista, su participación en actividades de “advocacy” para clientes de alto perfil, como la UEFA, sí ha levantado sospechas entre los eurodiputados, que podrían cuestionar su capacidad para actuar de manera imparcial en su nuevo cargo. Además, Kos no ha declarado el rol de su esposo en un cargo importante en las relaciones comerciales con la UE, lo que podría plantear más interrogantes sobre posibles conflictos de interés.

Los próximos pasos del proceso

El proceso de confirmación de los comisarios es riguroso pero tiene cierta falta de transparencia. El Comité de Asuntos Jurídicos (JURI) del Parlamento Europeo es el responsable de revisar las declaraciones de intereses de los comisarios designados para asegurar que no existan conflictos de interés que puedan comprometer su imparcialidad. Si bien este comité no tiene el poder de realizar investigaciones exhaustivas, puede pedir aclaraciones adicionales a los candidatos si considera que su declaración es insuficiente. En el caso de Ribera, es probable que se le pidan más detalles sobre su implicación con ONG y organizaciones internacionales vinculadas al medio ambiente.

Hasta la fecha, de los 26 candidatos, solo tres han recibido un visto bueno sin reservas por parte del comité JURI, mientras que a 23 se les han planteado preguntas adicionales sobre sus declaraciones de intereses. Estos comisarios deberán proporcionar respuestas antes del 18 de octubre, fecha límite para que JURI finalice sus evaluaciones. Entre los candidatos que van a enfrentar preguntas adicionales se encuentran Tzitzikostas, Fitto y Kos, cuyas declaraciones de propiedades y conexiones con el sector privado han suscitado preocupación entre los eurodiputados.

Las audiencias formales ante el Parlamento Europeo se llevarán a cabo entre el 4 y el 12 de noviembre. Durante estas audiencias, los comisarios designados serán interrogados por los comités correspondientes en relación con las políticas que estarán bajo su supervisión. Dependiendo del resultado de estas audiencias, el Parlamento puede aceptar o rechazar a los candidatos. Si algún candidato es rechazado, el gobierno correspondiente deberá nominar a un reemplazo, lo que podría retrasar la formación de la nueva Comisión Europea hasta diciembre o incluso enero.