El país chileno vivió una de las mayores crisis eléctricas de su historia tras un apagón masivo en Chile que dejó sin suministro al 99% del país durante ocho horas. El colapso del sistema eléctrico paralizó la actividad comercial, afectó servicios esenciales y generó un caos total en ciudades como Santiago. La interrupción del suministro llevó a las autoridades a decretar el estado de emergencia y establecer un toque de queda preventivo ante el temor de posibles disturbios.
El origen del apagón masivo en Chile ha sido identificado en un fallo en uno de los tres sistemas de transmisión eléctrica del país, lo que vuelve a poner en evidencia la fragilidad de su infraestructura energética, en gran parte privatizada. El presidente Gabriel Boric ha calificado la situación como “indignante” y ha responsabilizado a las empresas privadas del sector por un corte que ha afectado a millones de personas. La crisis ha reavivado el debate sobre la regulación del suministro eléctrico en Chile y las condiciones en las que operan las compañías encargadas de su distribución.
¿Por qué ocurrió el apagón masivo en Chile?
El apagón masivo en Chile comenzó a las 15:15 hora local, dejando sin electricidad a prácticamente todo el país. El fallo ocurrió en la empresa ISA Chile, responsable de una parte clave del sistema de transmisión eléctrica. Esta interrupción afectó a industrias, hospitales y servicios básicos, lo que llevó al Gobierno a tomar medidas extraordinarias para garantizar la seguridad de la población.
El colapso eléctrico provocó problemas de gran magnitud en sectores estratégicos del país. La actividad bancaria y financiera quedó paralizada, la industria minera sufrió interrupciones y el comercio se vio gravemente afectado. Además, el apagón puso en riesgo la operatividad de hospitales y servicios de emergencia, mientras que la falta de semáforos y el colapso del transporte público generaron atascos kilométricos en Santiago y otras ciudades.
Caos en las calles y desesperación entre la población
El apagón masivo en Chile no solo dejó a millones de personas sin electricidad, sino que también generó un escenario de incertidumbre y confusión. En Santiago, uno de los puntos más afectados, los ciudadanos tuvieron dificultades para regresar a sus hogares debido a la falta de transporte público y la caída de la señal de telefonía móvil.
En el barrio de Providencia, la situación era caótica. Los semáforos dejaron de funcionar, colapsando el tráfico en avenidas principales. La línea del metro se detuvo y las paradas de autobuses estaban abarrotadas de personas sin alternativas de movilidad. “Llevamos dos horas sin luz y sin señal. Estamos esperando a ver si cerramos la tienda y nos podemos ir, pero no podemos comunicarnos con los jefes”, relató Aline, empleada de un kiosco en el centro de Santiago, a la agencia EFE.
Situaciones similares se repitieron en todo el país. Paulo Ortiz, camarero en un restaurante de la calle Manuel Montt, explicó que al principio pensaron que era un corte local, pero rápidamente se dieron cuenta de que el apagón masivo en Chile afectaba a todo el territorio. “Mi jefe es bombero y le llegó un mensaje para que estuviera preparado por si tenía que ayudar en la emergencia”, explicó.